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Denassus
Foto: Scott ChasserottDenassus

Los mejores bares de tapas de Barcelona

En estos bares y restaurantes encontraréis algunas de las mejores tapas de la ciudad

Ricard Martín
Escrito por
Ricard Martín
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Para muchos son una religión y una excusa para reunirse con amigos y pasar un buen rato. Es la dosis más propia de nuestra gastronomía, la medida que complementa a la perfección cualquier comida o cena, la preparación que más desean propios y extraños. Hablamos, como es natural, de las tapas, las reinas de los bares y del buen comer y beber (con especial querencia por patatas bravas y croquetas). Os recomendamos que os dejéis guiar por esta lista de bares con tapas infalibles. ¡Viva la tapa!

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La Plata
  • Restaurantes
  • El Gòtic
  • precio 1 de 4

Las tres tapas imprescindibles de este emblemático bar donde deberéis comer de pie, ya os avisamos, son el pescado azul frito (no en vano, también se le conoce como Los pescaditos), la ensalada de tomate, cebolla y aceitunas y el pincho de morcilla. Nosotros añadimos una cuarta porque nos encanta, para atribuir más sentido a su apodo y porque, de hecho, aquí se acaba la carta de La Plata: el pincho de anchoas, lozanas y consistentes, ¡las mejores! ¿Para qué tener nada más si lo que hacen ya es bueno? Empezaron a freír pescado en 1945, o sea que son unos grandes expertos. ¡Buen trato, buena comida y buen vino!

  • 5 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Catalana
  • El Poble-sec
  • precio 2 de 4

Denassus tiene un nombre obvio y que nos encanta: los dos socios y propietarios, Sergi Ruiz (Premio Nariz de Oro 2014) y Alejo Mailan son sumilleres y se come... ¡de narices! Este gastrobar –sí, merece ese nombre, esto es una barra de bar con un elevado nivel gastronómico– abrió el verano del 2019, y desde entonces se ha establecido como un puesto de disfrute de alto nivel hedonista en Poble-sec. Ruiz y Mailan habían coincidido en el Bar del Pla –¡que como escuela no está nada mal!– y decidieron "abrir un sitio que nos gustara como clientes, que sea informal, pero donde te puedas pegar un festival", explican.

Este local ejerce el clásico "lo que quieras gastarte" de manera exquisita. Tanto puedes zamparte platos de disfrute instantáneo y salvaje, a precios contenidos –como unos buenos huevos rotos con patatas fritas y cecina ahumada de León, o los maravillosos callos y morro de la casa– como hacer fiesta grande con producto noble de cada temporada. Estamos hablando de un bar-restaurante de tapas de nivel, con una carta muy reducida y muy pensada: todo el rato entran fueras de carta con producto de temporada.

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Quimet i Quimet
  • Restaurantes
  • Española
  • El Poble-sec
  • precio 2 de 4

Sentarse en la barra del Quimet y Quimet es para soltar la lágrimilla. En esta taberna del 1914 –son la cuarta generación– tienen cerveza propia, sirven el mejor vermut de grifo del planeta y ofrecen una variedad de vinos que les llega al techo. con el añadido de que de la combinación de latas de conservas gourmet en hacen un arte: el montadito de salmón, yogur y miel trufada, su gran clásico, nos lleva a la felicidad absoluta

  • 5 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4

La Cova Fumada en la calle Baluard es un fenómeno que supera el ámbito gastronómico. Este restaurante popular de la Barceloneta no ha salido de la propiedad de la familia de Solé desde el año 1944, cuando abrió. Hoy está al frente Josep María Solé, y hasta hace poco no era extraño ver a la abuela Palmira pelando ajos y patatas en la entrada. Aquí no hay reservas que valgan: la gente, locales y guiris, hace cola y codos a partir de las doce en sus míticos portales de madera, para pillar un sitio. En su origen, era una taberna de pescadores a la que acudía la gente a beber –se traían su comida– y por los años 50, con la moda, empezaron a servir tapas calientes. Sed conscientes: en este sitio y unos pocos más está el origen de la tapa en Barcelona y los mejores desayunos de cuchillo y tenedor.

Aquí se inventó la tapa de la bomba

Dicen que en esta casa nació la famosa bomba de la Barceloneta. A juzgar por las riadas de gente que concurren es, seguramente, la mejor. Damos fe: mezcla magistral de patata y carne con salsa picante y alioli. Ligera, no cansa. Y ¿de dónde sale el nombre? "Un día un vecino que se llama Enric la probó y dijo: 'Esto es la bomba", explican. Para vosotros, historiadores de lo cotidiano.

 

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Jai-ca
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4

¡Tapas, tapas y más tapas! La lista de clásicos aquí es interminable. Desde la ensaladilla, con pimiento asado, una de las más top de Barcelona, ​​hasta las raciones que no fallan nunca en un lugar así: albóndigas, bombas, bravas, pescado frito, croquetas (uno de los recomendados!)... y tantas y tantas otras tapas que hacen de este bar un templo de la tapa popular tanto para vecinos del barrio como para turistas que quedan maravillados en cuanto ponen un pie en el local.

Además, tienen una carta de recomendados donde podréis encontrar desde un gazpacho hasta un carpaccio de mojama más que buenos. Hace más de 60 años que existe y esto se nota en su arquitectura, presidida por la barra original de madera.

La Esquinica
  • Restaurantes
  • Española
  • Nou Barris
  • precio 1 de 4

Tapicas con buena fama en esta taberna aragonesa, una de las referentes de Nou Barris. Como buenos maños, ¡aquí todo es ico! Destacan los chipironcicos, los choquicos, el morrico fritico y todo el resto de fritos que lo petan fuerte. También los tigres (mejillones rebozados) o los pimientos del Padrón. Las patatas bravas merecen una mención aparte: están en más de un top 10 y son muy apreciadas y, sobre todo, recordadas por su alioli contundente. Los fines de semana el local está lleno hasta los topes y es difícil conseguir una mesa. Tened en cuenta que no reservan pero sí dan tanda en la salica de espera.

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  • Restaurantes
  • L'Antiga Esquerra de l'Eixample
  • precio 2 de 4

Este clásico ofrece comida de calidad desde primera hora de la mañana hasta la madrugada. Con Jordi Vilà, uno de los cocineros más en forma de los fogones barceloneses, como chef ejecutivo, de su cocina salen incansablemente platos y tapas que nos hacen revivir, bocado a bocado, la herencia gastronómica catalana. Tanto si vais a primera hora de la mañana, como a última hora de la noche, podréis probar desde un cruasán, pasando por una ración de jamón ibérico hasta un buen capipota.

  • Restaurantes
  • Catalana
  • L'Antiga Esquerra de l'Eixample
  • precio 2 de 4

Abierto en octubre de 2022, Can Marlau es el primer restaurante propio de Ferran Soler, quien fue jefe de cocina de la Bodega 1900 de Albert Adrià. Y aquí el chef aporta todo el valor añadido de su trayectoria y know-how en un bar-restaurante gastronómico –esta es la definición que utiliza– donde encontrarás una cocina catalana de casa de comidas y tapas impecable, con toda la finura, técnica y producto que se espera de un bulliniano metido en lo tradicional. 

Soler apuesta por una carta que a primera hora del día solo enseña la patita, con desayunos de tenedor potentes y buenísimos –huevos fritos con chistorra, carita de cerdo, tortilla de bacalao y ajos tiernos...– y al mediodía aún gana más músculo y colágeno con cuchara, guisos y tapas. Este es un lugar para los rebañadores de pan en serie: su magnífico capipota –con judía blanca en lugar de garbanzos, que aporta mantecosidad– o una carrillera de ternera que el tenedor corta con un golpecito, son ejemplos de técnica aplicada a los sabores populares. Y su versión de la bomba de la Barcelona es de las mejores de la ciudad, sin duda. 

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  • Restaurantes
  • Sants - Montjuïc

Un hombre importante en la historia reciente de la tapa es Txema Martínez, que fue el chef del Inopia de Albert Adrià, zona cero de la reinvención de la tapa nuestra. Ahora es cocinero y socio de la Bodega Amposta, un encantador local restaurado que recupera la memoria histórica de la Fuente de la Codorniz, así como la mejor cocina catalana de platillo y tapa, hecho con un horno de brasa. Pies de cerdo con picadillo, callos con 'capipota' ... ¡Y unos garbanzos con carabineros inolvidables!

  • Bares y pubs
  • Bares de tapas
  • precio 2 de 4

Rehabilitar un bar es una tendencia. Pero el cocinero Aimar Córdoba es un enfermo de barra. "Soy un loco de los bares 'manolo', me los conozco todos", explica. Y cuando pudo hacerse cargo del bar junto de al lado de La Paloma, El Pollo, no se lo pensó. Córdoba es de Bilbao, y sus truchas en la vasca (melosas, dulces, líquidas) desacreditan a los indocumentados del sin cebolla. Una factura incrustada en el plástico de las servilletas hace de carta. 

El Pollo tiene el aire típico melancólico del garito harta pobres del barrio Chino, pero cuando llegan los platos se dispara la alegría: el producto es fresco y de primera, y la carta tiene un apartado de espectaculares platos de cuchara (merluza de gancho en salsa verde y judías de Santa Pau) que te los podrías encontrar en un restaurante clásico de Bilbao.

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  • Restaurantes

Vázquez Montalbán, asiduo en su barra, decía que hacían de las mejores croquetas y tortillas de patatas de Barcelona, ​​dos piedras angulares de un buen bar. Era toda una institución. En 2012 se hizo cargo una china, Rosi; y se burló de los que vaticinaban –con un toque de racismo– la era de la croqueta congelada y la tortilla seca. El gallego reabrió el Michigan en su pueblo natal, Rosi se retiró en 2019, y el grupo La Confiteria lo ha reabierto en 2020. "Nos lo traspasó Rosi a condición que lo mantuviéramos igual", explican. Y lo han cumplido: "Mantenemos el ADN de Bar Manolo gourmet", explica Baldovinos, y esto se refleja en una carta donde puedes zamparte el cuarteto de la alegría (brava-rusa-croquetas-tortilla), y otras tapas disfrutonas y de mojar pan (¡alitas de pollo, mejillones al vapor, huevos cabreados!). Y cocina sin interrupciones de las 7 a las 23 h.

  • Bares y pubs
  • Bares de tapas
  • Fort Pienc

Contracorrent Bar es un bar de verdad -barra y minicocina-, y no un restaurante inmenso con taburetes altos y un cocinero Michelin diciendo que tiene un bar (y los precios son más de bar que de alta gastronomía). El chef siciliano Nico Drago -quien fue uno de los socios del O'viso y La Castanya, donde se podía comer bien por cuatro duros- y la sumiller Anna Pla se han formulado el reto "hacer un tapeo diferente con vinos naturales, pero apto para el barrio": la deliciosa calle Ribes en Fort Pienc.

Y a fe de Dios que lo consiguen: mezclando Italia y Cataluña, y  platos de cocina popular: ¡la ensaladilla rusa de pollo asado es domingo al cubo! Textura de ensaladilla rusa y sabor de pollo asado en una tapa de cinco euros. Drago es un maestro a la hora de hacer un puente entre la tradición catalana y su italiana: como un calamar a la plancha con salsa 'bagna cauda' -típica del Piamonte, con anchoa y ajo asado- que tiene un contrapunto mágico con los 'grelos', o un capipota a la parmesana. De todas formas es una carta corta y cambiante, temporada total: si se acaba un producto, pues tachado de la pizarra y listos. La carta de vinos naturales -más de cien referencias en un bar de barrio- promete muchos momentos de placer con amigos en una excepcional terraza.

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  • Bares y pubs
  • Bares de vinos
  • El Poble-sec

Otro bar de barrio que ha pulsado el botón de reboot es el Bar La Cañada. JuanPe González (Banda Municipal del Polo Norte), el 2022 reavivó esta espléndida barra inoxidable de 1980, en el Poble-sec más tranquilo, con la ayuda del actor-artista Nico Baixas y Lina Ruiz. "Reproducimos una manera española de entender el bar, con gente a pie de barra y buen producto de todo el mediterráneo", dice.

Ha juntado delicadezas frías (aceitunas de Bailén, atún ahumado de Murcia, embutidos de Salamanca, quesos artesanos...) con una carta de vinos a copas bien elegidos, y un par de guisos que hace su madre: deliciosas las albóndigas con recuerdos especiados de Casablanca, destino del exilio republicano de sus abuelos, o un muy suculento lomo de cerdo asado. Y mucha alegría de una clientela joven y farandulera que vienen director de l'Institut del Teatre. Atentos a su instagram, @lacanadabcn, que anuncia sus conciertos.

  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • Bares de tapas
  • Sant Andreu de Palomar
  • precio 1 de 4

En la rambla de Sant Andreu, Josep Lluís Clotet y su mujer, Charo, abrieron la Bodegueta de Sant Andreu, a mediados de marzo del 2020 (ehem, ya sabéis lo que pasó). Y han consolidado un bar de tapas que tiene un lema resultón (y cierto): cocina modesta pero honesta. Clotet se enorgullece "de no comprar nada de quinta gama, hacerlo todo hogareño y comprar en comercios del barrio en la medida de lo posible". La prueba es llegar y encontrarte un escaparate de las croquetas del día sin freír.

Aquí la cosa va de placer comiendo directo y sencillo, pero hecho con mucha mano izquierda. Las croquetas tienen forma irregular –porque las voltean a mano– y buenísimas (probad las de huevo frito y chorizo). Tienen una quincena larga de variedades. El otro punto fuerte son los pinchos de tortilla de Charo –de esas bien jugosas, con el punto de caramelo de la cebolla endulzando el queso– y los guisos (por ejemplo, callos o albóndigas con chipirones).

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  • Restaurantes
  • Vila de Gràcia
  • precio 1 de 4

Ni se trata de una pollería, ni está tan cerca de la parada de metro de Fontana, sino que es un bar de tapas hecho restaurante cercano a Joanic. Aquí Nil Ros (cocinero-propietario) y su equipo apuestan por la cocina catalana tradicional y por los platos más caseros con recetas de la abuela. Todo se hace al momento, y encontramos tanto platillos clásicos como tapas muy bien hechas. Incluso cocinan paellas.

  • Restaurantes
  • Cocina creativa
  • L'Antiga Esquerra de l'Eixample

Emparentado con el Mont Bar, de éxito reconocido por muchos barceloneses, el Mediamanga apuesta, a priori, por una cocina más sencilla y asequible, aunque en un santiamén puede hacer un salto hacia la creación que quedas bien retratado. La cocina está a la vista de manera que puedes ver como preparan elaboraciones basadas en cocinas de aquí y de Francia. Autenticidad e identidad. Se agradece encontrar buenos ejemplos. El Mediamanga es uno. Así puedes comer un salmorejo con boquerones fritos o unas empanadillas rellenas de pintada con salsa de calamar que te harán caer de culo de buenas. Esfuerzo, talento y ganas. Una combinación mágica que hace sacar lo mejor de este restaurante con cara de bar del Eixample.

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  • Bares y pubs
  • Bares de tapas
  • El Poblenou
  • precio 2 de 4

Hay bares que hacen barrio: que con su carácter popular marcan una línea divisoria entre trabajar para todos o sólo para el turista. Y el Bar Nuri se posiciona en la primera opción. No es cualquier sitio: el restaurante del grupo Familia Nuri es donde durante casi cuarenta años ejerció La Tertulia, un restaurante de tapas y menús que fue toda una institución popular en barrio.

El Bar Nuri es un homenaje al primer restaurante que abrió la familia, un bar que funcionó en Poblenou entre 1962 a 1976. Lo más importante es que mantiene una relación calidad precio muy buena, de la que se benefician los turistas pero sobre todo el público del barrio. Por ejemplo, con un platazo de bravas de primera, o una ración de sepia a la plancha, abundante, sabrosa y tierna, fresca sin duda, y unos sabrosos huevos de Calaf, estrellados con chistorra.

  • Bares y pubs
  • Bares de tapas
  • Les Corts

“Me gusta la idea de ser la nevera del vecino”, me explica Arnau Barba, en el Collonut de Les Corts. Ya ha abierto tres Collonuts: en Olesa, 7 y en Gran de Sant Andreu, 180. Son bares de barrio en el barrio y para el barrio. Desde la terraza de Les Corts, pienso en libertad, copa y puro. Porque en Collonut se come de narices y a un precio reventado. "Soy de Maragall, y quería un ticket de 15 euros", explica Barba, joven restaurador de 33 años con experiencia en altas barras (Abellán, Hotel W, Moritz) y que con más socios han replicado la fórmula pero con ánimo de proximidad y no de franquicia.

Excelente producto local con preparaciones directas y precio rasurado. Ejemplos: tostada de cerdo de los Casals con miel (¡plato de Michelin a 2,70 euros!), o un guiso de rabo de buey (12,90) de donde comen tres. O un miércoles tarde cualquiera bajas a regalarte un buen fuet de Vic y un pincho de tortilla de patatas. Y sus 'torreznos' –gruesos, bien fritos, crujientes, una delicia– justifican la visita. Un sitio de disfrute porcino y beber bueno, bonito y barato.

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El Vaso de Oro
  • Restaurantes
  • La Barceloneta

La cerveza rubia de la casa es el acompañamiento ideal para sus sabrosas tapas. No tienen una selección muy grande de cervezas, pero lo compensan con sus deliciosas cañas en vaso 'pielsen', aquellos que parecen una flauta, con el vaso refrigerado y la crema de la birra consistente. No fallan nunca. Lo mismo ocurre con la comida: tienen un repertorio de tapas y platos más consistentes, como por ejemplo la ensaladilla rusa con atún picado, o el filete a la plancha con foie, que justifican el eterno retorno.

  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Catalana
  • El Poble-sec

La Chana es pequeñita y estrecha, un bar de esos de arrimarse, de intentar poner un codo en la barra o el culo en uno de los taburetes clásicos de madera que acompañan a las cuatro mesas que tienen en el interior. Las paredes de la Chana lo dejan claro: son devotas del rock and roll más canalla. De los Fleshtones a los Meows, aquí no dejaréis de escuchar grandes guitarras y melodías. Desde que abrieron en 2014, aquí se come pescadito frito y las mil y una especialidades de la bahía de Cádiz, porque la jefa, Natalia, es de Sanlúcar de Barrameda.

La oferta es variada, excelente y a buen precio: de fritos, boquerón, chocos y cazón; de Barbate, la fantástica mojama, atún y la hueva de maruca; también hacen un salmorejo para chuparse los dedos y tienen chicharrón de Chiclana, morcilla, pringá y tagarninas. T
odo un festival gastronómico gaditano para quien tenga nostalgia y quiera quitársela con cañas bien tiradas (o vinos blancos de Cádiz, o manzanilla o barbadillo), rock y pescadito muy bien rebozado y frito a la andaluza.

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  • Bares y pubs
  • Bares de tapas
  • La Bordeta

Puedes ir a ver el fútbol y tomar una birra y unas anchoas (que limpian ellos), unas bravas buenas, una tapita de cecina (El Capricho) o la tortilla del día (que hacen al momento, jugosa, y hecha con huevos ecológicos). Puedes ir a tomar el vermú y aprovechar el solecito que toca en su terracita llena de barrio: en la plaza tranquila los niños pueden campar alegremente sin coches mientras los padres pican una ensaladilla rusa con ventresca, unos mejillones o tripa con capipota . Puedes ir a hacer un desayuno de tenedor o una cena de alegría improvisada entre semana, los platos que cocina Manoli son para mojar pan:
¡ albóndigas con sepia, fricandó, meloso de ternera, carrillera!

Cazuela de la buena. El hijo de Manoli, Jordi Marzo, después de trabajar en muchas cocinas reputadas, cogió los trastos y en 2017 regresó al barrio donde creció para montar su sitio: un rincón familiar donde todo el mundo se encuentra como en casa y se come de coña. ¿Por qué acabar siempre sucumbiendo al shawarma en vez de atacar con ganas un calamar relleno? En el Tramendu son espectaculares. Tienen buena pitanza (carne de Joan Casas, pescado del GranAzul, verduras de Pau Santamaria) y buena bebida (vinos de Cuvée 3000). Y los brazos abiertos y muy buen rollo, que es lo más importante.

  • Restaurantes
  • Cocina creativa

Una fórmula infalible: vermuts y tapas creativas para el comensal intrépido, que quiere ir más allá de las croquetas. Un local agradable con un pequeño comedor, un espacio en la entrada con mesas altas y un par de pequeñas barras. Y una ubicación privilegiada en el barrio de Sants. La Mundana, que debe su nombre a una serie de platos del mundo que encontramos en la carta, todos revisados con imaginación y respeto: la voluntad de jugar con texturas y gustos sin dañar la esencia de la materia prima. ¿Ejemplos? Un carpaccio de cigala con mayonesa de yuzu, fresco y divertido; ¡o una lasaña de pies de cerdo con pistachos!

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  • Restaurantes
  • Francesa
  • Sant Gervasi - Galvany

Desde su apertura, el Monocrom es conocido como un 'bistrot' de vinos. Pero no es sólo eso. Sí, la carta de vinos que han construido los dos propietarios –los hermanos Janina y Xavier Rustia, con predilección por los vinos naturales– es más que notable; pero además aquí encontraréis una aproximación a la cocina catalana modélica, pero poco encotillada: a cargo del cocinero Joan Vallès (¡nacido en 1996!), un chef que ha pasado por Hisop y Fermí Puig (donde fue jefe de cocina con menos de 25 años).

En carta platos que ya son clásico de la casa, como unos extraordinarios macarrones de sofrito principesco, o una escalivada reconcentrada que es una explosión de sabor. Vallès rinde su versión de homenaje al 'platillo' catalán, ofreciendo las mejores versiones posibles de un capipota o un pato con nabos (y también visitas a Francia, como una tarrina de pato con mollejas y pistachos). La carta es corta, de temporada radical y provista por pequeños y selectos productores. Un lugar que hay que conocer.

  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Cocina creativa
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 3 de 4

Bisavis no es simplemente un restaurante. Es una experiencia multisensorial, hecha por una cocina excelente con el entusiasmo de un cocinero gastrónomo y detallista que todo lo hace delante de ti. A primera vista, el Bisavis es un lugar pequeño y simple, donde predomina el gris metálico, el blanco y la madera.

Aquí no encontraréis bebidas comunes como Coca-Cola o café descafeinado, pero no lo echaréis de menos, ya que, en cambio, tiene una ensaladilla sorprendentemente fresca y personal, una raya a la mantequilla con alcaparras simplemente excepcional (homenaje a Juanjo de la Tasquita de Enfrente), unas carrilleras de ternera que hacen cantar a los ángeles, una pannacotta deliciosa y la gran idea de inventarse otra manera absolutamente diferente de hacer callos. La cerveza es suya (una lager suave y sabrosa, hecha en casa de los cerveceros leridanos Click & Brew) y la carta se canta y cambia cada día. 

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  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • Bares de tapas
  • La Barceloneta
  • precio 2 de 4

En un entorno complicado para detenerse a comer unas tapas como son las cercanías de la Barceloneta, El Xulo da el pego, y por puntos. Su cartel grita que "¡todo es casero!". Y abundante, añadimos. Si tienes el arrebato goloso de pedir bombas y bravas, verás que las enormes raciones son más propias de un buen bar gallego de L'Hospitalet que de un bar de tapas de la Barceloneta (y la calidad es buena: te llegan bien calientes y con salsas que ni repiten ni son de bote).

Puede compartir unas tapas o hacerte un homenaje a base de arroces con un punto de cocción óptimo y pescado de lonja a la brasa (con precios que tampoco se pasan). Y la terraza es de lo más simpática, con un servicio amable y veterano.

O'Retorno
  • Restaurantes
  • L'Antiga Esquerra de l'Eixample

Alerta. Desde fuera, este bar gallego parece de lo más vulgar. En la barra, de bar Manolo hardcore, es donde se desarrolla la acción: la simpatía es de bar de toda la vida –tapa con la caña!– y podéis comer desde unas raciones de producto acojonante y muy muy hecho, hasta un pulpo a la gallega sobrenatural o una merluza fresquíssima – con media ración basta, os saldrá mejor de precio, son enormes– como platos más de batalla (tripa a la gallega, oreja). Desconfiad de los lugares que enseñan la foto del plato: ¡este es la excepción!

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