La playa del pantano de San Juan, en Madrid
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Siete playas de Madrid para refrescarse este verano

Vale, en Madrid no tenemos playa, pero tenemos unas piscinas naturales, embalses y ríos que son igual de refrescantes y sin la molesta arena

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'Aquí no hay playa' es una canción de The Refrescos que se creó para dejar claro que en Madrid, por mucha capital de país que sea, nos falta un elemento fundamental para ser una ciudad completa: la playa. Es cierto que el mar no llega hasta nuestra provincia, pero ni falta que hace. En la región tenemos piscinas naturales con agua pura del deshielo de las montañas, pantanos en los que practicar deportes acuáticos y ríos y lagos con un césped tan verde que nada tiene que envidiar a la molesta arena de la costa. Además de las piscinas de verano que nos refrescan sin tener que salir del centro de la ciudad y las que se encuentran a ras de cielo en azoteas y hoteles. Para demostrar que no tenemos nada que envidiar al Levante, os hemos preparado una lista con las mejores playas de Madrid. 

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1. El Pantano de San Juan

Un clásico en el veraneo madrileño. ¡Y además renueva Bandera Azul! Pocos son los padres y abuelos que no han llevado a su familia hasta aquí y se han refrescado en este pantano, situado entre San Martín de Valdeiglesias, El Tiemblo, Cebreros y Pelayos de la Presa. Con 14 kilómetros de playas, es el único embalse de Madrid donde está permitido el baño. Las zonas para practicar deportes acuáticos están bien delimitadas y separadas de los bañistas. Es importante seguir las recomendaciones de seguridad, ya que se pueden alcanzar los 70 metros de profundidad en algunas zonas del pantano. La afluencia suele ser masiva y los fines de semana entre junio y septiembre más te vale ir pronto o no encontrarás sitio para plantar tu toalla. La ruta más rápida para llegar al Pantano de San Juan es a través de la M-502, la 'carretera de los pantanos'. La línea de autobús 551, desde Príncipe Pío también os dejará cerca del Pantano.

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Playa del Alberche
Playa del Alberche

Antes incluso de que Madrid soñara con tener su propia playa algún día, ya estaba ahí el arenal de Aldea del Fresno, en la confluencia de los ríos Alberche y Perales (a menos de una hora desde el centro de la capital). Obviamente, la zona dista mucho de ser un paisaje costero, pero así somos los madrileños: nos basta un claro en medio de un paraje arbolado, con arena bañada por la corriente de un río para creerlo. Y aunque no todos los charcos son océanos, este tiene motivos para presumir, al menos por el cotizado aspecto playero que presenta los fines de semana, con sus toallas, sus sombrillas, sus cubos y sus palas, y hasta sus chiringuitos –que no beach club–, con opciones para comer y tomar algo. Buena alternativa si se te olvida llevar nevera.

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3. Playa de Estremera

Antes incluso de que Madrid soñara con tener su propia playa algún día, ya estaba ahí el arenal de Aldea del Fresno, en la confluencia de los ríos Alberche y Perales (a menos de una hora desde el centro de la capital). Obviamente, la zona dista mucho de ser un paisaje costero, pero así somos los madrileños: nos basta un claro en medio de un paraje arbolado, con arena bañada por la corriente de un río para creerlo. Y aunque no todos los charcos son océanos, este tiene motivos para presumir, al menos por el cotizado aspecto playero que presenta los fines de semana, con sus toallas, sus sombrillas, sus cubos y sus palas, y hasta sus chiringuitos –que no beach club–, con opciones para comer y tomar algo. Buena alternativa si se te olvida llevar nevera. Para llegar en coche deberéis ir al cruce entre la M-240 y M-241, y girando a la derecha encontraréis un camino de tierra que os llevará a la playa. También podéis ir en autobús gracias a la línea 351 (Ronda de Atocha).

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No os engañaremos, un domingo en las Presillas es como entrar en el merendero de una peli de Berlanga. Cada uno se viene con su radio, los niños juegan al frisbee y hay quien se trae en el maletero del coche hasta una paella para docena y media de comensales. Solo falta la familia Cebolleta plantando sombrilla. Aún así, los colores de las toallas sobre la hierba, los juegos de naipes y el chapoteo del valiente que se atreve a zambullirse en el agua helada de esta piscina natural son de cuadro veraniego total. Pero lo mejor es que os alejéis de la zona común, toméis el camino a la cascada del Purgatorio, excursión de hora y media, y os acomodéis en sus orillas, que por más que diga el nombre son de calma edénica. Descansaréis a placer. Para completar la caminata, id después hasta el área recreativa de la Isla de Rascafría, donde os podréis premiar con un baño a bajas temperaturas.

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5. Piscinas naturales Las Berceas

En Cercedilla se encuentra uno de los lugares más frecuentado por los madrileños en la época veraniega. En el propio Valle de Fuenfría encontramos las piscinas, que en realidad son pequeñas pozas situadas en el transcurso del Arroyo de la Venta. Fueron creadas en el año 1978 y aunque ahora su agua está tratada con cloro, al principio eran totalmente naturales. El complejo recreativo de Las Berceas cuenta también con un bar merendero, zonas de césped, baños, vestuarios y una enfermería. Abre hasta finales de agosto de 10 a 20 h y la entrada cuesta 6 € los días laborables y 7 € los sábados, domingos y festivos. Los niños menores de 14 años y los mayores de 65 pagan 4 €. Podéis llegar con un autobús gratuito desde el casco urbano de Cercedilla.

6. Piscina natural de Riosequillo

En Buitrago de Lozoya encontramos una de las piscinas naturales más grandes de todo Madrid. El agua le llega directamente del Embalse de Riosequillo. La piscina natural tiene cerca de 4.500 metros cuadrados y a pesar de que su agua está tratada con cloro sigue estando igual de fría que la del río. El complejo cuenta además con zonas de descanso y merendero, baños, vestuario, un chiringuito, pista de fútbol sala y baloncesto y un área de juegos infantiles. Abre desde mediados de junio hasta finales de agosto de martes a domingo de 11 a 20 h. La entrada cuesta 12 € los adultos en fin de semana (8 € días laborables) y 5 € y 8, respectivamente, los niños y mayores de 65. En coche, debéis tomar la salida 74 de la A-1. Podéis llegar en autobús gracias a las líneas 191, 191e, 191d, 194a, 195a, 195b, 196 y 199.

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Otro remanso de paz natural para darse un baño refrescante en verano. Con una superficie de 92 hectáreas, este embalse está situado en San Martín de Valdeiglesias, aunque la presa que forma este embalse está próxima a Aldea del Fresno. Sus aguas provienen del río Alberche, que por cierto alberga muchas pequeñas playas a lo largo de su cauce. Alrededor hay un extenso bosque de pinos y cuenta además con una zona recreativa (La Depuradora) con barbacoas (prohibidas en los meses de verano, eso sí), mesas para comer, etc. También se puede practicar la pesca en algunas zonas.

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