Qué es: es como tener un beach club, pero en vez de en la playa, junto a Príncipe Pío. Solo les falta el rayo verde, ese esquivo fenómeno óptico en el horizonte playero al atardecer, porque mojitos, daiquiris y sangrías se despachan entre palmeras y cañas de bambú.
Por qué nos gusta: porque se toman muy en serio lo de hacerte sentir que estás cerca del mar y es llegar el verano y transformar el afterwork de lunes, martes y miércoles en un beach club.