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Desde sus inicios, han vendido unos 25.000 bistecs tártaros. ¡Los han contado! Y esto significa que la aportación del restaurante Sintonia del Hotel Gallery –con el exBulli Pablo Tomás al frente– ha sido fundamental en la tartarización de Barcelona, es decir, en poner en primera fila de la moda el bistec tártaro (hasta el punto que mi hija de ocho años lo pedía: total, para ella era como sushi de carne). Llegados a este punto, decidieron independizar el plato y darle la entidad que merece.
En Steak & Wine Bar, dentro del propio restaurante Sintonia, pero segregado en la barra por una elegante reforma, se sirve en formato brioche y se rodea de una selección de tapas pensadas para comer informal, pero sin bajar el nivel: cocina con garantías, en pleno centro, para los que se mueven entre Rambla Catalunya y Passeig de Gràcia con hambre (y algo de prisa). La idea es clara: un bar de vinos que ofrezca una carta breve, con bocados fríos y calientes (deliciosas, las croquetas de calamar en su tinta) pensados para vermuts, aperitivos o tardeo con vino del bueno.

"Es una propuesta sencilla que acompaña muy bien al vino y a momentos de consumo más improvisados", explica el chef Pablo Tomás. "Son pequeños bocados que complementan el descubrimiento de nuevos vinos", matiza. Tapas pensadas no solo para acompañar, sino para quedarse en la memoria: cocina directa, sin disfraz, que hace hueco al producto sin complicaciones.

¿Y qué hay en copa? Cincuenta vinos de todas las DO catalanas, disponibles por copas o botellas, en una carta ecléctica y viva que irá rotando según las elecciones del maitre y sumiller Julià Duque. Nada de cartas eternas ni referencias imposibles: aquí se bebe bien, sin complicarse. Además, cada primer jueves del mes habrá catas guiadas con elaboradores invitados, empezando por nombres como Terroir al Límit, Olivardots o Martina Pariente.
El nuevo Steak & Wine Bar se puede disfrutar tanto en la barra como en la terraza de Sintonia, un espacio que ya jugaba en la liga de los mejores patios gastronómicos de Barcelona y ahora suma puntos con esta nueva apuesta por el vino y el tapeo fino. Tranquilidad, verde y buena copa en mano. Ni más, ni menos.

Y por si fuera poco, el espacio se ha vestido para la ocasión: la artista Gemma Mercader firma la nueva imagen del bar, con una interpretación libre (y muy visual) del steak tartar como tótem gastronómico. Porque cuando un plato te hace famoso, lo mínimo es dedicarle un interiorismo estiloso.