Escapadas románticas cerca de Barcelona

¿Por qué ir? Se conserva perfectamente el equilibrio entre el antiguo pueblo de tradición marinera y una ciudad de postal donde a cada paso nos deja boquiabiertos un rincón con encanto. Hay que caminar por la calle de l'Aigua y visitar patios como el del bar La Guineu. Pero si definitivamente quieres triunfar con un detalle romántico soberbio, reservar una habitación en Dolce Sitges y el amor se encenderá en llamas.

¿Qué ver? La iglesia de Sant Bartomeu es el emblema más popular, aunque la vila esconde muchos secretos que deberéis descubrir.

Dónde dormir

¿Por qué ir? Artistas como Dalí transformaron este rincón del Empordà en un mito vacacional. Con los años la leyenda se ha ensanchado por su acierto a la hora de conservar el pequeño encanto de una antigua villa de pescadores. Si bien en verano es un lugar concurrido, Cadaqués es una visita encantadora en cualquier época del año. Así, pues, aquí tenési el paseo romántico cerca del mar que vuestra escapada necesita.

¿Qué ver? Visitar el Baluarte de la antigua ciudad fortificada en el Ayuntamiento e ir hasta la cala de Port Lligat para ver la Casa Museo de Salvador Dalí.

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¿Por qué ir? Si queréis descubrir uno de los núcleos medievales mejor conservados de Cataluña, esta es vuestra escapada. Calles de la Edad media adoquinadas que transforman vuestra escapada en un cuento de hadas. Un pueblo excavado en la roca que rodea un gran foso, una fortaleza que imaginamos antiguamente inexpugnable.

¿Qué ver? Sus tiendas de artesanía y sus numerosos restaurantes.

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¿Por qué ir? Es una de las murallas medievales mejor conservadas de Cataluña, con un casco antiguo que conserva otros imponentes edificios que hacen de la capital de la Conca de Barberà uno de los rincones imprescindibles del sur de Cataluña. No te puedes perder la Feria Medieval por San Jordi, una de las más interesantes y mejor ambientadas.

¿Qué ver? Aparte de la arquitectura medieval, es imprescindible la oferta de enoturismo y alguna de las numerosas excursiones de los alrededores.

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¿Por qué ir? Un pueblo construido en lo alto de un acantilado, que mira al pantano del que toma el nombre. Su pasado árabe rellena de leyendas la espectacular orografía, y da nombre a rincones encantados, como el Salto de la Reina Mora, desde donde dicen saltó Abdelàzia con su caballo, huyendo de la conquista cristiana. Todavía hoy se pueden ver las huellas que dejó el caballo antes de su último salto. Mágico.

¿Qué ver? El castillo árabe y la iglesia de Santa María, además de las tiendas donde se puede comprar el sensacional aceite que cultivan en la zona.

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¿Por qué ir? Su ubicación es una de las más icónicas de Cataluña. Situado en la pendiente de una colina que bordea el Ebro, sus calles parecen querer precipitarse sobre las aguas que las reflejan. Esta posición dominante sobre la corriente del río ha transformado esta población durante siglos en un enclave estratégico, con numerosos restos históricos por toda la ciudad. Imprescindible.

¿Qué ver? El castillo de los templarios del siglo XII o las piscinas naturales de la Fontcalda.

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¿Por qué ir? No puede faltar en cualquier listado de las poblaciones imprescindibles a visitar, y sí, también es el decorado perfecto para tu escapada romántica de fin de semana. ¿Por qué? Es una de las muestras más impresionantes de la Cataluña medieval, con su característico puente de ocho arcos que data del siglo XII. Imposible no enamorarse, de la villa y de la compañía.

¿Qué ver? Sus calles adoquinadas y los restaurantes y tiendas para comprar productos de la tierra

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¿Por qué ir? Imaginad un lugar privilegiado de la Costa Brava que combine magníficas rastros de la arquitectura colonial, obra de los indianos retornados de América, y restos de arquitectura medieval, como el imponente castillo levantado en medio de la colina que preside la villa. Si subís, os podéis perder por el camino para trabajar la pasión escondidos entre los pinos.

¿Qué ver? Ideal para hacer un trozo del camino de ronda o visitar el antiguo núcleo románico de Esclanyà.

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