
1. Sant Martí d'Empúries
Beyoncé ha pisado Sant Martí de Empúries. Este motivo ya sería suficiente, pero si aún no has salido a buscar el coche, aquí van otros: Will Smith, Michelle y Barack Obama, también. ¿Qué hacían todos juntos en un pueblo -pequeñísimo y preciosísimo- catalán? Esto tampoco es broma: estaban invitados a la boda del hermano de Elon Musk, Kimbal Musk, con Christiana Whyly. El enamoramiento era directamente proporcional al presupuesto de la boda, así que cerraron el pueblo para poder celebrar su amor en 2018. Anécdotas aparte, Sant Martí d'Empúries vale por sí solo: playas familiares y agradables, un paseo con el mar en un lado y las ruinas griegas y romanas en el otro, callejones con flores en las ventanas y una plaza llena de restaurantes para hacer el vermut. Son pocos metros cuadrados, pero valen oro: frente a la iglesia se encuentran las ruinas del castillo que inspiró a Víctor Mora, dibujante del Capitán Trueno, y al lado, la Casa Forestal, un edificio modernista que queda muy bien con el mar de fondo. No lo encontraréis ni en la mejor versión de los sueños americanos.