La temporada llama a la puerta de Carlos y Elisa cada semana. Cuando no son unos guisantes lágrima o unas habas de Guetaria, es una trufa o una cerceta. Cocina sabia y elegante. Sus alcachofas con callos de bacalao son la enésima prueba de que nunca se falla si se elige esta casa. El plato exhibe un afinado juego de equilibrios. El amargor y el crujiente de la verdura combina con la untuosidad y salinidad de los callos. Un espacio entre la huerta y el mar para quedarse a vivir.
Somos uno de los mayores productores mundiales de alcachofas. Nos superan únicamente Italia y Egipto. Somos unos afortunados. La huerta navarra, murciana y levantina llenan nuestros mercados de sus cosechas. Sus propiedades medicinales están ampliamente contrastadas, los árabes la rebautizaron con el nombre de 'al-kharshûf', que significa "lengua de la tierra", y sus raíces se hunden en el mito (Zeus despechado por su amante Cynara se las arregló para hacerle crecer unas escamas coriáceas que la envolvieron hasta dejar solamente un corazón desdeñado, creando así la primera alcachofa).
Algunos hosteleros han hecho bandera desde su nombre, Flores de alcachofa, y otros, El Pimiento Verde, las han convertido en un hit atemporal. Nosotros os dejamos varias direcciones que no podéis dejar pasar si os fascina esta particularísima verdura (fresca, no de bote) y no os apetece hacerla en casa.