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Ca l'Estevet
Foto: Irene FernandezCa l'Estevet

Los mejores restaurantes de Barcelona de cocina catalana

Disfruta de los platos más tradicionales de la gastronomía catalana

Ricard Martín
Escrito por
Ricard Martín
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'Capipota', buñuelos, escalivada, arroz a la cazuela, canelones, pies de cerdo ... ¡Seamos un poco chovinistas y cantemos las maravillas de la cocina de nuestra tierra! Tenemos la suerte de que en Barcelona hay un buen puñado de establecimientos que preparan con cuidado y buen producto los platos más típicos de nuestra gastronomía, desde restaurantes de altos vuelos hasta casas de comidas populares donde por un precio más que razonable se puede hacer un menú de mediodía o una cena sustanciosa y reconfortante. Y alerta a las nuevas generaciones de cocineros que han llevado el 'platillo' catalán –¡un tipo de guiso, no un plato pequeño!– un paso más allá. Los restaurantes de esta lista son muy diferentes entre ellos, pero todos comparten el respeto y el buen gusto por el recetario tradicional.

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  • Restaurantes
  • Catalana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 3 de 4

Casa Amàlia es un restaurante de toda la vida: un local abierto en 1950 justo enfrente del Mercado de la Concepció, con una carta clásica y sin complicaciones en la que prevalece el buen producto y la cocina de siempre. O eso era hasta que se le quedaron Jordi Castán y Sergi Suaña en 2020, un dúo con décadas de experiencia en el negocio de la restauración de altos vuelos y el producto de proximidad.

La carta se articula en aperitivos y dos apartados: uno de tradición y uno de transformación. En el primero, maravillas clásicas como rape a la brasa con velouté de pescado y amontillado de Montilla-Moriles con hinojo, o canelones de tres carnes con bechamel. En el segundo, barbaridades juguetonas como la 'panalena mallorquina', una berenjena a la brasa, con fino tocino y relleno de sobrasada y cubierta por una tempura de berenjena y un pedazo de miel de colmena en lo alto. Los arroces también son de altos vuelos. Se enorgullecen por poner el mejor producto en valor y escapan del arquetipo, pero sin perder de vista que esto es cocina catalana cien por cien reconocible. 

  • Restaurantes
  • Gràcia
  • precio 2 de 4

Durante 30 años Quim Marquès fue referencia en la Barceloneta con el Suquet de l'Almirall, pero cerró el 2018. Y en otoño del 2023 regresó a Gràcia, su barrio de toda la vida, con la apertura de Santa Magdalena, un restaurante de cocina catalana y barcelonesa al cien por cien. Con precios contenidos y estética de bar de barrio (de hecho lo era), Marqués practica una cocina de fuego lento y producto de temporada y de proximidad. El eslogan de la casa es "cocina de barrio, porque queremos que sea un sitio amable, fácil y de cuchareo, y que esté bien de precio", dice Marquès. El ticket es de unos 25 euros, y reivindica "que hemos ido a muerte con el producto, cien por cien escogido, con verduras que nos las trae directamente el campesino".

¿Algunos platos? Un fricandó clásico hecho con tiralíneas (con moixernons y un toque final de anís delicioso, la ternera se derrite en la boca) o unos macarrones del cardenal también buenísimos, con el sofrito y la bechamel bien delimitados. Capipota con chanfaina, morro de bacalao con tomate... También verde: su hija, Paula, es nutricionista. La fórmula del menú de mediodía siempre incluye platos principales de la carta y la elección entre cuatro ensaladas de primero, y es todo un placer encontrarte cuatro ensaladas con fundamento para empezar, bien trabajados: qué buena la ensalada de lechuga trocadero con cherris amarillos e hinojo fresco. Ortorgan un espacio importante a los desayunos de tenedor y los bocadillos muy trabajados, que como quien dice son un plato entre rebanadas. La oferta de tapas y aperitivos, claro, está a la altura de alguien que pasó 30 años en la calle mayor de la Barceloneta.

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  • Restaurantes
  • Catalana
  • El Raval
  • precio 2 de 4

La longevidad de un restaurante sólo es motivo de alegría si se come bien. Y Ca l'Estevet, que es honda desde 1890, supera las expectativas. La cosa fue así: después de 80 años de trabajo, la familia Ros Cabot tuvo que cerrar Casa Agustí en el 2020, un mes antes de la pandemia. De hecho, en el 2010 ya veían el pico de los buitres de los fondos de inversión y compraron Ca l'Estevet, una casa de comidas abierta en 1890 en el Raval, “para tener dónde caer muertos”, en palabras de Pepe Cabot Ros. Después de una pandemia mundial y una crisis económica, aquí se come y está como los ángeles.

Lejos de centenarismos casposos, todo es limpio, reluciente, y el servicio es joven y efectivo, de amabilidad casera y eficacia de restaurante gastronómico. Todo el mundo se llena la boca con la cocina del fuego lento, pero hacer un capipota con samfaina como el suyo –nada pesado pero con todo el sabor y la potencia– no es fácil.

  • Restaurantes
  • Catalana
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4

Bernat Dalisay, nacido en las Filipinas, llegó a Barcelona hace 25 años, casi los mismos que ha estado trabajando de cocinero. Pasó 11 trabajando en una marisquería, y los 11 siguientes cocinando en Gelida, uno de los grandes restaurantes populares de Barcelona. Bo de Bernat, abierto en verano de 2002, es su restaurante propio. Y sigue el mismo esquema: casa de comidas familiares a precios populares, con una larguísima carta de cocina catalana y todo elaborado desde cero.

Y ha acertado: la gente llena el local con toda la razón del mundo. Porque por 15-18 euros, solo carta, esto es una fiesta mayor del chup-chup, el guiso y el vino bueno a raudales. Sí, están las míticas carrilleras de cerdo –melosas y con la corteza tostadita– y todo el repertorio conocido, pero también cosecha propia, como unas croquetas de fricandó brutales. Las cartas kilométricas no fomentan la confianza, pero una vez has comido aquí, certificas que esto no es un 'hartapobres', sino un restaurante popular serio como pocos quedan: como Can Vilaró, por ejemplo. Por la mañana encontraréis desayunos de tenedor, claro, y el vino a copas –tinto Priorat, blanco, de Gandesa– es buenísimo.

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  • 5 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Catalana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 1 de 4
  • Crítica de Time Out

Roger Sánchez Amat, ex cocinero del Terra de Escudella, se ha establecido en Fort Pienc. Este maestro del sofrito y el fuego lento abrió Bullanga en enero del 2023, una versión moderna de las 'fondas de sisos', aquellos establecimientos de finales del siglo XIX donde se podía comer y dormir por seis reales. La Bullanga (porque es una fonda) tiene horario estricto de casa de comidas: de lunes a sábado, y solo se desayuna (a lo arriero) y se come (de cuchara, sobre todo).

¿Os parece poco? La oferta de almuerzo es un menú a 14 euros (a 18 euros el sábado) que recupera (y alivia un poco) la tradición catalana más telúrica –¡patata enmascarada! ¡Estofado de potro!– con toques personales y excursiones a Mallorca. Y créanme, este hombre sabe lo que hace; en Terra de Escudella cocinaba unos de los mejores menús de Barcelona (con unos macarrones para el recuerdo) y aquí encontraréis platos de cuchara sustanciosos, siempre con un pie en la búsqueda 'gastroantropológica' o costumbrista: unos pies de cerdo con orejones o sopas mallorquinas, que son un caldo de pan con recortes de tocino que aquí moderniza con mayor presencia vegetal.

  • Restaurantes
  • Cocina creativa
  • Vila de Gràcia
  • precio 3 de 4

¿Alguien decía que el 'capipota' no queda bien en Instagram? No el de la Fonda Pepa: una exuberante elaboración en la que el colágeno de la ternera va con pulpo, y se baña en una bullabesa con hinojo marino y el recuerdo de mostaza de estragón fresco. Muy fotogénico, pero todavía mejor. Una delicia que marca el camino de Paco Benítez (Noma, L'Eggs) y Pedro Baño (Caelis, Lluçanès), gente de alta cocina que quiere trabajar de cara al barrio y con servicio de proximidad. 

Están en la 'deep' Gracia, donde hubo la fonda Cal Robert durante 27 años, y en 2021 abrieron allí. Son tres los cocineros que a la vez hacen el servicio. Benítez es mexicano del DF: "Hay un punto de conexión de México con la picada catalana y el guiso a fuego lento", dice, y esto se hace explícito en un concepto maravilloso como los pies de cerdo con mole, o unas carrilleras de cordero antológicas: deshuesadas y cortadas como piezas de brocheta, van marinadas en especies 'ras-alhanut' (el pincho moruno) y con un puré de Celerí, hechas al Josper, gran aliado de la fonda de altos vuelos. Platos abundantes por unos 14 euros, y los sábados aquí te esperan desayunos de tenedor tradicionales a precios de bar de abuelo. Y vinos a copas excelentes ... Por poco más de dos euros. ¡Viva la pepa!

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  • Restaurantes
  • Cocina creativa
  • Sant Antoni
  • precio 4 de 4

Alkostat es el apartado de cocina catalana y tradicional de Alkimia. El precio es más asequible, las recetas más tradicionales y directas, pero la excelencia y la mano del cocinero son las mismas que las del hermano mayor y moderno. Es leer la carta y haverte la boca agua, y lo que te encuentras delante aún es mejor: brandada de Bacalao con judía verde y raifort, Steak tartar con 'allipebre' y mantequilla ahumada... ¡Pollo cubista en dos servicios! Muslo crocante con patatas mal cortadas, bien fritas y canelón fresco. Jordi Vilà trata la cocina catalana con máximo respeto pero sin corsés.

  • Restaurantes
  • Cocina creativa
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 3 de 4

Abierto en 2018 por la chef Carlota Clavé, La Gormanda es un punto importante en Barcelona en la reinterpretación de la tradición. Clavé –formada a Hoffman y que estuvo al frente de las cocinas de Alba Granados y Alba París– ha optado por huir de los tópicos y las combinaciones de ingredientes obvias. No encontraréis aquí atún y aguacate, pero sí 'gyoza' con carne de cocido o unas cocochas de bacalao al pil-pil con 'calçots', dos platos que hablan mucho de su visión de la cocina catalana contemporánea.

De una comida aquí podéis esperar un producto de temporada superlativo y una minuciosidad extrema, tanto en la concepción del plato como en el emplatado. Lejos de exponer una carta extensiva, Claver tiene un puñado de recetas que hacen que, además de hacernos disfrutar como locos, nos damos cuenta de que todavía hay campo para correr en la tradición si hay talento y espíritu de riesgo. Como su presa ibérica con una carbonara de piñones, o unos pies de cerdo con gamba roja y judías del 'ganxet'.

 

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  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 1 de 4
  • Crítica de Time Out
Un bar y restaurante de los que ya no quedan, con platos para presupuestos ajustados y buenos paladares. Su almuerzo de tenedor está para chuparse los dedos. Y a la hora de comer, preparaos para una comida comunitaria y unos primeros y segundos deliciosos. El capipota, el codillo y el bacalado son excelentes. Su carta de mediodía tiene casi 30 platos. Regadlo con un buen vino de Gelida.
7 Portes
  • Restaurantes
  • Española
  • La Barceloneta
  • precio 3 de 4

Los barceloneses quizá no hacemos mucho caso pero el 7 Portes es uno de los restaurantes más antiguos de Barcelona y, aún ahora, es uno de los lugares de referencia en cuanto a buena cocina tradicional de nuestra ciudad. A la hora de elegir qué plato es el más representativo de esta casa, afloran las dudas: ¡hay tanto para elegir! Los canelones trufados de fiesta mayor se pelean con los arroces de temporada y las sartenes para ver cuál es la receta de más éxito de este establecimiento. Pero no hay que llegar a este punto del recetario catalán para ver la buena cocina en el 7 Puertas: unos 'Sencillos' (no insustanciales) buñuelos de bacalao se vuelven un bien preciado en la mesa del comensal.

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