Las propuestas artísticas imprescindibles: museos, galerías, exposiciones... Amantes de la pintura, la fotografía, la escultura y del arte en general: aquí tenéis una selección de las mejores exposiciones que podéis encontrar actualmente en los museos y galerías de Barcelona. Sophie Calle. Modus vivendi Retrospectiva de la artista francesa que recorre su obra desde mediados de la década de 1980 hasta la actualidad. En la diversidad de vivencias de la artista a lo largo de cuatro décadas, queda patente su relación con los otros y con ella misma; es decir, su intención de construir la mirada y de autoconstruirse. Sus obras no han dejado de hacerse en primera persona. Por otra parte, la relación con el otro, con los demás, también queda implícita en esta búsqueda de la belleza y del arte en sus diversas vertientes. Maria Lassnig A lo largo de una carrera notable que se extendió más de siete décadas, desde finales de la década de 1940 en la Academia de Bellas Artes de Viena, una ciudad en la que ella enseñó en la década de los ochenta, hasta el escena del arte de París de las décadas de 1950 y 1960, y la Nueva York de la década de 1970, creó obras de arte que exploran su cuerpo de una manera que es a la vez sensible y vulnerable. Centrándonos en las elaboraciones de Lassnig sobre el autorretrato y la exploración corporal de sus relaciones con el animal y la máquina, la exposición en la Fundació Antoni Tàpies presenta obras desde 1942 hasta los últimos años, dejando de lado el per
En 2001 un grupo de personas formaron un colectivo musical regido por la anarquía. La idea era que cada uno de ellos -entonces eran nueve- se enfrentara a los instrumentos con total libertad, sin conocer necesariamente la técnica, sin exclusividad. Que cada uno hiciera, en definitiva, lo que le viniera en gana con ellos. Como querían tocar muchos más instrumentos de los que podían permitirse comprar, comenzaron a construir y, a partir de entonces, a explorar el mundo del sonido en la línea teórica que habían seguido los hermanos Baschet, inventores, casi únicos, de instrumentos acústicos desde los años 50. Pasados catorce años, seis discos, seis espectáculos y mucho ruido, CaboSanRoque expone en el Arts Santa Mónica 'La Copla Patafísica, 2015- 2001', el universo de instrumentos y máquinas con las que han redescubierto y coleccionado sonidos durante todo este tiempo.
El núcleo del ruido El viaje empieza con un recorrido fotográfico -a cargo de Inga Knölke- por los artefactos de CaboSanRoque, acompañados de textos de los escritores Víctor Nubla y Pablo Martín Sánchez que los vinculan con la patafísica, la ciencia inventada por el escritor francés Alfred Jarry que se define como ciencia de las excepciones y las soluciones imaginarias, y que está intrínsecamente ligada a su trabajo. La segunda parte es un salto al centro de una galaxia formada por 20 instrumentos y 30 collages mecánico-sonoros a pleno funcionamiento que rodean al visitante, iluminada por Cube.bz, especialistas en intervenciones espaciales y sonoras. La exposición incluye un ciclo de actuaciones con algunos de sus colaboradores habituales como Pierre Bastien o Pascal Comelade y un gran concierto final sin intérpretes humanos.
Hoy CaboSanRoque son Laia Torrents, ingeniera industrial, y Roger Aixut, arquitecto. Ambos dejaron sus trabajos para dedicarse de lleno a un proyecto sonoro que a lo largo de años y pruebas ha ido evolucionando, desde que comenzaron a hacer réplicas de instrumentos existentes como el Grapicordio, una versión de la viola de rueda construida con el motorcito de un ventilador de mano y cinco grapadoras por teclado, a crear artefactos sonoros que han nacido dentro de sus cabezas. Como Tres Tristes Tronos, la última creación del colectivo -la máquina con la que han grabado el último disco, '12 rounds ', y con la que actuarán en el Sónar- un engranaje autónomo que incorpora una máquina de escribir, el cráneo de un perro mexicano, cucharas, peines de plástico y multitud de detalles donde perderse.
Todas las creaciones de CaboSanRoque tienen una fuerza visual suficientemente potente como para admirarlas en la categoría de objeto, pero la auténtica fascinación llega al verlas funcionar, y sobre todo, al escucharlas. El sonido, explican Laia y Roger, es la base de todo ello: la física del sonido, la metafísica del objeto y para terminar la patafísica, lo que lo liga todo. Poniendo, por ejemplo, una lata el proceso iría así: la física es lo que explica el sonido que hace y su comportamiento. La metafísica, la experiencia vital de esta lata. Un golpe, por ejemplo, condiciona su sonoridad y la hace diferente del resto de latas. Y la patafísica: la aplicación de las leyes físicas en la excepcionalidad de esta lata y el papel que se le quiera asignar.
La patafísica (impensable sin una imaginación ilimitada) es, en última instancia, lo que permite que una lavadora, Lavadora Polifónica, pueda convertirse en el motor de un engranaje de rodillos que les permite mejorar la técnica y ampliar la longitud los loops, o que existan animales mecánicos como los Escarabajos y las Caracolas de 'Bestiario', el show con el que CaboSanRoque interpretaba textos de bestiarios históricos de diversas épocas y autores y suplía el sueño de hacer un concierto con una orquesta de animales de verdad.
CaboSanRoque es un colectivo que cambia y se transforma. Si hay algo de inamovible en el proyecto desde el origen, es que todo es posible. Desde capturar el sonido de un país, México, -Árbol de ollas de peltre es parte de la instalación sonora inédita en España, 'Los árboles aullaron'-, crear una orquesta completa, como la alucinante Orquesta Mecánica de la França Xica o preocuparse en la creación mecánica de la voz humana, uno de los retos pendientes.