
1. Cadaqués
Residencia de intelectuales y artistas desde Dalí a Pau Riba, actualmente acoge a los urbanitas en busca de paz y tranquilidad lejos de turismo costero de masas. Se encuentra en medio de macizos rocosos que la dejaron, hasta finales del s. XIX, prácticamente con el mar como única salida. De la antigua ciudad fortificada quedan un Baluarte, que acoge el Ayuntamiento, y un portal de arco rebajado que daba a la playa. Visita obligada si buscáis la inspiración (o un buen pececillo de roca).