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La carta tira de manual y no falla. Igual no hay sorpresas en su propuesta culinaria pero sí una indudable dosis de confort y acertada puesta en escena. Luego el entorno, con una panorámica que invita a la desconexión, hace el resto. Hoy venimos con nuevas y secretas mesas para abrazar el otoño, olvidarse del bullicio de Madrid sin tener que subir a la sierra de Guadarrama y montar una quedada con amigos (o llevarte a la familia para coger un poco de aire).
Y no, no volvemos a aquella terraza oculta en un club privado pero abierta a todos que ya te chivamos hace tiempo. Ahora queremos acercarte las vistas de otro espacio privilegiado, también ubicado en Boadilla del Monte e igualmente a orillas del agua, donde seguro que aún no has estado pero al que vas a querer escaparte antes de que se instale definitivamente el frío. Porque tiene un comedor interior pero aún se puede exprimir el tiempo de terraceo en este restaurante donde caben los que buscan una chuleta de vaca a la brasa, los que quieren compartir un arroz meloso y los golosos de la torrija caramelizada con helado de turrón. Ya veis por dónde va su línea gastronómica. Clasicismo irrefutable. Con tus padres haces diana.
El Puerto de El Escondite es el refugio oculto en la Ciudad Grupo Santander, a poco más 20 minutos del centro de Madrid, de la misma Puerta del Sol. ¿Precio? El ticket medio de esta cocina mediterránea, que podéis arrancar con un trío ganador como es el de gilda-croquetas-ensaladilla, ronda los 40 euros. Bien para los precios que se han instalado en Madrid capital. Mejor aún si pensamos que es un sitio desconocido junto a un gran pantalán, rodeado de naturaleza y donde gobierna la calma y el buen trato.