Qué gusto de vida de barrio la que ha resucitado en la zona de Legazpi el furor por Madrid Río y Matadero. Ahora uno no se mueve hacia el barullo si puede quedarse por allí después del paseo matutino y el disfrute cultural de turno, sobre todo si puede comer como Dios manda. Y se puede, en Buenas y Santas, un restaurante modesto de cocina rica y sin pretensiones. Platos caseros con un toque argentino y saludables, naturales y frescos, como los que se comen en los pueblos de aquella tierra donde aún se puede oír a modo de saludo, "¡buenas y santas!".
A ritmo de jazz y bossa nova y entre un decorado acogedor de maderas y elementos vintage, desfilan las empanadillas argentinas, de hojaldre fino y relleno de carne jugosa y especiada. Reinas de la carta junto a las croquetas de jamón, cremosas y a tope de jamón, y ya se sabe lo que dicen: si en un bar las croquetas son buenas, la carta pinta divinamente. La hamburguesa Deluxe lo confirma, carne casera acompañada de rúcula, queso brie, cebolla confitada y bacon crujiente en un también crujiente pan de mollete.
Si vas en un plan más 'healthy', las ensaladas te van a conquistar. Ingredientes frescos que se salen del aburrimiento mezclando escalibada, queso feta marinado con naranja, sésamo y hojas verdes en la Vegetal. Pero no podrás pedirte el panqueque con crujiente de azúcar relleno de dulce de leche, y sería una verdadera pena…