1. Teatre Romea
    Foto: Teatre Romea
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Teatre Romea

El Teatro Romea tiene más de cien años de historia en Barcelona y ofrece una programación transgresora y provocativa a la vez que reflexiva y entretenida

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Time Out dice

El Teatro Romea nació como teatro privado en 1863, orientado a la pequeña burguesía y las clases populares. En 1981 se convirtió en el Centro Dramático de la Generalitat, que representó el papel de teatro nacional hasta la creación del Teatro Nacional de Catalunya (TNC). En 1999 comenzó una nueva etapa bajo la gestión del Grup Focus y diferentes directores, como Calixto Bieito y, actualmente, Josep Maria Pou, que le han convertido en un espacio de actualidad artística con compañía propia.

Desde ese año, la programación del teatro arriesga con nuevas propuestas adaptadas a la actualidad que aportan el carácter transgresor y provocador sin dejar de lado la reflexión y el entretenimiento por no dejar de provocar un debate cultural contemporáneo constante. Durante más de veinte años, el teatro ha recibido varios galardones por tu trayectoria y propuesta artística, como el de Mejor Programación de Teatro de España en 2005 y la Medalla de Oro al Mérito Cultural del Ajuntament de Barcelona en el año 2014.

El edificio

A pesar de que el edificio fue inaugurado en 1863, se sometió a varias reformas hasta que el arquitecto Joan Rodon realizó la última en 1992. Esta última remodeló el teatro tal y como lo conocemos hoy en día, con una fachada con diversas referencias clasicistas y tonalidades rojizas en las ventanas. Si entráis, os recibirá un majestuoso vestíbulo y, si continuáis, llegaréis a la sala principal, que tiene una capacidad de unos 650 espectadores. Las butacas están divididas en platea, las lonjas laterales y otros dos pisos con butacas en todo el entorno. También podréis coger fuerzas en el bar cafetería que tiene acceso directo desde el vestíbulo y que abre una hora antes de la representación hasta el inicio del espectáculo.

Romea en Familia

Desde hace 10 años que el teatro impulsó esta programación dirigida a los más pequeños en un teatro emblemático de la ciudad. Cada año gira en torno a un lema diferente, y esta temporada 2023-2024 la temática ha sido "Nos encanta el teatro, ¿venís?", donde hay programadas obras como El Cuento de Navidad y la Sra. Scrooge, de Montse Alcoverro, o clásicos como Un vestido nuevo para el emperador, de la Pera Llimonera. Durante la década que lleva esta propuesta en marcha, el objetivo de hacer vivir con pasión el teatro a los más pequeños y sus familias sigue como objetivo principal.

Programación

La programación del teatro cambia según la temporada, además, las representaciones suelen estar en la cartelera pocas semanas, aunque algunas pueden estar unos meses. Eso sí, si vais, ¡no os preocupéis porque os aseguramos que siempre habrá alguna que os llame la atención!

Detalles

Dirección
Hospital, 51
Barcelona
08001
Transporte
Liceu (M: L3)
Horas de apertura
Consultad los horarios en la web

Qué ocurre

Tirant lo Blanc

3 de 5 estrellas

Cada década, como mínimo, debería tener su versión de 'Tirant lo Blanc', al menos para ver dónde estábamos y dónde estamos. Porque es imposible salir del Romea tras la versión del clásico de Joanot Martorell que ha urdido Joan Arqué sin compararla con la que montó Calixto Bieito en el 2008. Son dos espectáculos radicalmente distintos. Uno, un escalón más para un director que avanza con paso firme. El otro, obra de un genio. Uno, con Judit Neddermann en el escenario y libreto de Màrius Serra. El otro, con música de Carlos Santos y letra de Marc Rosich. Dos universos divergentes centrados en la propia obra. Para empezar, Bieito colocó una pasarela en la platea, contaba con catorce intérpretes sobre el escenario y todo tenía un aire operístico. Arqué hace la obra a la italiana, tiene ocho actores y actrices y el montaje tiene aroma folk. En ambos casos, se han tomado riesgos y se ha decantado la obra hacia un lado o hacia el otro. Bieito ponía más énfasis en el cariz sexual de la novela, mientras que Arqué duda entre sí decantarse por ahí o buscar más el choque de civilizaciones, entre cristianismo e Islam. El 'Tirant' de Bieito era una fiesta carnal, bélica. El de Arqué matiza muy bien que vivimos otro tiempo y que, tal vez, es necesario matizar a los clásicos. "Hay momentos coreográficos brillantes e ideas muy bien logradas" El problema del montaje actual es que peca de sencillez. No sé si se puede sacar adelante un 'Tirant lo blanc' con poco más que una tarima portátil, un ve

Voltaire / Rousseau. La disputa

4 de 5 estrellas

Cuando Rousseau (Pep Planas) le acaba de confesar a Voltaire (Josep Maria Flotats) que, efectivamente, abandonó a sus cinco hijos, Flotats mira al público, hace una pausa y se sienta. Son cinco segundos que hacen que lo que acaba de decir Rousseau no caiga en saco roto, para que el público capte la gravedad del momento. Es uno de los clímax de la función. Un pequeño detalle, quizás minúsculo, la pausa, el movimiento, que hace volar muy arriba esta versión de 'La disputa' de Jean-François Prévand que tenemos en el Romea. En otras manos, el reencuentro entre Voltaire y Rousseau, entre maestro y discípulo, podría haber sido un palo fenomenal. Pero en brazos de Flotats se convierte en una lección magistral de cómo se puede hacer teatro popular a partir de las ideas. Porque aquí se habla de rivalidad, de verdad y de mentira, de ética, de moral, de religión, y no hay ni un segundo en el que los espectadores miren el techo o bostezar. Flotats está en una forma que ya desearían actores de 45 El ritmo es endemoniado, de mascletá. Y si tenemos en cuenta que Flotats ya ha cumplido 85, la cosa es aún más magnífica. El actor está en una forma que ya desearían actores de 45. No ha perdido una dicción aprendida en la Comédie Française que ya forma parte del imaginario colectivo local aunque ahora hace mucho tiempo que no veíamos actuar en catalán. Aquí, en la piel de Voltaire, el filósofo ateo, republicano 'avant la lettre', hace que su personaje sea el icono que fue. Planas, a su vez, agua

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