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Desengañémonos: un buen arroz en la playa de Barcelona –ese destino de arena de sílice codiciado por turistas de todo el mundo– muy raramente os costará menos de veinte euros. La descompresión urbana y la escapada gastronómica tienen muchas ventajas para el cuerpo y para el bolsillo: aire fresco y comida a un precio medio bastante más razonable que en primera línea del litoral urbano.
Jordi Vilà, con el título oficioso de mejor chef de cocina catalana en activo del país –una consideración que compartimos la mayoría de periodistas del gremio…– acaba de abrir el restaurante Al Kostat del Mar en la playa de Sa Riera, en Begur (destino de playa postalero del Bajo Ampurdán que rivaliza en caché con Cadaqués). Al Kostat del Mar, versión marinera de Al Kostat en Barcelona –en el que Vilà ejerce la cocina catalana con una mano más tradicional que en el vanguardista Alkimia– forma parte de la oferta gastronómica del hotel de lujo Finca Victoria, del grupo By Salomón.

Según declaraciones de Vilà a La Vanguardia, este nuevo proyecto se enfoca en un "formato poco pretencioso y cocina para el día a día, preparada con cariño y mucho cuidado". Como buen restaurante playero –está en segunda línea de mar, con la arena visible desde el propio establecimiento– Vilà centra la oferta en arroces, producto marinero y brasa.

Conocedor profundo de la cocina catalana, Vilà ha puesto sobre la mesa tres arroces idiosincráticos de la cocina de l'Empordà: el arroz negro de l'Empordà, dicho así porque consigue su oscuridad a base de la interacción de un sofrito oscuro y concentrado con sepia, salchicha y cigalas (24 euros), otro arroz mar y montaña con pollo, setas y caracole (22 euros), y un arroz de pescadores al estilo de la barca, con cola de gamba, de cigala y espardeña, este ya a 35 euros.
Vilà también ha dispuesto un apartado de bocados y tapas marca de la casa –ensaladilla a la brasa, o su ngiri catalán de lomo de atún– así como platos de tradición catalana con su toque renovador, como flores de calabacín rellenas de langostinos, menjar blanc y albahaca, o y una pequeña referencia a la pasta a la catalana: sus ya célebres macarrones gratinados con rustido de pollo y unos fideos a la cazuela marineros. Y claro está, un apartado de algo tan infalible como el arroz, cerca de la playa: pescado y carne a la brasa.
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