El garbeo cuando cae la tarde en este cuadrante chamberilero poco a poco ha visto cómo la antigua estampa de mesones de cerveza y mollejas muta en nuevos locales de moda. No son pocos los bares y restaurantes que eligen estas calles para inaugurar sus conceptos de tapeo renovado, gusto craft y demás tendencias gastrourbanas. Y cada vez más cócteles. Como los que se estrenan al inicio de la calle Cardenal Cisneros; en donde antes hubo una hamburguesería y un asturiano, ahora hay un bar de cócteles muy bien puesto: Shift Public House.
Un toldo negro, un muro de azulejo esmeralda y un discreto luminoso que reza “cocktails” anticipa nuevo establecimiento en el que acodarse o charlar junto a un vaso on the rocks o un sour de autor. Shift es el primer proyecto personal de los Albertos -imposible que no se les conozca ya así- tras venir rebotados de las barras de hotel. Discretos y sonrientes, uno gallego, Alberto Jaules, y el otro, Alberto Pérez, madrileño criado en Murcia. Uno más al trago y el otro más a la gestión, el dúo de bartenders se ha aventurado con algo pequeño, íntimo y con cierta imagen. “El lugar tenía que ser apetecible y acogedor”, cuentan, “que estuviera abierto tanto a los de dentro como a los de fuera del sector”. La ubicación es claramente estratégica y el look parece inspirarse en los cocktail bars de hotel del Nueva York de finales del siglo pasado. Una barra apetecible, unas mesas tranquilas al fondo, terciopelos, luz ambiental, diseño todo del estudio Yavana. Ellos también cumplen con barba, bigotito, corbata y delantal.
Apenas llevan unos meses en Madrid -Shift está abierto desde abril- pero la selva no les inquieta. Un Alberto venía de trabajar en un restaurante Mandarin Oriental de Nueva York y ambos se encuentran en La Isla y El Mar, hotel boutique de Lanzarote donde el otro Alberto era bar manager. “Allí nos conocimos y conectamos”. No han cumplido los 35, no son estrellas pero están bregados en la hostelería y vienen a recuperar el servicio que, según ellos, se ha perdido en estos lugares. Parece que ya gustan a un público variopinto con sus modos ortodoxos y sus preparaciones caseras: hielo tallado, sodas y cordiales propios -sólo faltaba a estas alturas- y hasta redestilaciones con girovap. No hacen prebatches (premezclas por lotes), solo agitan y refrescan al momento. Por ahora se bastan los dos para hacer y atender. No se cierran, sirven además vinos, cervezas y gintonics por aquello de honrarse como Public House. Lo suyo, ya decimos, es servir.
Shift Public House se presenta con una carta de autor y otra más clásica, esta última una especie de menú de coctelería de hotel en la que podría destacar un daiquiri con kumquat, más dulce que con lima. “Madrid es una y estas son nuestras 11 maneras de contarlo” es el nombre de esa primera aportación signature con un storytelling que busca conectar en un mapa de la ciudad once hitos turísticos con el mundo de la coctelería. Así, El Rastro deconstruye un vermut separando cada ingrediente para hacer distintas producciones: vodka especiado con tomillo y cilantro, cordial de vino blanco, y tintura de ajenjo. Para distinguirse más, lo hacen sour (aunque en nariz parece vermut) y a su vez lo conectan con un posavasos artesanal que fabrica una chica del barrio, de donde no quieren salir, y que recuerda a los mataderos y curtidores de pieles del Rastro.
El Capricho, un highball de gin lavanda, miel y soda pandam, es por ahora su bestseller. La Puerta del Sol es un cóctel champagne con soda de uvas y un atrevido destilado de… churros, también hechos en el barrio. Shift, presentado en un bonito vaso tallado, es su negroni canónico -el favorito de ellos y de buena parte de su clientela- ensamblado con Antica Formula, Campari y una ginebra con la solera de Gordon’s. Más roca casera, tres aceitunas -sí, tres, les gusta el aporte salino- y un gajo de naranja. El Barrio de Chamberí no es si no un Americano, antecedente del negroni, que resuelven con el mismo vermut, el mismo Campari y una soda de madroño para darle el rollo castizo.
Pero sin duda el trago más extremo de Shift es Caja de las Letras, nombre que alude al antiguo banco de la plata y que en el Instituto Cervantes custodia bajo llave obras de arte y científicas de gran valor como trabajo de conservación del legado histórico español. Eligen la imagen de esta cápsula del tiempo para seleccionar el jamón, el queso y el aceite como legado que se llevan a su terreno en una suerte de Dry Martini con ginebra redestilada de ibérico durante cinco días (primero deshidratan, después maceran y luego redestilan para que quede limpio), vermut “al manchego” (mismo proceso) y encapsulaciones de aceite de romero. Ya están pensando en la nueva carta.
¿Cómo puedo contactar con ellos?
Puedes contactar con Shift Public House rellenando el formulario que aparece en su página web, enviando un correo electrónico a la dirección shift@grupoerre-efe.com o llamando al 666 35 39 75.
¿Se puede reservar?
No. Como se lee en su bio de Instagram: “No bookings. First in, first serve”.
Horario
Shift Public House abre de martes a domingo y lo hace en horario de 18 a 1 h, los martes y los domingos; y de 18 a 2 h, de miércoles a sábado. Los lunes permanece cerrado.
Dónde está
En Chamberí, cerca de la Plaza de Olavide. Concretamente en la calle Cardenal Cisneros número 11.
Cómo llegar
Para llegar hasta Shift Public House puedes escoger entre tu vehículo propio o el transporte público. En este último caso, una opción es tomar las líneas 1 o 4 de metro, hasta Bilbao. Si prefieres el autobús, las líneas 3, 21, 37, 40, 147 y C03 cuentan con paradas cerca.
¿Tiene cuenta de Instagram?
Sí, les encontrarás en Instagram como @shifpublichouse.