Escapadas de otoño con playa y buen tiempo

Si no queréis terminar el año sin cambiar de continente, podéis aprovechar el buen precio de los vuelos directos desde Barcelona y descubrir la isla más verde de las Canarias. La conocida como Isla Bonita brinda a principios de otoño un clima excelente para excursiones entre volcanes enormes, retorcidos paisajes desérticos al sur y exuberantes bosques húmedos en el norte que han hecho de ella Reserva de la Biosfera por la Unesco. Imprescindible también el centro histórico del siglo XVI de su capital, Santa Cruz.

Si sumamos fotos de Instagram, es uno de los destinos más populares del verano. Podréis disfrutar de espectaculares calas con aguas turquesas prácticamente desiertas. Si estáis en forma, pasad de coche y moto; con la bici alquilada raramente los trayectos superan los 40 minutos. Una isla a escala humana con placeres de tamaño divino: desde los chiringuitos más familiares como el Bartolo -en la ruta a Caló des Mort- hasta los restaurantes de fusión 'cool' como Can Carlitos de Nandu Jubany, en La Savina.

La meridional región del Algarve ofrece las mejores temperaturas, no tanto para el baño atlántico como para los surfistas, con hitos en la salvaje Costa Vicentina del oeste. Si queréis huir de las zonas turísticas más masificadas de Albufeira, buscad al este espacios como el Parque Natural de la Ria Formosa: impresionantes humedales que a principios de otoño permiten observar extrañas aves en ruta hacia África.

El desierto de Almería remonta su majestuosidad en octubre con atardeceres intensamente rojos. La promontoria ubicación de este parque natural permite encontrar siempre una playa a rasero de los vientos. La de Mónsul juega en la liga despampanante. Rellenad el buche de referentes de la cocina local como El Tragaluz (Pozo de los Frailes), y también el depósito del coche, os espera un 'roadtrip' de antología al más puro estilo Arizona. Podéis sustituir el country por el flamenco.

El microclima de la Costa Blanca se aferra a los últimos latidos de verano y mantiene la temperatura de sus 244 kilómetros de playas. Su capital turística, Benidorm, regala en 2020 una postal un punto chocante, con su barroco 'skyline' de rascacielos. A cambio, sus alrededores esconden calas exhuberantes.