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Superfriki Market
© Marc Andreu Superfriki Market

El primer supermercado de comida friki está en Barcelona

Ricard Martín
Escrito por
Ricard Martín
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Frikis del mundo: ¡al loro! El primer supermercado de comida friki está en Barcelona. Después del éxito de las tienda dedicadas a Game of Thrones Harry Potter y Bola de Dragón, la empresa Reino de Juguetes acaba de abrir en las Galerías Maldà el Super Friki Market.

Bueno, seamos realistas; en realidad estamos hablando del primer colmado de comida friki de España: sus dimensiones son reducidas. Pero cada producto expuesto en el lineal de esta tienda hará estallar la sesera de los fans de Harry Potter, la fantasía y el manga. Empezamos por el apartado de tabletas de chocolate: que van desde lo obvio –una tableta de Willy Wonka en honor a Roald Dahl, pero siempre toca billete dorado– hasta la Excelsior dedicada a Stan Lee: ¡con una reproducción en miniatura del primer número de Spiderman! Pero yo me quedo con la tableta de chocolate del Señor de los Anillos, Camino Mordor: a 7,99 € todos los modelos.


Aquí los cincos grupos básicos de comida son: cereales, chocolate, alcohol, galletas e insectos secos con chile (también en barritas). Pero hay sorpresa en cada apartado. En los cereales, por ejemplo: hay muchos modelos diferentes de los infames Froot Loops que solo se venden en Estados Unidos. Cojo los cereales de galletitas Oreo: por cada ración de 30 gr, 13 de azúcar. ¡Mas de un tercio del producto es azúcar! La proporción habitual en España de un cereal guarrillo es de 22 gramos de azúcar por cada ración de cien gramos. O sea que papás, si vuestro hijo desayuna esto irá como una moto. 

¡Ojo con estos cereales, que el azúcar lo carga el diablo!
¡Ojo con estos cereales, que el azúcar lo carga el diablo!
© Marc Andreu

Otras perlas sorprendentes son las botellas de Fuego Valirio –en realidad absenta perfumada con canela, graduación de 33 % –; si las sacudes reproducen el efecto del explosivo de 'Game of Thrones'. O la cerveza de Harry Potter Horrrocrux, variedad tostada con mantequilla. Y cosillas para el aperitivo azucarado que caen dentro del reino de la normalidad bizarra (si consideras normal una gama de diez sabores de Fanta, o patatas fritas de jalapeño). Hay cosillas perversas, porqué el mundo pop japonés lo es: como un paquete de doce galletas Tsundere: “Diez son de un picante que te matará y dos son extremadamente dulces”.

Esto lo explica Yolanda Ice Queen, una de las encargadas (“no me gusta que me llamen encargada, en Reino de Juguetes todos somos iguales”) que revela que el secreto de su éxito relámpago es “haber hecho una tienda física de cosas que la gente solo encuentra en Internet”. Y sobre todo que la mayoría del público que entra en la tienda “encuentra aquí algo con lo que identificarse. Porqué dentro del frikismo todos somos gente normal, que vive su condición con orgullo y normalidad” (sin querer ser condescendiente, pienso en qué narices tiene de raro ser fan de Harry Potter o Game of Thrones).

El frikismo es transversal
El frikismo es transversal
© Marc Andreu

El público es del todo transversal: desde jovenzuelos fans del manga hasta jubilados que celebran el regreso de los caramelos Pez, los del dispensador de muelle. Lo que sí que es cierto es que el desembarco de Reino de Juguetes en las Galerías Maldá ha significado un chute de energía revitalizante en un centro comercial que, más que una galería comercial, iba para bulevar de los sueños rotos, si me permitís la repugnante imagen sabinera.

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