El 23 de abril de 1818 se ponía la primera piedra del Teatro Real. Tras años de obras, cambios de uso y reformas, lo que llega hasta hoy es un espacio que ha sabido colocar a Madrid entre el top de ciudades donde ver ópera en el mundo. Aquí la cultura más clásica alcanza a todas las edades e incluso va mucho más allá de la ópera, dando cabida a la danza, el flamenco y hasta la música indie. Su clásico patio de butacas acompaña a una avanzada tecnología que permite contar con complicados escenarios rotatorios, pantallas a cada lado del escenario para ver el espectáculo en directo y hasta una en la parte superior para subtitular al español las obras en otros idiomas. No pierdas la ocasión de ir al menos una vez, ya sea para ver un espectáculo o disfrutar de alguna de sus visitas.