Espacios expositivos con sensibilidad LGTBI de Barcelona

La Bonne es más que un clásico: un lugar con auténtica solera. El Centro de Cultura de Mujeres Francesca Bonnemaison, fundado por esta pedagoga en 1909, renació de sus cenizas en 2012 y ha convertido el 7 de Sant Pere més baix en un lugar de referencia sobre todo por el arte vinculado con el activismo lésbico y trans, y que sobrepasa el hecho pictóricos para fusionarse con la reflexión audiovisual.

Los Albertos decidieron hacerse suya La Federica, uno de los bares emblemáticos del ambiente barcelonés. ¿Y quiénes son los Albertos? Villaplana es diseñador gráfico y el Macaya viene del mundo de los safaris. Amigos de los dueños de La Federica, cuando se enteraron de que se traspasaba no se lo pensaron dos veces y decidieron que un local tan chulo no podía quedar en otras manos que las suyas. Ahora, además de ser un lugar fantástico donde se juntan las mejores copas y las juventudes más queer, irreverentes y 'edgie' de la ciudad, es un rincón de arte LGTBI como pocos. Hasta el momento han pasado artistas de las quintas más jóvenes, como Francisco Prato, Gonza Gallego, Miguel Rual o Dino Real.

Situado en el número 22 de la calle Comte Borrell, entre Sant Antoni y el Eixample, el Centro LGTBI de Barcelona, es un equipamiento del Ajuntament de Barcelona gestionado por la Plataforma de Entidades LGTBI de Catalunya: las once entidades decanas del movimiento y también otras más jóvenes. El Centro -dirigido por Andreu Agustín- tiene tres sistemas o líneas de trabajo: servicios de primera atención, programación de actividades y sistema de acogida de entidades. Dentro de la programación de actividades parece que el discurso expositivo va a tener un peso importante: inauguraron con la muestra 'Construccions identitàries', de Mar C. Llop, y parece que la cosa va a seguir avanzando!

23 de abril de 1983. En el plató de TVE, cuatro chicas aparecen cantando una canción que trastornó toda España. Eran las Vulpes y el tema, 'Me gusta ser una zorra'. 34 años después, con el mismo espíritu combativo, abrió La Raposa, que significa zorro, o zorra en castellano. Bajo el rótulo de bar vegano y una librería feminista encontraréis un local luminoso y vivo que ha exhibido la obra siempre combativa de artistas como Marina Siero o Virginia Zimanás.

Esta asociación lúdico-cultural reivindicativa organiza exposiciones itinerantes, trabaja por la explicación de la memoria histórica y fomenta encuentros de gente mayor LGTB, entre otros. Situada en el Ateneu L'Harmonia, un auténtico vivero de entidades sociales y culturales de base, es un escaparate ideal de muestras cocinadas en el seno de la comunidad LGBTI y de iniciativas basadas en el tejido social y en la primera persona.

Candy Darling Bar es un espacio amable de ocio y liberación queer justo al lado de la plaza Universidad con dirección artística propia, firmada por Nicasio Torres. Más allá de su amplia oferta de bikinis y cócteles, otra opción es quedarse embobados ante las muestras de arte queer que habitan el espacio: desde las fotografías tórridas y elegantísimas de Carlos Pareja en uno de los aseos hasta el mural con dibujos de Susana López de la entrada, pasando por instal·laccions como la "Lady Bird" de neón o los coloristas "Dancing Queers" de Nicasio Torres. También acojen exposiciones temporales.

La Casa Orlandai es un centro cultural de Sarrià que está gestionado por vecinos y entidades vinculadas al barrio. Es un espacio creado para responder las inquietudes culturales del barrio, así como para fomentar la innovación, el arte y la transformación social en convivencia, y por eso es habitual que sus actividades se centren en aspectos LGBTI. Han tratado temas como los nuevos modelos de familia o los nuevos y viejos movimientos LGBTI.

El Centre Cívic Sagrada Família y la biblioteca que este incluye se están haciendo un nombre en el mundo del arte más libre. Tienen un fondo especializado en literatura LGBTI y hace años que organizan la muestra NOSaltres, un pequeño nuevo referente del arte 'queer'. Sin duda, un espacio que hay que tener en cuenta a medida que vaya construyendo su discurso.

En el barrio del Born, en el Palau Gomis, es donde encontraréis el Museo Europeo de Arte Moderno, que hace difusión del arte figurativo de los siglos XX y XXI, una disciplina que no acostumbra a tener mucho espacio en otros museos. Es un espacio generalista, pero en más de una ocasión ha puesto el foco en el arte LGBTI, proponiendo lecturas en clave de género y sexualidad de su colección y actividades para debatir sobre el tema.

Es Cierto: el MNAC tiene sobretodo la misión de explicar la magnitud del arte catalán, desde el románico hasta mediados de siglo XX. También se expone parte de la colección Thyssen-Bornemisza, que estaba en el Convent de Pedralbes, y el legado de Francesc Cambó. Pero también se tiene que decir que el Museu Nacional, como tantos otros espacios expositivos de la ciudad con vocación pública, cada vez se muestra más sensible al hecho LGBTI y, por ejemplo, organiza anualmente actividades para releer su fondo histórico durante el mes de Junio, orgulloso como pocos.