
1. 'Una història és una pedra llançada al riu', de Mònica Batet
Ésta no es una novela corriente, ni su historia es la habitual, aunque haya amigos que se aman, madres e hijas que se pelean, mujeres que se enamoran del hombre equivocado, hombres que piensan que lo saben todo, chicas revolucionarias y canciones, y un ambiente dictatorial que hace que la vista se deslumbre. 'Una història és una pedra llançada al riu' es una oda a la ficción, a la memoria popular, una novela que atraviesa fronteras, estados de ánimo y estilos, que te hipnotiza desde que te cuenta el terrible cuento de La línea en las primeras páginas hasta que conoces de cerca al Folklorista, al Revolucionario, a la Escuchadora de Canciones ya todos los personajes, pequeños y grandes, que se pasean. Porque Mònica Batet juega con la seducción de las palabras y de las tramas y nos narra su novela como si fuéramos niños ávidos por escuchar.
Todo comienza con un chico al que su padre obliga a aprender a bailar, el Futuro Folklorista, y otro chico al que conoce en un salón de baile, el Futuro Revolucionario, lector contumaz, también. Ambos están cautivados por los cuentos populares hasta que una dictadura terrible parte la ciudad en la que viven, donde se dibuja una línea divisoria que es sinónimo de ejecución. Y rompe sus vidas. La hija del Folklorista continuará el trabajo del padre y se convertirá en la Escuchadora de Canciones y será capaz de ir más allá.
Batet ha construido una novela deliciosa sobre el poder de la música y de la ficción para derrocar tiranías. Podemos pensar que habla de Berlín, ciudad dividida durante 40 años. Pero esto importa poco. Porque de lo que nos habla es de la capacidad de los humanos de resistir y de inventar, de la imaginación y de la fuerza colectiva de los mitos.
Angle. 224 págs. 17,90 €.