El hermano grande de la Mar Salada es una tasca marinera renovada, pero sin perder el espíritu de la cocina popular. Con casi cien años a las espaldas, encontraréis alta cocina de espíritu popular, que sobresale en los arroces. Como por ejemplo uno de brutal de callos con langostinos, sofrito de horas y ñoras, colágeno y caramelo puros enganchados a un grano impecable, o una fideuá de marisco con trompetas de la muerte inolvidable.
Lo más agradable es que el cocinero, Jordi Ballester, siempre inventa una vuelta de tuerca a un clásico arrocero que hace que siempre quieras volver. Como por ejemplo, un arroz negro con judías verdes finas en el que cantan los ángeles. Y las tapas y platos no desmerecen los arroces.