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Sala Verdi Cinemes
© Cinemes Verdi

Las salas de cine con más encanto de Barcelona

La más grande, la más moderna, la más acogedora... Las 6 salas donde podréis vivir una experiencia cinematográfica completa. Y todas os están esperando

Escrito por
Roger Rodríguez
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No os durmáis en los laureles y disfrutad de estas 6 salas antes de que sea demasiado tarde. Tranquilos, no estamos diciendo que estén cerca del cierre, ni por asomo, pero este sector no se distingue precisamente por la seguridad económica de sus salas. Sólo hay que visitar el número 29 de la calle Urgell o el número 90 de la Rambla de Cataluña, y veréis en qué se han convertido dos cines emblemáticos de la ciudad como eran el Alexandra y el Urgell. Es por eso que os recomendamos que hagáis una visita (con alguna película de por medio, claro) en estas salas con un encanto especial.

  • Salas de cine
  • Eixample

Visitar, ver y disfrutar de la sala 5 de los Aribau es de esas experiencias que todo cinéfilo tendría que vivir al menos una vez... al mes. Desde un primer momento la sala ya invita a que cada poro de la piel se contagie de pasión por el cine. Flanqueada por estatuas que imitan las estatuillas de los Óscar, su estilo retro te traslada a la época de Don Draper y Peggy Olson. Pero lo más sorprendente no es la recepción, cuando descorres la cortina que separa el hall de la sala de proyección, es inevitable asombrarse con la inmensidad de la sala. La pantalla te invade, pero claro, una sala que tiene 1.174 butacas no podía ser pequeña. Además, los sábados por la noche, suelen proyectar películas con karaoke. ¡Si eres de esas personas que suele acompañar a los protagonistas de los musicales, probablemente sea el único lugar dónde no te invitarán a abandonar la sala!

  • Salas de cine
  • Gràcia
La sala 1 consigue no desengancharse del magnetismo de finales de los 80, año en que se amplió y pasó de tener una sola sala a tener tres. A pesar de que las herramientas se han digitalizado, la ambientación vintage perdura y se aleja de la falta de personalidad que suelen tener las macrosalas. En contra, que en hora punta la entrada es un caos y se debe tener cuidado con no confundir la cola para entrar a la sala con la de venta de entradas.
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  • Salas de cine
  • Independientes
  • Sagrada Família
Hace cuatro años que Nacho Cerdà empezó la aventura que en 2014 se materializó en una sala. En sus inicios, Phenomena Experience eran sesiones esporádicas que recuperaban el cine de los 70, 80 y 90. Pero estas sesiones especiales se acabaron convirtiendo en una proyección regular que invade de miércoles a domingo Barcelona de gremlins, Indiana Jones, jedis y aliens. Ahora en el antiguo cine Nápoles. La reconversión de estos cines ha conseguido hacer realidad la 'phenomena experience'. La espectacular entrada, decorada con carteles antiguos y luces que recuerdan las salas que vemos en las películas ambientadas en los 80, no es nada comparado con lo que nos espera después de comprar la entrada en taquilla. Un hall alucinante, donde domina el color rojo y dorado, para después dejarnos hipnotizados con la impresionante sala de proyección.
  • Salas de cine
  • Hostafrancs
Probablemente, Zumzeig era la oferta que le faltaba a Barcelona. Un lugar ideal para los amantes de las reflexiones y el cine de autor que además combina una cerveza muy fría antes de entrar en la sala (o después) sin riesgo de pagar el riñón izquierdo por ella, puesto que el Zumzeig quiere ser un cine-bistro. Puede ser que a aquellos que sólo van a ver películas donde los actores cobran más en un film que el presupuesto anual de una productora indie no les convenza la oferta que propone la cartelera del Zumzeig, pero es el único lugar donde los fans de Dupieux y compañía pueden disfrutarlo. Las entradas a la sala y al cine son tan desconcertantes como las pelis que proyectan. Una experiencia a contracorriente.
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  • Salas de cine

Por menos de lo que cuesta beber una copa, en los Texas puedes ver una película. Y es que gracias a salas como esta, la excusa de “el cine es muy caro” se ha acabado. Quien no va al cine es porque no quiere. Y no pasa nada por admitirlo. Eso sí, en pocos lugares te encontrarás tan como en casa como en los Texas. La luz tenue y las paredes rojas de la entrada combina dentro de la sala con unas butacas cómodas y amplias, un peligro para las sesiones nocturnas. Además las películas de reestreno (subtituladas al catalán) son perfectas para aquellos que andan con la cabeza en las nubes y nunca encuentran tiempo para ir a ver la última de la Al Pacino y siempre se les acaba haciendo demasiado tarde.

  • Salas de cine
  • El Raval

La Filmoteca no es la sala más grande de Barcelona, ni la más cómoda, ni la que tiene el mejor sonido; pero acercarse una vez al mes por el Raval y entrar a una proyección debería ser una obligación para cualquier  amante del séptimo arte. La Filmo es para muchos uno de los ejes centrales de la cultura cinematográfica en Cataluña, no sólo por su misión de conservación y restauración, sino por el abanico de posibilidades que ofrece su programación. No encontraremos ninguna de Vin Diesel –aunque quizás algún día nos sorprenden, dentro de cien años– pero tampoco se echa en falta: para eso ya podemos ir a otros lados. La Filmoteca representa la pluralidad y, sobre todo, el reconocimiento a los grandes clásicos. También se proyectan programas infantiles donde puedes encontrar a Tom, Jerry y sus amigos.

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