Puente de mayo: los mejores lugares para viajar a las Islas Canarias y Baleares fuera de temporada

Si ya has estado en Ibiza de fiesta, ha llegado el momento de que te des el capricho de vivirla de día, en modo relax y en silencio. Posiblemente, esta sea la única manera (real) de disfrutar de sus calas, de sus vistas, de sus amaneceres y sus atardeceres, de sus playas de aguas cristalinas y paradisíacas, de su rica gastronomía balear, de su naturaleza casi salvaje... Un plan irresistible que, en lugares como Six Senses Ibiza, van más allá del lujo. Y es que este es un hotel cinco estrellas en la bahía de Cala Xaraca que ondea la bandera del bienestar en el sentido más amplio de la palabra: wellness, sostenibilidad, conexión con la naturaleza, meditación, alta gastronomía... para quienes puedan darse el capricho de pagar una habitación (entre 600 y mil euros la noche durante el puente de mayo). 

Alejada del tópico del sol y playa (aunque tiene una de las mejores playas urbanas) y del turismo de volcanes (que también tiene, y a lo bestia), Las Palmas es la ciudad más atípica y más urbana de Gran Canaria. Sin olvidar su envidiable entorno natural, su rico patrimonio, su pasado colonial y su clima (22 grados de temperatura media al año). Un mix envidiable que la convierten en uno de esos destinos imprescindibles para visitar fuera de temporada. ¿Y qué es lo que hay que ver en Las Palmas? El idílico jardín botánico, la playa del Confital (y la de las Canteras), Vegueta (su barrio histórico), Triana (el barrio más cool) o San Juan (el más popular y bohemio). Y para dormir, un hotel único y mágico: Santa Catalina, A Royal Hideaway Hotel. Tan singular que de hecho es uno de los mejores hoteles históricos de lujo de Europa. Y su currículum no acaba ahí: también es el hotel más antiguo de las Canarias (levantado en 1890) y dormir en él es casi como hacer un viaje en el tiempo con rumbo a sus orígenes británicos, de elegancia exquisita y fachada colonial (todo un icono entre los mejores hoteles del mundo). ¿Más? Su desayuno es sencillamente abrumador, y para muchos (incluida yo) uno de los mejores desayunos de hotel para disfrutar sin prisa    

Vamos a Mallorca, pero no a la de las playas llenas de bañistas, ni la de las calles repletas de turistas en busca de una cerveza bien fría. Sino a esa otra Mallorca secreta, escondida en su bellísimo paisaje natural e incluso esculpida en la roca. Y la hemos encontrado oculta entre los acantilados de la bahía de Palma, ese hermoso lugar bañado por las aguas del Mediterráneo a los pies de un Área Natural de Especial Interés, la reserva marina protegida por sus praderas de posidonia y su riqueza en biodiversidad. Un escenario de ensueño en el que se levanta Cap Rocat, el hotel tallado en roca arenisca que convierte en realidad el lujo de dormir en una antigua fortaleza. El complejo arquitectónico es un remanso de paz cinco estrellas Gran Lujo, un remanso de turismo sostenible, a solo diez minutos de Palma, la capital de la isla. 

La idílica isla de Menorca es un paraíso mediterráneo irresistible para visitar en cualquier época del año. Aunque es el verano cuando todos sus encantos quedan al descubierto, como una playa cuando baja la marea. Solo así se pueden descubrir lugares únicos e insólitos, que van más allá de Mahón y Ciutadella, los famosísimos centros urbanos de la isla. Como la idea es descubrir nuevos rincones, no vamos a recomendar las playas más conocidas por todos, como cala Galdana (la más grande y familiar), Macarella y Macarelleta (dos playas de postal), Turqueta (una cala casi virgen), Talaier (una calita escondida y rodeada de pinos) o Mitjana y Mitjaneta (conocidas por ser playas nudistas), auténticos paraísos en la tierra en los que prácticamente ya no cabe un alfiler, sino que nos vamos a descubrir otro rincón de la costa de Migjorn, donde está la playa de Santo Tomás. ¿Por qué? Porque justo ahí se levanta uno de los mejores hoteles de la isla: Villa Le Blanc. Todo en este idílico balcón frente al mar es puro 'hype': su arquitectura (de paredes de cal blanca, azulejos y barro), su estética (con jardines que recrean la flora autóctona de la isla), su amor por la artesanía local, su diseño, su gastronomía de autor y Km0, y mucha conciencia eco, porque ha sido remodelado según los principios de la sostenibilidad turística liderando un concepto pionero en la isla. Y tiene uno de los mejores kids club de hotel para viajar con niños. ¿Qué más se puede pedir? 

La playa del Papagayo es una de las mejores playas de España. Un arenal de aspecto desértico y volcánico al sur de la isla de Lanzarote que no falla en las listas de las playas imprescindibles cuando llega el verano. Y es ahí precisamente donde vamos, punto de partida de una ruta que nos lleva de viaje por la bahía de Playa Blanca y Punta del Águila, descubriendo lugares como playa Mujeres (justo detrás de la del Papagayo), la cueva del agua o el castillo de San Marcial de Rubicón de Femés, una fortaleza al borde de la costa que nos lleva directos a la época de los piratas. Muy cerca, el Museo Atlántico Lanzarote, un museo subacuático de esculturas, figuras humanas y hasta un barco de refugiados al que se accede solo buceando. Y para dormir, Barceló Playa Blanca, una de las últimas y más recientes aperturas de Lanzarote inspirado en la esencia más auténtica de la isla. 

A menos de tres horas desde Madrid (con el Atlántico de por medio) se esconde una de las joyas secretas mejor guardadas de todo el archipiélago canario. Un refugio en el que siempre hace sol, las temperaturas son suaves y el entorno es sencillamente envidiable en cualquier momento del año. Estamos en Isora, un lugar idílico en la costa suroeste de Tenerife, rodeado de paisajes volcánicos, exuberante vegetación y vistas panorámicas al océano Atlántico. De fondo, las paredes rojas del que posiblemente sea uno de los mejores hoteles del mundo, The Ritz Carlton Abama, un complejo único en su especie, de inspiración árabe, cascadas y vegetación tropical (más de 90.000 árboles con 300 especies diferentes de palmeras y arbustos) y acceso directo a la exclusiva playa de Abama. Un oasis en el que, por cierto, hasta los niños son bienvenidos: es el hotel con el club infantil más grande de Europa (por si estáis pensando en unas vacaciones en familia). 

La isla de Fuerteventura es la más exótica y exhuberante de todas las Canarias. Tan única que tiene hasta un islote salvaje casi virgen frente a sus costas: la isla de Lobos. En realidad se trata de un antiguo oasis de pescadores y refugio de piratas. Apenas 14 kilómetros de costa perfilada por escarpados acantilados (un paraíso para los amantes del senderismo). La mejor vista se tiene desde Corralejo, el parque natural que da nombre a una de las playas más famosas de Fuerteventura y donde, de hecho, se encuentra uno de los hoteles más populares de Europa y habitual en las listas de mejores resorts del mundo: Secrets Bahía Real Resprt & Spa. Un carismático complejo de lujo de las islas Canarias para darse un capricho de altura y pura sofisticación.