
1. Calle Aiguafreda
Toca perderse antes de llegar a este paraíso paralelo a la calle Llobregós
Un vecino sale de su casa y se encuentra con un forastero, al que le explica que la calle Aiguafreda todavía conserva eso que la hacía famosa a principios de siglo: los lavaderos donde subían a lavar la ropa los señores de Barcelona. En la zona de Horta de casas bajas, exultante de naturaleza, acuden grupos de colegios y turistas con ganas de descubrir la ciudad que se abre más allá del Turó de la Rovira, explican los locales que enseñan la calle, pero no los huertecito que se esconden…