Allada Vermell
Foto: Iván MorenoAllada Vermell
Foto: Iván Moreno

Los sitios más bonitos de Barcelona

Contemplad los rincones más bellos de la ciudad: calles, fachadas, patios y esquinas que han nacido para que los admires

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Cada uno vive y siente Barcelona de una manera diferente, su manera. Y, seguramente, cada barcelonés tiene una lista especial y propia de sus lugares favoritos de la ciudad: tiendas y bares bonitos, calles y pasajes, bibliotecas y patios, establecimientos, vistas de ensueño... Aquí tenéis una selección con algunos de los sitios más bellos de nuestra querida ciudad. Los hemos escogido por su arquitectura, ubicación, por sus colores y también por su historia que es única en relación con el resto de elementos de la ciudad. ¡Os animamos a descubrirlos y ampliar la lista!

NO TE LO PIERDAS: 100 cosas para hacer en Barcelona

Time Out Market Barcelona
  • Time Out Market
  • El Gòtic

Time Out Market es un concepto único que tiene como objetivo celebrar los sabores más auténticos y reunir la mejor comida y cocineros de una ciudad bajo un mismo techo. Lo encontrarás en la terraza-mirador del Maremagnum, en un espacio de 5.250 metros cuadrados de diseño espectacular que acoge una cuidada selección de 14 chefs, un restaurante de servicio completo y cuatro bares: dos de ellos al aire libre, con vistas alucinantes en el mar y la ciudad. Para hacerlo aún más bonito, las artistas Marina Capdevila y Amaia Arrazola han estampado su visión de Barcelona en dos murales preciosos en dos paredes de las terrazas. Además, en el centro del mercado hay un escenario con una visión de 360º, que ofrece una programación de cultura y espectáculos a cargo de la redacción de Time Out Barcelona. Y otra buena noticia: está abierto 364 días al año, de 10 de la mañana a las 12 de la madrugada (hasta la 1 en el caso del Paradiso).

1. Calle Aiguafreda

Toca perderse antes de llegar a este paraíso paralelo a la calle Llobregós

Un vecino sale de su casa y se encuentra con un forastero, al que le explica que la calle Aiguafreda todavía conserva eso que la hacía famosa a principios de siglo: los lavaderos donde subían a lavar la ropa los señores de Barcelona. En la zona de Horta de casas bajas, exultante de naturaleza, acuden grupos de colegios y turistas con ganas de descubrir la ciudad que se abre más allá del Turó de la Rovira, explican los locales que enseñan la calle, pero no los huertecito que se esconden…

2. Plaza Sant Gaietà

Uno de los secretos de Sarrià es este patio andaluz de paredes blancas y geranios

Es una lástima que el barrio de Sarrià esté reñido con el pueblo raso. Queda mal decirlo, pero si vais a pasear una tarde os podéis morir de gusto. Eso, claro, si conseguís obviar la plaga de niños uniformados. Justo detrás del mercado, al final de un callejón que parece que no lleve a ninguna parte, encontraréis esta placeta, una especie de patio lorquiano, con madreselva y macetas con geranios. Solo faltaría el sonido del cante jondo para acabarlo de adornar.

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  • Lugares de interés
  • Bibliotecas, archivos y fundaciones

Uno de los rincones más mágicos del Raval.

Es una biblioteca dirigida principalmente a investigadores, pero también está abierta a todo el público que desee perderse y conocer un poco mejor el rico patrimonio cultural de la arquitectura gótica catalana. Su función es la de preservar, conservar y difundir absolutamente todo lo publicado en el país. Ubicada en el distrito de Ciutat Vella, dentro y fuera de este lugar podréis disfrutar de una buena lectura. No os lo penséis tanto y disfrutadla.

4. Santa Anna

De resonancias y templarios

Admiramos la obra gótica mientras preparan un concierto de guitarra española. ¿Hemos ignorado durante mucho tiempo lo que se esconde bajo los intestinos de la plaza Catalunya? Sí, lo admitimos. Metida en una plaza inhóspita y turbia está la iglesia de Santa Anna y en su interior, un claustro precioso. No podemos más que imaginar aventuras de la orden de los templarios, y de fondo suenan pitos de manifestantes.

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5. Allada Vermell

La casa más fotogénica, vecina de La Puntual

Una mezcla de locales y guiris confluyen en cierta armonía en una calle plácida que adquiere su máxima expresión en el lado de los números impares, cerca de La Puntual. La casa de las flores no tiene pérdida. Todo el mundo la quiere inmortalizar. No parece la Barcelona del siglo XXI. Los insectos polinizan la entrada verde de esta casa sin número.

6. Vil·la Joana

En los bosques de Vallvidrera, cerca de la estación de FGC, campan jabalíes

Los excursionistas jubilados saben de almuerzos pintorescos, y la masía de Vallvidrera donde murió el poeta Jacint Verdaguer recortada sobre el cielo azul de junio es un marco idílico. Siempre se puede buscar refugio bajo los pinos, o cambiar un rato de versos y literatura por una caminata con sorpresas… A esa hora también almuerzan los jabalíes y sus criaturas.

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7. Sant Pau del Camp

Una construcción románica detrás del gimnasio de can Ricart

Dicen que lo hizo construir el hijo de Guifré el Pilós a principios del siglo X, fuera de las murallas, en medio del campo. De aquí su nombre. Es casi un milagro que sobreviviera a la progresiva expansión de la ciudad. A pesar de haber sido asfixiado por la densidad demográfica del Barrio Chino y las transformaciones de los últimos años que lo han convertido en una atalaya encajada entre el amplio Paral·lel y el sur del Raval, allí lo tenéis, sólido como una roca, fósil románico de una solera admirable.

  • Qué hacer
  • Rutas y paseos
Pasaje de las Manofacturas
Pasaje de las Manofacturas

Abierto en 1878, enlaza dos barrios y dos realidades urbanísticas, el Eixample y Sant Pere

El hecho que enlace dos realidades urbanísticas hace que se note un desnivel de cuatro metros, que se salva con unas escaleras que llevan del hote Yurbban Passage al Flax & Kale. Es también imprescindible que miréis hacia arriba si no queréis perderos la escultura de Antonio Yranzo. Igualmente imperdibles son el ascensor de época –para vecinos– y la escalinata noble con el techo artesonado, detalles recuperados de un pasaje restaurado con cariño.

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9. Parque de la Tamarita

Es el digno escenario de un relato gótico con presencias de ultratumba

No estamos en Londres, no tenemos un cementerio como el Highgate con criptas y ángeles de la muerte donde escenificar un entierro prematuro estilo Poe. Pero tenemos la Tamarita. Por más que los de Parques y Jardines se esfuercen, la naturaleza siempre vive en estado salvaje, devorando las escaleras en ruinas, piedras e invernaderos a placer. Es la versión soft del parque de atracciones de la Arrabassada, hábil para el transporte público y apto para niños. Un delirio romántico a base de bien.

10. Calle Rogent

Sale de la trágica confluencia entre la avenida Meridiana y la calle Aragó

Tiene un índice desmesurado de asesorías jurídicas y de perros obesos, pero no deja de ser el refugio peatonal de una zona de tráfico insoportable, aparte de un espacio de culto al pequeño comercio. Desde la relojería Lara, hasta el Gym Rogent, que se anuncia con un boxeador en pantalón corto y guantes. Subiendo un poco, en la esquina con Enamorats, hay una oca majestuosa, encima de una fuente, que baja la cabeza y levanta el culo en dirección norte, como si fuera a tirarse un pedo.

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