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Eclèctic Restaurant: alta cocina de autor a precios razonables

El Eclèctic es un restaurante como los de antes, con cocina compleja y mucha degustación. ¡Y a precios razonables!

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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Ahora, la conjetura obliga, todo el mundo monta bares que quieren que sean buenos, bonitos y baratos. Algunos lo consiguen. Hacer un buen rock&roll es muy complicado, pero no lo es menos que construir muros sonoros de buen gusto en la Phil Spector. Francesc Chicón y Sergio Musso, cocinero y pastelero con cosas muy interesantes en el zurrón, han optado por el camino difícil: han abierto el Eclèctic, un restaurante-restaurante, de los de antes, con capas y capas de sabores.

Con preparaciones complejas y recetas que reclaman al comensal que vaya más allá de la satisfacción primaria de morder una butifarra. "Queremos que el cliente entienda que aquí no se come en una hora", avisa Musso. El menú degustación son diez pasos, con aperitivos, platos, quesos, pre postres y postres. Un señor servicio con la intención "que la gente tenga una experiencia de Michelin pero accesible a todo el mundo". Porque el desfile-festival de la casa cuesta 39 euros.

¿La antigastronomía?
Hace pocos mesos que abrieron y están desbordados de clientes. Entre otras cosas, porque el menú de mediodía, a 13,50 €, es soberbio. "Quizá notarás que el servicio va un poco lento porque queremos que comas tan bien como se pueda", se excusa Musso. No hacen falta disculpas, sobre todo cuando te llega al plato pescado salvaje a la plancha con salteado de setas y jugo de gamba. O una fusión ejemplar: el matambre de cordero hecho al horno, que podemos poner a charlar con una 'humita' y dos tipos de berenjenas. Dale caña: carne argentina y toque de cocina prehispánica para un guiso y el rustido de todo ibérico peninsular. Y todo encaja. El km 0, para Musso, "es la antigastronomía". "Porque, ¿qué sería de Cataluña sin el tomate? Sin coger cosas de todo el mundo la gastronomía sería muy limitada".

Sin prejuicios
Rechazan de lleno ta etiqueta de fusión: "La mejor definición de lo que hacemos es la de una cocina que toca con los pies en el suelo y tiene una ventana abierta al mundo. Sin dogmas". Buena. Porque en la carta, a parte de platos que tiene el espíritu complicado de la 'nouvelle cuisine', encontramos pequeñas barbaridades como unos huevos de pato a la sartén, que cuando hemos cortado nadan alegres entre patatas y crema de setas (¿quién echa de menos la trufa?).

Nacido para mojar pan. O un plato con olor de futuro clásico, el wonton de butifarra de perol. Las presentaciones son sorprendentes. "Ofrecemos lo mejor que podemos dentro de nuestras posibilidades". Y no intentan pasarse esferificando o deconstruyendo. Aquí solo se construye: cocina que quizá no revolucionará el mundo pero que es innegablemente buena, verdadera y creativa.

Más información

Eclèctic Restaurant
  • Restaurantes
  • Cocina creativa
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 2 de 4

En corazón de Sant Gervasi el recién fundado Eclèctic une lo clásico con lo moderno, la nouvelle cuisine con la vanguardia, lo cercano con lo de otros lugares dando lugar a una oferta gastónomica excepcional al mejor precio. Con un ambiente moderno, elegante y cómodo que invita a la tranquilidad y a la relajación es la mejor opción para tu comida o cena tanto privada como de negocios. Dispone también de un económico y cuidado menú de mediodía. Conviene reservar! Sus fundadores el chef Francesc Chicón y el pastelero Sergio Musso por años han sido formadores gastronómicos y se han dedicado a degustar y explorar la cocina de 4 continentes. Ahora en Eclèctic toman nuestra cocina tradicional como punto de partida, la adaptan, la reinventan y le añaden pinceladas de las experiencias gastronómicas que más se han grabado sus memorias. En Eclèctic los productos son los principales protagonistas, las técnicas culinarias, las tradiciones y los aportes de diferentes culturas se entrelazan para dar lugar a una propuesta gastronómica que adapta diferentes cocinas sin limitaciones ni complejos. En Eclèctic puedes encontrar platos tan clásicos como un dado de solomillo al café de París o en un homenaje a Paul Bocusse: los riñones de cordero a la mostaza con salteado pak-choy , junto a propuestas más atrevidas como unos won-ton de butifarra de perol con brunoise de verduritas y dashi de jamón ibérico. El local está ambientado en un estilo nórdico, elegante, moderno con toques surrealistas, rú

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El 68: coctelería y maridaje de alta cocina
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Arte, alta gastronomía informal y cócteles se funden en un bar extraordinario Hace tres años, en la coctelería de un cuatro estrellas sevillano, pedí un Tom Collins. La bartender miró la fila de botellas y dijo: "Esto, no tenemos". Desistí, claro. Esta anécdota es extrema, pero ilustrativa de hasta qué punto el cóctel puede llegar a ser un desconocido aquí. La gente ahora empieza a saber qué le gusta, ¿pedirles que coman con un cóctel no es demasiado? Miquel Àngel Palau, barman de El 68 -abrió en agosto-, opina lo contrario: "El gastrocóctel está en su punto de ebullición. Y nos hace mucha ilusión ser pioneros en este sentido". El 68, reconversión en el Olimpo del interiorismo artístico de un bar insignia del Raval pop de hace diez años, apunta alto, muy alto (preside la sala un tríptico fotográfico de Douglas Gordon, premio Turner, hecho exclusivamente para el local). Los impulsores del proyecto, a parte de los propietarios del bar, son los Colombo del Xemei, y el chef es Kaya Jacobs, norteamericano con dos años de mili en el 41 º. Todo un dream team. Para todos los bolsillos Quien haya probado un cóctel de Palau, uno de los barman más sólidos del país, sabrá que es un tipo mucho más preocupado por la combinación de ingredientes que por los bazucas de hidrógeno. De esto va la cosa. Al principio, explica Jacobs, la idea era "tener una coctelería con comida para picar, que combinara con las copas". Pero solo conseguían que la gente saliera a comer pizzas con una buena turca

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Saboc: cuestión de temperatura
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¿Sois de los que pedís dos primeros? Alegría: el Saboc propone una carta de cocina creativa ordenada por grados de cocción Para ser moderno sólo se necesita una buena idea, la hija del sentido común más elusiva; y la idea que han tenido en el novísimo Saboc lo es: rompen la división entre entrantes, primeros y segundos y dividen la carta por temperatura de cocción. Sin ceder a las convenciones del orden, podemos sentarnos y pedir platos a 20º (crudo), 80º (baja temperatura), 100º (fogones) y 200º (plancha). 1. Regazo de tenera Las buenas ideas necesitan una buena ejecución. La de Iker Erauzkin lo es: el regazo de ternera a 70º con crujientes de banana y moniato (7,50 euros) es una delicia hecha con tiralíneas. Cocida al horno doce horas, envasada al vacío y enriqueciéndose con zumo del asado de los huesos, es pura mantequilla que se puede comer con tenedor, como una tortilla. “Es un producto sencillo, pero nuestra filosofía es potenciarle el sabor y tratarlo con una delicadeza maravillosa”, dice el chef. 2. Arroz de pollo “Hacer una carta así no era sencillo –explica Erauzkin–. Tenía que encontrar unos platos que pudieran combinar en casi cualquier orden”. Se resiste a la idea de la tapa, más bien habla de pequeñas raciones. La verdad es que si se aumentaran las raciones de los platillos y se reordenaran estaríamos ante una carta de cocina creativa de clase mediana-alta. “Detrás de cada plato hay un trabajo creativo importante, aunque sea en pequeño formato”. No me importaría

La Xula Taperia: momento cañeo
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Combinación interesante: la efervescencia de la caña y tapa madrileña con la cocina creativa, en Gràcia Los buenos degustadores de lúpulo, esos de cremoso bigote blanco, pontifican que, en Barcelona, no tiran bien la cerveza. Se diría que en la ciudad dominan los orinales. ¿Será cierto? No soy experto en serpentines, ni comparador de cebadas burbujeantes, pero sí me he dado cuenta de que, en La Xula, Tamara Lefelman domina el grifo, prepara con mimo la caña de Alhambra y el resultado convence más que un peluquín. Un par de dedos de crema, buena temperatura, líquido reposado. Tamara da la receta: "Hay que desperdiciar un poco de cerveza. Echar espuma, reposar, más espuma". He preguntado a catedráticos de la birra y han concluido: "Una de las mejores de la ciudad". Esta es la hora del "cañeo", de dar caña. "Con cada caña, regalamos una tapa. Para hoy hemos preparado zanahoria especiada y tortilla de patata". La oferta es un imán en la República de Gràcia y durante el rato que ocupo un taburete entran y salen sedientos en pareja o grupos con gusto por el trago amarillo. Me agrada más la palabra "cañeo" que la inglesa y ulcerosa afterwork. Los estupendos de las tendencias hablan del afterwork: es eso tan antiguo de pasar por el bar. Esto va por horas, de la tarde a la noche: "momento cañeo", momento ceneo y momento copeo. Loris Fernández y Tamara distribuyen vasos como quien tira las cartas. Tamara –que estudió sociología y ahora practica esa ciencia social en la barra– y David G

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