Si al Bar Brutal uno va por sus vinos y acaba comiendo muy bien, en el Bar Super, abierto la primavera de 2025, toca cambiar el orden de los factores, aunque el resultado sea similar: la cocina manda, pero la interesante carta líquida también es parte del atractivo. Y si el Brutal es nocturno, aquí la luz se desborda en un amplio local junto al Mercat de Santa Caterina y presidido por una larga y cómoda barra baja de color rojo. Esa proximidad al mercado también marca la filosofía de este proyecto de los hermanos Colombo y en el que Jordi Colpani, que ha pasado por Xemei y Bar Brutal, está al frente de la cocina.
Además de la veintena de platos que se ofrecen en carta, los pescados y mariscos que llegan a las paradas del mercado saltan a las sugerencias del día. La cocina de mercado y de producto que tantos reivindican y que poca vez se cumple aquí se aplica de una forma muy literal. Las navajas, uno de los platos fuera de carta, pasadas por la plancha, las flores de calabacín que están en temporada y que se presentan en tempura, crujientes y nada aceitosas o una ración de cecina de caballo, también del mercado de Santa Caterina, son algunos de los platos del Bar Super. La ensalada de tomates va directa a la lista de las mejores que pueden comerse en Barcelona. Y si la acompañamos del plato con butifarra a la brasa –con escalivada, aunque va cambiando según la temporada– y cebolla muy caramelizada con mostaza y aceite de ñora ya tenemos casi todo lo que hace falta para ser felices durante un rato. ¿Vinos? Unas 200 referencias, casi todas de intervención mínima. Se bebe de lujo, pero sobre todo esto es un restaurante en el que se come muy bien.