
Los patios más bonitos de Barcelona
Bares, restaurantes, cafeterías, hoteles y centros culturales que esconden patios de sueño
Espacios mediterráneos por excelencia, junto a los jardines, los patios ofrecen aire libre en ambientes resguardados y con personalidad. Hemos paseado por la ciudad para encontrar estos 20 rincones que invitan a disfrutar de la vida al raso. Tanto si quieres pasear por los callejones de la ciudad de forma solitaria, como si quieres sorprender a tus amigos, los patios son una forma original y diferente de descubrir Barcelona. Adéntrate a través de la comida, una copa o un café, en la vida diurna y nocturna de los diferentes barrios.
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Para tomar algo
Bar Treze
Sarrià era el último barrio de Barcelona donde pensaba encontrar un patio donde la arena de playa sustituyera el gres, la madera o la piedra del suelo. En el BarTreze, toda la decoración respira un aire balear –preguntad por los muebles en venta–, sobre todo este pequeño espacio protegido con cuatro mesas muy codiciadas. Abren todos los días, de 8 a 2 h –la cocina cierra a la 1.30 h– y la carta ofrece ensaladas, ostras, ahumados Carpier, embutidos y quesos de primera calidad. Importante: tienen más de 250 referencias de ginebra.
Hotel Brummell
Que los barceloneses tengamos presentes los hoteles a la hora de comer o tomar una copa, todavía es una asignatura pendiente. El Hotel Brummell se esmera, y la arquitectura y el diseño ayudan. Nos encanta el patio, al que llegas sin darte cuenta, de una manera orgánica. Es de un gris industrial, con la medida justa, y luminoso. Sirven comida todo el día –de 7.30 a 16 h y de 19.30 a 23 h. Cierran los domingos noche– y en los fogones mandan los chefs del Palo Cortao, que fusionan cocina andaluza con recetas de aquí y de todo el mundo.
La Bona Sort
El positivismo del nombre nos gusta, y también su increíble patio, que ganó el primer premio en los Restaurant & Bar Design Awards del año pasado en la categoría de interiores. Es una antigua casa noble del siglo XVI con un patio descubierto –los edificios que lo rodean nos recuerdan a las corralas– y una parte cubierta con techos selváticos, mucha vegetación por todas partes y unos cubículos de madera de inspiración nórdica a modo de privados. El diseño lo firma Jordi Ginabreda. La propuesta gastronómica comprende tapas, carnes, una buena carta de vinos y menú de mediodía.
Mama's Cafe
En el Mama's Café piensan en la comodidad familiar –tienen juguetes y cuentos–, pero remarcan que es un lugar pequeño, así que no lo convirtáis en una sala de juegos. La cocina es ininterrumpida y ecológica, y encontraréis desayunos a base de huevos Benedict, tortillas, crepes y dulces, y algunas ensaladas, bocadillos artesanos como los de rosbif, tés, pasteles y cervezas artesanas. El patio, con mesitas de madera y sombrillas de tela blanca, como si siempre fuera verano, cierra a las 20 h.
Bar El Jardí
No sé por qué, llega un momento en la vida de todo barcelonés que deja de entrar en El Mercadillo, aquella tienda con un camello de papel maché en la puerta. No opinaré sobre la calidad del comercio y si ha aguantado bien el paso del tiempo, pero todavía vale la pena subir la escalera que te lleva hasta el patio donde está el bar y parar el ritmo. Piedrecitas en el suelo, media docena de mesas, alguna sombrilla, plantas, árboles y cristales esmaltados preciosos. Es un bar sin pretensiones, pensado para tomar una caña, un refresco o un mojito y, como mucho, comerse un bocadillo.
El 58
En Poblenou hacía falta un local de tapas de estilo creativo y joven, pero sin juegos de manos. Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas como la brocheta de langostino con chile dulce, pero sobre todo buen producto a precio asequible como las gambas a la plancha. Y unas bravas fenomenales, que son homenaje-variación a las del Bohèmic. El local es muy, muy agradable y tiene un patio interior espléndido. Y además también hacen un menú de mediodía entre semana con algunas tapas que ya son grandes éxitos, como las mencionadas bravas o berenjenas a la andaluza con miel y romero.
Rabipelao Gràcia
Hemos recorrido patios de diseño, con una decoración estudiada y materiales de primera. Pero la autenticidad de un patio se encuentra en lugares como el Rabipelao de Gràcia, con mesas de bar de toda la vida, manteles desparejados y la pintura de las paredes desconchada, para sentirse como en casa probando clásicos de la cocina venezolana como los tequeños, las arepas con un montón de rellenos, pan de jamón, dulces caseros y, para completar la velada, cócteles de frutas y gin-tonics de primera. ¡El patio sólo abre de 19 a 22 h!
Para sentarse a la mesa
Fragments Cafè
Un clásico de Les Corts al que no le falta de nada. El restaurante ocupa una torre novecentista, tiene terraza en la plaza de la Concòrdia y un patio interior agradable con media docena de mesas, interesante para ir en grupos no muy grandes. Descubrid la carta y sus platos estrella, como el falso risotto, pero, sobre todo, dejad hueco para probar las patatas bravas, ¡su 'hit'!
Vivanda
Este es un señor patio –muy bien acondicionado para poder disfrutar de él también cuando refresca, con bastantes mesas y con árboles frondosos y vegetación cuidada, indispensables si el comensal busca sentirse 'fuera' de la actividad de la ciudad– acorde a un señor chef. Jordi Vilà lleva el timón de este tótem de Sarriá donde destaca la cocina tradicional y los platillos y tapas para compartir, con buena materia prima y a precios razonables.
Roig Robí
¿Cuántos restaurantes pueden decir que hace más de 30 años que alimentan a media Barcelona? Mercè Navarro y sus hijos pueden sacar pecho. Ofrecen buena cocina catalana tradicional, pero sin ignorar el tiempo presente. Y, al igual que con los productos que trabajan en la cocina, saben que tienen un as en la manga: ¡un patio de lujo que cuidan por tenernos contentos!
Solomillo
El restaurante del hotel Alexandra es una entidad cárnica de peso: Solomillo, dirigido por el connoisseur de la proteína animal, Enrique Valentí. Aquí podéis pedir carne al peso de diferentes razas bovinas (Salers, Black Angus, Frisia, Nebraska, rubia gallega, Wagyu ...), y a continuación elegir el punto de cocción, la salsa (bearnesa, Café de Paris ...) y guarniciones que pueden ser ensaladas excelentes, patatas de fritura impecable o verduras. Y su bar, a pie de calle, es una charcutería de embutido ibérico y catalán de alta calidad, con 25 referencias de quesos afinados. Recomendación estival: coger una placentera borrachera de carne roja -sin alcohol, pero igualmente euforitzante- en su paradisíaca terraza interior.
Patios con cultura
Ateneu Barcelonès
La impresionante biblioteca y el patio, un oasis de paz, agua y palmeras, son dos motivos más para hacerse socio del Ateneu.
Centre Cívic Pati Llimona
El pasado romano de la ciudad está muy presente en todo el Pati Llimona. No os perdáis el Llimonades, el festival de verano, ni el Enfocats.
Bar del Pati Manning
Los arcos y las baldosas llenan el patio interior de la antigua Casa de la Caritat. Un espacio diáfano y testigo de la historia. Ideal para tomar algo de modo informal.
Biblioteca Sant Pau-Santa Creu
En el corazón de Barcelona, el Raval, se encuentra esta biblioteca que cumplirá sus 75 años. Una biblioteca con una historia particular; en los años de la dictadura del Franquismo quedaba el Hospital de la Santa Creu, en esos tiempos estaba prohibido leer y hablar catalán, pero las bibliotecarias escondían los libros para que la gente pudiese leerlos. En agosto la biblioteca está abierta, y también su exquisito patio, un impresionante claustro gótico relleno de flora exuberante y fauna humana no menos curiosa.