
1. La bodega más alta de Europa
En Guadalajara, a cien kilómetros desde el centro de la capital se encuentra uno de los viñedos más altos desde el centro peninsular hasta el norte de Europa. Es la bodega Finca Río Negro, cuyas uvas se cultivan a más de mil metros de altura. O lo que es lo mismo: tan en el límite del cultivo tradicional que forman parte de los llamados viñedos heroícos. Un proyecto pionero que, desde su instalación en los años 90 (es una de las bodegas más jóvenes de la zona) ha traído de vuelta la tradición vitivinícola a una región que siglos atrás fue todo un referente. Está en Cogolludo, puerta de entrada a la Ruta de los Pueblos Negros de Guadalajara. Y solo por eso ya merece la pena la escapada.