1. Brujas (Bélgica)
Brujas, además de ser una de las ciudades más bonitas que se pueden visitar en Europa, y una de las cunas de la cerveza de abadía, es también el paraíso del gofre. Un título difícil de arrebatar si tenemos en cuenta que hay cuadros del artista flamenco Bruegel en los que aparecen, y que el museo Gruuthuse alberga dos gofreras del siglo XV con los escudos borgoñeses de Juan Sin Miedo y Felipe el bueno, lo que confirma que ya en la Edad Media se preparaban gofres por aquí. En homenaje, y con la intención de revivir la historia,el Musea Brugge ha creado una edición limitada de esta delicia gastronómica (y símbolo de la ciudad), en versión enrollada, con granos del paraíso, fresco relleno y decorado con semillas molidas de cilantro, frambuesa y grosella. Se trata de una creación (vegana y sin gluten) hecha en colaboración entre Otto Waffle Atelier y el arqueólogo gastronómico Jeroen Van Vaerenbergh, por encargo de Musea Brugge.