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Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

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  1. Museo Thyssen-Bornemisza
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Time Out dice

Cuando el Museo Thyssen-Bornemisza abrió sus puertas en 1992, Madrid añadió el tercer vértice a su 'Triángulo del Arte'. La colección privada del fallecido barón Hans-Heinrich Thyssen- Bornemisza es considerada como una de las más importantes del mundo. Consta de 775 pinturas que fueron otorgadas a Madrid inicialmente en calidad de préstamo, y que el Estado español adquirió en 1993. La decisión del barón de vender se debió, sin duda, tanto a la influencia de su esposa, Carmen 'Tita' Cervera, ex Miss España, como a la oferta de albergar la colección en el entonces vacío Palacio de Villahermosa, un edificio de principios del siglo XIX magníficamente reconvertido por el arquitecto Rafael Moneo en el museo actual. Gracias a esa renovación (que creó un espacio con paredes de terracota, suelos de mármol rosa y claraboyas) es posible ver las obras con una iluminación casi perfecta. En 2004, el museo inauguró su nueva ala, donde se exhiben unas 200 pinturas y esculturas pertenecientes a la colección de Carmen Cervera.

La colección fue iniciada por el padre del barón en la década de 1920, pero se dispersó entre sus herederos después de su muerte en 1947. El barón volvió a comprar las pinturas de sus familiares y luego extendió la colección con la adquisición de obras de maestros clásicos y obras más contemporáneas durante los años sesenta. En su casa de Lugano, Suiza, el barón sólo tenía espacio para exponer alrededor de 300 obras, lo que lo llevó a buscar un espacio más grande para la colección. Puedes ver la mayoría de estos cuadros ahora en Madrid, aunque algunos se encuentran en el museo MNAC en Barcelona.

La colección

Si sigues la colección en orden cronológico, aprenderás toda una lección de historia del arte occidental. En la segunda planta, encontrarás obras del siglo XIII, principalmente de los primitivos italianos, como el Cristo y la Samaritana de Duccio Di Buoninsegna. Termina el recorrido en la planta baja, donde podrás ver la mítica Mujer en el baño de Roy Lichtenstein. En el camino, te habrás encontrado con ejemplos de todas las grandes escuelas. Lo visto se complementa en parte en el Prado y el Reina Sofía con muestras significativas de la pintura holandesa del siglo XVII, el impresionismo, el expresionismo alemán, el constructivismo ruso, el arte abstracto geométrico y el arte pop.

Los detractores del Thyssen consideran que la colección es un cajón de sastre, reunido sin un sentido de discriminación ni de calidad. Sin embargo, una de las grandes atracciones del Thyssen es que, si bien su alcance es extraordinariamente amplio, se trata de una colección muy personal que refleja un gusto muy singular: cómo no disfrutar de la maravillosa habitación dedicada a primeros retratos, con obras de Antonello da Messina y Hans Memling; o de la sección sobre principios de la pintura norteamericana, con un retrato de Gilbert Stuart del supuesto cocinero de George Washington y otras obras de artistas estadounidenses que raramente se ven en Europa, entre ellos Thomas Cole, Frederick Remington y Winslow Homer.

Y, por supuesto, el Thyssen también tiene verdaderas obras de arte. Entre los maestros clásicos, destacan Duccio, Van Eyck y Petrus Christus. La pintura más famosa del museo, sin embargo, es el retrato de Giovanna Tornabuoni, del gran maestro florentino Domenico Ghirlandaio (1488). Otra de sus joyas, dos habitaciones más adelante, es el Joven caballero en un paisaje, de Vittore Carpaccio (1510). Y de entre los maestros de la escuela flamenca, el sublime Díptico de la Anunciación de van Eyck, que más parece un relieve escultórico tridimensional que una pintura, es otro imperdible. El Thyssen es particularmente fuerte en el Renacimiento alemán, con muchas obras de Cranach el Viejo, así como con una notable serie de retratos de diferentes artistas, donde destaca Jesús entre los doctores de Alberto Durero, que retrata a un afeminado Cristo rodeado de médicos de aspecto un tanto diabólico.

A partir del siglo XVI, hay pinturas barrocas magníficas, como el San Jerónimo de Tiziano, la inquietante El concierto de Mattia Preti, y la magnífica Santa Catalina de Alejandría de Caravaggio. También hay obras representativas de El Greco, Rubens, Guercino, Tintoretto, Jusepe Ribera, y la escultura de mármol San Sebastián de Bernini.

Siguiendo el recorrido, la primera planta se inicia con varias salas dedicadas al siglo XVII, con autores holandeses (posiblemente sea la sección menos interesante de la colección Thyssen), seguidos por la sección más variada del museo, con piezas como la sombría Mañana de Pascua, de Caspar David Friedrich, un retrato de Asensio Juliá, hecho por su amigo Goya y una gran selección de los impresionistas (Monet, Manet, Renoir, Cézanne, las bailarinas de Degas, dos hermosos y poco conocidos Van Gogh). Como decíamos, la colección en general es fuerte en el arte alemán de todo tipo, con varias salas dedicadas a los expresionistas y las poderosas obras de Emil Nolde, Ernst Ludwig Kirchner, Otto Dix, Max Beckmann y los artistas del grupo del jinete azul Franz Marc y Kandinsky .

También están presentes, en la planta baja, algunos maestros modernos más conocidos, como Braque, Mondrian, Klee, Max Ernst y Picasso (con su Hombre con clarinete, de 1911), entre otros. Las últimas salas se centran en artistas estadounidenses, representados con los fabulosos Calle de Nueva York con luna, de Georgia O'Keeffe, Habitación de hotel de Edward Hopper y Express, de Robert Rauschenberg. Gran interior, Paddington de Lucian Freud; uno de los primeros David Hockney, In Memoriam of Cecchino Bracci, y El griego de Esmirna, de Ronald Kitaj también están en exhibición.

La colección Carmen Thyssen-Bornemisza

La ampliación se inauguró en 2004 y se compone de dos edificios contiguos, en el 19 (el Palacio de Goyeneche) y el 21 de la calle Marqués de Cubas. El espacio presenta unas 240 obras de las 460 que componen la colección privada de Tita Cervera (que la cedió al Estado español por un período de 11 años y que ha prorrogado esta sesión tres años, aunque el futuro de la colección sigue siendo incierto).

El acceso a las salas de la colección de la baronesa se realiza desde la habitación 18 de la segunda planta. El recorrido empieza por las habitaciones con las obras italianas y flamencas de artistas como Luca Giordano, Jan Brueghel y Van Dyck (una de las obras más destacadas es su Cristo en la Cruz). A continuación, se llega a una galería bien iluminada que contiene paisajes de Canaletto, Constable, Corot, Guardi y Van Gogh. Un poco más allá, podrás contemplar la pintura francesa e italiana del siglo XVIII y continuar con una selección de pinturas norteamericanas del siglo XIX. La Sala H contiene las obras de los primeros impresionistas, entre ellos Degas, Pisarro, Monet, Renoir y Sisley. En la planta baja encontrarás el trabajo de los impresionistas norteamericanos y otros artistas de finales del impresionismo. Hay dos habitaciones dedicadas a Gauguin (podrás ver sus Idas y venidas, Martinica y Mata Mua) y otros postimpresionistas. A continuación, llegamos a los expresionistas alemanes, fauvistas y las vanguardias de principios del siglo XX. También hay una sala dedicada a Rodin, donde puedes ver una de las cuatro esculturas del artista francés propiedad de la baronesa (las demás se encuentran repartidas por toda la primera planta).

El museo alberga también una amplia zona de exposiciones temporales y una biblioteca, talleres de restauración y cafetería. De hecho, otro de los puntos fuertes del museo, con gran acogida de público, son sus exposiciones temporales (Cézanne, Julio Romero o Antonio López han sido algunos de sus nombres estrella), para las que es imprescindible reservar entrada con antelación, puesto que el aforo es limitado, y cuyo coste de entrada se paga aparte.

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Detalles

Dirección
Palacio de Villahermosa
Paseo del Prado, 8
Madrid
28014
Transporte
Banco de España (M: L2)
Horas de apertura
Lu. de 12 a 16 h, ma. a do. de 10 a 19 h

Qué ocurre

Noemí Iglesias Barrios. Love Me Fast

La artista asturiana Noemí Iglesias Barrios protagoniza esta exposición que se podrá ver hasta finales de abril en la primera planta del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. En 'Love Me Fast', la artista asturiana habla del amor romántico en la época de las redes sociales, un amor idealizado en un plano de felicidad consumista, confrontado con las relaciones tóxicas que a menudo se producen. La muestra cuenta con la colaboración de Las Rozas Village. 

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