Horta de Sant Joan
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Los pueblos más bonitos de Cataluña para visitar en 2024

Pueblos bonitos con encanto que hay que visitar en Cataluña para descubrir su historia, patrimonio y gastronomía

Escrito por: Rita Roig
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En Cataluña hay aldeas de montaña y pueblos costeros de ensueño, que parecen sacados de una película. Desde una excursión en tren de primer nivel, hasta un fin de semana romántico son posibles alrededor de los pueblos catalanes más bonitos¿Cuáles son los pueblos más bonitos de Barcelona? Estos son, para nosotros, los municipios que hay que visitar para desconectar, escapar de la rutina y potenciar el turismo de proximidad¿Qué hacer cerca de Barcelona? ¡En Cataluña hay de todo y para todos los gustos!

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41. Montsonís

El pequeño pueblo de Montsonís, en el municipio de Foradada, despierta curiosidad por su Castillo del 1024 que acogía numerosos peregrinos del Camino de Santiago. Una visita por este recinto nos permite revivir la cotidianidad de los habitantes de la zona durante la época medieval. La magia de un pueblo presidido por su Castillo y rodeado por casas de piedra se completa con la gastronomía de la tierra de la Tienda de Montsonís, las vistas de su mirador y la tranquilidad del mundo rural.

40. Rivert

Rivert tiene entre 40 y 50 habitantes aunque en verano con las visitas de los familiares de ciudad el censo crece. Situado en el Pallars Jussà, sus casas enclavadas en las rocas, un precioso entramado de calles adoquinadas y una pequeña cascada le confieren un encanto inigualable.

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39. Portbou

La belleza de este pueblo de la Costa Brava no es la clásica fotogenia cuqui de l'Alt Empordà  (esa que oscila entre villa italiana medieval y playa balear) sino el encanto de una población fronteriza congelada en el tiempo. Portbou dispone de una estación de tren suntuosa, recuerdo de cuando era la puerta de entrada de Europa en España, de una preciosa playa urbana de piedras, y de un núcleo urbano que es pequeño dédalo de palacios novecentistas que se caen a pedazos. Y por encima de todo, el gozo de visitar una población en la que no existe el adocenamiento turístico: aquí el visitante sabe lo que viene a ver y no suele pegar gritos.   

38. La Pobla de Lillet

Agazapado en la parte norte oriental de la comarca del Berguedà, la Pobla de Lillet combina dos encantos contrapuestos: la piedra y la madera medieval de su fundación –maravilloso puente viejo y castillo de la Pobla de Lillet – con los elementos naturales arquitectónicos del modernismo, esos maravillosos Jardins Artigues que es la cima del Gaudí paisajista, y que son el equivalente a darte un garbeo por una especie de comarca hobbit que hubiera imaginado Tolkien de tripi. 

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37. Sant Martí d'Empúries

Beyoncé ha pisado Sant Martí de Empúries. Este motivo ya sería suficiente, pero si aún no has salido a buscar el coche, aquí van otros: Will Smith, Michelle y Barack Obama, también. ¿Qué hacían todos juntos en un pueblo -pequeñísimo y preciosísimo- catalán? Esto tampoco es broma: estaban invitados a la boda del hermano de Elon Musk, Kimbal Musk, con Christiana Whyly. El enamoramiento era directamente proporcional al presupuesto de la boda, así que cerraron el pueblo para poder celebrar su amor en 2018. Anécdotas aparte, Sant Martí d'Empúries vale por sí solo: playas familiares y agradables, un paseo con el mar en un lado y las ruinas griegas y romanas en el otro, callejones con flores en las ventanas y una plaza llena de restaurantes para hacer el vermut. Son pocos metros cuadrados, pero valen oro: frente a la iglesia se encuentran las ruinas del castillo que inspiró a Víctor Mora, dibujante del Capitán Trueno, y al lado, la Casa Forestal, un edificio modernista que queda muy bien con el mar de fondo. No lo encontraréis ni en la mejor versión de los sueños americanos.

36. Mont-roig del Camp

Si Picasso va trobar inspiració a Horta de Sant Joan, Miró va fer-ho a Mont-roig del Camp. Va ser al Mas Miró, propietat del seu pare, on l'artista va haver d'anar a recuperar-se d'una febre tifoide als 17 anys i va prendre la determinació de fer-se pintor.

Veient el paisatge i la llum d'aquest municipi agrícola del Camp de Tarragona que es mira el mar de la distància, és fàcil entendre com el jove aspirant a pintor va poder enamorar-se'n fins al punt de dir "tota la meva obra és concebuda a Mont-roig, tot el que he fet a París és concebut a Mont-roig".

Podeu visitar el nucli antic, fer una ruta amb bicicleta fins a l'ermita de la Verge de la Roca, explorar les cales de Miami Platja (algunes verges o semi verges) o simplement passejar pel passeig marítim, on trobareu bons llocs per fer el vermut o menjar.

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35. Montfalcó amurallado

Rodeado por murallas, tal como indica su nombre, se trata de un excepcional ejemplo de villa cerrada que conserva en buen estado el muro perimetral al que se adosan interiormente las casas. Su conjunto arquitectónico ha sido declarado bien cultural de interés nacional. Espectacular.

34. Meranges

Casi que sabe mal recomendar este pueblecito de alta montaña tan tranquilo y bonito (por favor, no vayáis todos a la vez). Situado a 1.590 m de altitud, en la parte gerundense de la Cerdanya y colindante con Francia y Andorra, es ideal para aquellos que quieran huir de los lugares más turísticos y comerciales de la comarca. Tendréis que recorrer, eso sí, los 10 kilómetros de curvas de la carretera que sube desde Ger para disfrutar de la bella estampa del valle de Meranges, con los picos del Puigpedrós (2.915 m) y la Carabassa (2.736 m) como inmenso telón de fondo del núcleo de casas de piedra y pizarra, coronado por el campanario románico de Sant Sadurní. En el pueblo encontraréis la tienda Ucnuk, donde podréis comprar víveres y sudaderas de fantasía diseñadas por ellos mismos, el Museo de l'Esclop, el famoso restaurante (y hotel con encanto) Can Borrell y, carretera arriba, el restaurante Gírul, donde se come muy buena cocina tradicional. Además, Meranges es el campo base perfecto para realizar excursiones como las del lago de Malniu (2250 m) y los Engorgs, y para practicar esquí nórdico en la estación de Guils-Fontanera.

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33. Begur

Las casas coloniales construidas por los begurenses que volvieron de hacer las Américas ya nos dan la clave para saber que estamos en un paraje acogedor con el visitante, lleno de contrastes e historia, y que mira más allá. Situado en el corazón del Baix Empordà, en el abrigo del castillo medieval que lo preside, el municipio, el núcleo antiguo de Begur y sus playas configuran uno de los lugares más privilegiados de la Costa Brava.

32. Caldes de Montbui

Después de un paseo por el pueblo -callejones de piedra, plaza Mayor, bares de verdad y tiendas de toda la vida- no podréis cruzar una calle sin recibir una señal para que paséis la tarde en un balneario. Caldes de Montbui es el pueblo del 'self-care', porque es un pueblo de aguas termales, y lo podéis comprobar poniendo la mano bajo la fuente del Lleó (sacadla rápido, que no os queméis) y, sobre todo, pasando unas cuantas horas en uno de los balnearios del pueblo. Ojalá todo el turismo exigiera más relajación y menos caminar. En Broquetas, por ejemplo, podéis hacer 2 técnicas de agua termal por 28 €. Si tenéis tiempo, podéis dar un paseo por el parque de Can Rius -ideal para los niños-, comprar pasta en la tienda Sanmartí -tiene más de 300 años- y no os perdáis la exposición permanente del museo: de una forma didáctica y muy agradable aprenderéis sobre el origen del pueblo y las aguas termales. No os vayáis de Caldes sin probar su cerveza artesana: sentaos en un bar y pedid: "¡Una Unika, por favor!"

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31. Tossa de Mar

Fue el escenario donde, en 1950, Ava Gardner y James Mason rodaron la película 'Pandora y el Holandés errante,' por tanto discutir sobre su belleza resulta inútil. Sus murallas y torres le dan un aspecto de pueblo de pescadores en invierno que contrasta con la masificación en verano. Ideal para bucear, pasear y reposar con todas las comodidades.

30. Les Cases d'Alcanar

Es el último o el primer pueblo de la costa catalana, según se mire, junto al Delta del Ebro. Con aspecto de pueblo mediterráneo antiguo, si nos alejamos de los hoteles podemos encontrar lugares y playas donde hacer excursiones alrededor del río Sénia.

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29. Peratallada

Fue declarado conjunto histórico-artístico y Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) y es uno de los núcleos de arquitectura medieval más importantes de Cataluña. Está asentado encima de una roca de arenisca y rodeado por un gran foso excavado en la roca viva. Aparte de sus atractivos históricos, es reconocido por su oferta gastronómica y artesanal.

28. Santa Pau

Santa Pau custodia la Fageda d'en Jordà, –uno de los conjuntos naturales más bonitos de Cataluña–, que forma parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. De marcado carácter medieval, fue declarado Conjunto Histórico Artístico el 22 de julio de 1971. Hay que ir como mínimo una vez en la vida.

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27. Gósol

Gósol es famoso por ser el lugar donde Pablo Picasso decidió investigar con el cubismo. Como testigo queda el Museo Picasso y tímidos homenajes a la visita del pintor malagueño. Gósol está incluido dentro del Parque Natural del Cadí-Moixeró y es punto de partida para hacer excursiones al Pedraforca, a la Serra del Cadí, Serra del Verd, de Ensija, al Camí dels Bons Homes, la ruta del Caracremada y al camino de Picasso.

26. Ullastret

Forma parte del llamado Triángulo de Oro del bajo Ampordà, formado por los pueblos medievales de Pals y Peratallada. Es pequeño y encantador: callejuelas de piedra y una iglesia parroquial que data de finales del siglo IX. Y conserva en buen estado un pedazo de la muralla medieval, diez torres imponentes que podemos apreciar mientras paseamos por las calles estrechas y empinadas. Ahora bien, vale la pena sobre todo visitar su poblado ibérico, habitado del siglo VI aC hasta principios de siglo II aC, cuando fue abandonado con la llegada de los romanos.

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25. Siurana

Recibe el nombre del pantano y se encuentra colgado sobre un acantilado, de marcado pasado árabe, en Siurana se pueden encontrar restos del castillo árabe del siglo IX e historias como la de Abdelazia, hija del valí árabe de Siurana, que dio nombre al risco: el Salto de la Reina Mora.

24. Banyoles

Banyoles destaca por tener el lago más grande de Cataluña, donde, según la leyenda, vive un dragón que ni Carlomagno pudo vencer. Como sabemos, las malas lenguas de vez en cuando explican que el dragón todavía nada por el lago. Pero sea como sea, visitar Banyoles y sus alrededores debería ser obligatorio tanto si creemos en monstruos de agua dulce como si no.

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23. Prades

También conocida como la Villa Roja, ya que su piedra arenisca de color rojizo es la que se utilizó para construir los principales edificios, era un lugar típico de veraneo para muchas familias de Reus y alrededores. Cada año para Sant Jaume (tercer sábado de julio) se celebra la Fiesta del Cava y de la fuente mana cava en vez de agua. Paisaje, historia y burbujas, ¿qué más se puede pedir?

22. Pals

Pals es el pueblo ideal para los enamorados del submarinismo y las islas Medes. Si obviamos las tiendas de souvenirs y paseamos por las calles empedradas y las casas doradas con flores, Pals recuerda a un pueblo del sur de Francia. Destacan la iglesia de Sant Pere, la muralla medieval y el campanario, conocido como la Torre de las Horas, del siglo XI-XII.

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21. Peralada

Peralada es mucho más que el castillo del mismo nombre. El municipio, claramente medieval y con una dilatada tradición vinícola, acoge las importantes bodegas Castell de Peralada, integradas dentro de la denominación de origen Empordà-Costa Brava. Además, cada año se celebra el Festival Internacional de Peralada con artistas de primer orden. Todo parece sacado de un cuento de hadas.

20. Monells

Otro pueblo medieval del Baix Empordà, sí, pero es que Monells enamora: El visitante viaja de golpe al siglo XIII entre sus arcos, callejones y su famosa plaza Sant Jaume I. De vida recogida en invierno y de actividad y niños y niñas jugando en la calle en verano.

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19. Castellar de n'Hug

Castellar de n'Hug, situado en el Berguedà, conserva su esencia de pueblo medieval y de montaña con calles adoquinadas y ermitas románicas. El pueblo también ofrece itinerarios para hacer excursiones como el que lleva a las Fuentes del Llobregat, unos espectaculares manantiales de agua que forman el nacimiento del río Llobregat, y perfectamente accesibles a pie desde el mismo Castellar de n'Hug.

18. Burg

Burg, en el Pallars Sobirà, es un conjunto de viviendas más que un pueblo. Las casas de Burg están en la vertiente meridional de la sierra, a ambos lados del Torrent de Burg. Tiene en la parte central la iglesia parroquial de Sant Bartolomeu y en el extremo de levante la capilla de Sant Francesc. Destaca su actividad cultural y gastronómica como el Espai Tomata, un restaurante que promueve la producción de la tierra y dansBurg, una sala de espectáculos y de promoción de la danza.

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17. Aiguamúrcia

Sería un pueblo desconocido si no fuera porque allí se encuentra el Monasterio de Santes Creus. Fundado en el siglo XII, este monasterio es uno de los tres que forman parte de la Ruta del Císter con un imponente claustro gótico y las tumbas reales de los reyes Pedro el Grande y Jaime II el Justo y su esposa Blanca de Anjou. Después de los claustros y las tumbas aconsejamos salir a comer por la zona, placer asegurado.

16. Tivissa

El pueblo de Tivissa en la Ribera d'Ebre está construido sobre una colina, al pie de las laderas septentrionales de la cordillera del mismo nombre. Las callejuelas del centro histórico, la plaza del Mercado donde se celebraban los juicios en la época medieval y el castillo son de visita obligada. Para quienes les guste visitar iglesias, es imprescindible conocer la Iglesia Arciprestal de Sant Jaume, un gran edificio formado por tres partes: Iglesia Antigua, Capilla del Rosario, y Iglesia Nueva, construida desde el siglo XIII y hasta el XIX, combina elementos de diferentes estilos. Y sí, es espectacular.

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15. Tavertet

Es un pequeño pueblo al lado de Rupit donde tres o cuatro casas de piedra nos dan la bienvenida, testigos de un pasado aislado y glorioso. Desde el mirador hay unas vistas extraordinarias del Pantano de Sau. Ya lo dicen: en el tarro pequeño está la buena confitura.

14. Castellfollit de la Roca

Castellfollit de la Roca se encuentra sobre un risco basáltico de origen volcánico. Curioso por su ubicación, el pueblo es, además, uno de los más bonitos y curiosos de la geografía catalana. Un pueblecito para perderse una y otra vez.

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13. Vilalba dels Arcs

Es un pueblo enmarcado en la Terra Alta, en las tierras del Ebro. Destacan el parque natural de Els Ports y los ríos de Canaletes y Algars que bañan la comarca, el primero de los cuales confluye con el Ebro a la altura de Benifallet. Además, se encuentran las sierras de Pàndols y de Cavalls, situadas entre Canaletes y Sec. Los parajes son perfectos para hacer excursiones y degustar buen vino.

12. Montclar

Se dice muy alegremente, eso de pueblo con encanto. Pero en el caso de Montclar no lo diremos porque sí: la Agencia Catalana de Turismo de la Generalitat de Cataluña le otorgó este sello, una distinción que solo poseen ocho municipios catalanes. Y es que Montclar, a poco más de 15 km de Berga, goza de una ubicación privilegiada, es un pequeño núcleo precioso –está formado por una veintena de viviendas en el entorno de una gran y bonita plaza–, tiene excursiones fenomenales para hacer por los alrededores, y conserva un patrimonio que hay que conocer, como las iglesias de la Santa Creu, de Sant Quintí y de Sant Martí. Estaba coronado por un castillo, del que, desgraciadamente, no quedan restos.

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11. Miravet

Situado en la provincia de Tarragona y enclavado en la pendiente de una colina y en la orilla del Río Ebro, su posición estratégica lo ha convertido en asentamiento de toda una serie de pobladores desde la prehistoria hasta la actualidad. Sin lugar a dudas, su castillo templario del siglo XII es la principal atracción del lugar, también podemos hacer excursiones a la bodega de Gandesa y probar sus vinos o bañarnos en las piscinas naturales de la Fontcalda. Un fin de semana ideal.

10. Queralbs

La primera mención de Queralbs como ciudad es como 'Keros Albos' en el acta de consagración de la iglesia de la Seu de Urgell en el año 836. Se trata de un municipio de la comarca del Ripollès, ubicado en el norte de Ribes de Freser, en el oeste de Setcases y al sur de las comarcas de la Cerdanya y el Conflent, famoso por su iglesia románica de Sant Jaume datada en el siglo X. Un espectáculo para los amantes del arte.

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9. Calella de Palafrugell

Aún conserva el encanto de antes que el boom turístico llegara a la Costa Brava. Todavía es un antiguo pueblo de pescadores en medio de una costa rocosa salpicada por hermosas y tranquilas calas donde disfrutar del mar en calma. Al norte se encuentra el paraje natural Castell-Cap Roig (¡alucinante!), ideal para paseos o excursiones, y al sur Llafranc. En verano, en el Jardín Botánico se celebra el Festival de Cap Roig, uno de los de más renombre de Cataluña.

8. Beget

Está situado en medio de bosques de encinas y robles y en las umbrías, hayas, con importantes zonas de prados y pastos. Destaca el templo románico del siglo XII dedicado a San Cristóbal y sus casas con tejas inclinadas. Es alucinante.

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7. Mura

Impensable que a una hora de Barcelona se esconda este pueblo acogedor y pintoresco donde el tiempo parece detenerse. El parque natural de Sant Llorenç del Munt y L'Obac es el responsable del interesante paisaje y del aislamiento de Mura. Desde el centro de interpretación parten interesantes rutas a pie. Un placer bucólico apto para barceloneses con poco tiempo. 

6. Montblanc

Si Joan Amades situó la leyenda de Sant Jordi en esta aldea, por algo sería: sus murallas imponentes y su monumental conjunto arquitectónico que nos transporta a leyendas de dragones y caballeros. Cada año, alrededor del 23 de abril, se celebra la Semana Medieval, recreando escenas de los oficios y del día a día de aquella época y donde el pueblo participa activamente. Muy recomendable si os gustan las historias de princesas.

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5. Rupit i Pruit

Rupit i Pruit está situado en la subcomarca del Collsacabra con menos de 300 habitantes. Está formado por el núcleo de Rupit y un conjunto diseminado de masías, conocido con el nombre de Pruit, donde aún la tierra y el ganado tienen una importancia predominante. Dos aldeas para hacer excursiones y disfrutar de la paz y la naturaleza de la Garrotxa.

4. Besalú

Es el tópico sí. ¿Pero quién es el valiente que no cae rendido ante el encanto de Besalú? ¿Quién puede evitar hacer fotos sin parar cuando se toma un café en alguna de sus terrazas o pasea por este pueblo situado a 150 metros de altitud? Nos encanta porque parece sacado de una película de época y no podemos hacer más. Todos lo sabemos: es uno de los pueblos medievales más singulares de la Garrotxa y, de hecho, es una de las muestras más importantes de la Cataluña medieval.

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3. Bagergue

Lejos de los esquiadores y los hoteles, Bagergue conserva el encanto montañoso de la Vall d'Aran. El frío en invierno y el rocío en primavera acompañan la Iglesia de Sant Feliu del siglo XIII y el santuario de Santa Margarita, testigos de un pasado de cabañas y corrales y no de casas y apartamentos.

2. Cadaqués

Residencia de intelectuales y artistas desde Dalí a Pau Riba, actualmente acoge a los urbanitas en busca de paz y tranquilidad lejos de turismo costero de masas. Se encuentra en medio de macizos rocosos que la dejaron, hasta finales del s. XIX, prácticamente con el mar como única salida. De la antigua ciudad fortificada quedan un Baluarte, que acoge el Ayuntamiento, y un portal de arco rebajado que daba a la playa. Visita obligada si buscáis la inspiración (o un buen pececillo de roca).



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1. Horta de Sant Joan

Casi al lado de Teruel, Horta de Sant Joan pertenece a la Terra Alta y recoge las aguas del río Algars para cubrir las necesidades del municipio. En la parte sur se encuentra el territorio más accidentado, pero de gran belleza: el Parque Natural dels Ports. El pueblo vio nacer a Manel Pallarès, amigo de Pablo Picasso y con quien pasó una buena temporada. Testigo de aquella visita hay un activo Centro Picasso que organiza exposiciones, simposios, publicaciones, etc...

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