Situada en un entorno idílico de rocas y pinos, la cala de Illa Roja es una de las playas más originales y desiertas de la Costa Brava: se caracteriza por sus aguas transparentes, porque está presidida por una prominente isleta rocosa de un color rojizo que le da el nombre y por ser una playa nudista de prestigio internacional frecuentada por turistas extranjeros. Es un lugar tranquilo, sin aglomeraciones, con arena de grano grueso y color dorado, con una pendiente de entrada en el mar bastante pronunciada. El acantilado, que la divide en dos, tiene unos 150 metros de extensión, y cambia tanto según las mareas que puede hacer que la isla rocosa quede unida en tierra o bien flotando muy cerca de la playa.