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Las croqueta de pollo del Buen Gusto
Foto: El Buen GustoLas croqueta de pollo del Buen Gusto

Uno de los grandes chefs Michelin de Barcelona reabre su bar de tapas (¡a precios populares!)

Este bar de origen familiar rinde homenaje al tapeo "en extinción" que marcó la memoria culinaria del chef

Ricard Martín
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Ricard Martín
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La pandemia se llevó por delante a muchos buenos restaurante -algunos de ellos instituciones- , pero hoy nos congratula anunciar la reobertura de un sitio humilde y exquisito. El Buen Gusto, el bar de tapas de Artur Martínez en Terrassa, reabre después de dos años de cierre. Martínez, que desde el 2018 defiende una estrella Michelin en el Aürt en el hotel Hilton, explica que la reobertura ha posibilitado "una actualización estética, con una vitrina nueva en la barra y mesas altas".  

El Buen Gusto
Foto: El Buen GustoEl Buen Gusto

La vitrina de es importante: en ella vemos alineados quesos, gambas, embutido, escalivada, ensaladilla rusa, boquerones, aceitunas... Un manifiesto estético de bar de toda la vida pero con una refrigeración e higiene porpia de los estandares de  alta cocina, que dice "cómeme sin temor". "Soy un friki de los bares y de la cocina de los años ochenta, y el Buen Gusto está ideado como un homenaje a este universo de tapas, muchas de ellas en peligro de extinción", considera el chef, que acaba de abrir un proyecto "a prueba de foodies" para el que se ha reforzado con los chefs Ro Quijano y Raul Navarro.

¿A prueba de "foodies"? Sí, en este bar en el barrio del Pla de Can Roca de Terrassa no faltan bravas y croquetas (la famosa de pollo a l'ast), pero en el lífting de la nueva y expandida carta de El Buen Gusto se nota la intención de dignificar raciones de bar que el tapeo 'barcelonacéntrico' (¡aquel que considera que burratas y pulpo en parmentier son tapas!) ha dejado en la estacada. Estamos hablando de pinchos morunos bien hechos, pulpo en salsa, huevos rellenos (de gambas), brazo de gitano de o mollejas de pollo al jerez... Todo a precios que en la mayoría de los casos no sobrepasan los nueve euros la ración.  

El Buen Gusto
Foto: El Buen GustoEl Buen Gusto

"Son todo tapas y raciones que forman parte de mi genética de cocinero, y que quiero recuperar para el disfrute de la gente más joven", argumenta. También hay detalles que nos recuerdan que Martínez es un explorador/renovador de la tradición: la empanadilla no es de atún, sinó de berberechos, y el apartado de charcutería exhibe salchichón de buey y girella, un telúrico embutido de menudillos de cordero del Pallars. ¡En la carta de bebidas hay vermut y zarzaparrilla caseros!

La querencia de Martínez por el retorno al bar de toda la vida no es estética (o sea, postureo) sinó genética: según explica, en 1952 sus abuelos abrieron "en un descampado, a pico y pala, un bar llamado El Buen Gusto, con vino, cerveza y platos tradicionales". Y en la década de los setenta,  los padres de Martínez, Arturo y Maite, complementaron el negocio con comidas para llevar en el local anexo.

El Buen Gusto
El Buen GustoEl Buen Gusto

La tercera generación del negocio fue Artur Martínez (Mejor cocinero joven de Catalunya en 1999), que en 2002 transformó aquel bar antiguo con rosticería en un restaurante gastronómico de bolsillo. Capritx, abierto de 2002 a 2017, fue la estrella Michelín más pequeña de Europa, con un déficit de infraestructuras que agudizó su ingenio: mientras preparaban menús degustación sin almacén ni cámara ¡en la otra cocina despachaban pollos a l'ast! El inicio de Aürt en Barcelona propulsó las posibilidades creativas del cocinero, que a la vez cerró el círculo con el renacimiento del Bar Buen Gusto. En esta tercera apertura, sus padres, acabados de jubilar, lo disfrutarán como clientes. 

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