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Escales Apolo
Foto: Sala Apolo

Escaleras con encanto para descubrir en Barcelona

Os explicamos dónde encontrar las escaleras con más personalidad de la ciudad. ¡Son auténticas obras de arte!

Manuel Pérez
Escrito por
Maria Junyent
y
Manuel Pérez
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Cada día subimos y bajamos decenas de escalones: los de casa, los del metro, los del lugar donde trabajamos. Muchos son rutinarios y los esquivamos con pereza si hay un ascensor. Las escaleras que hemos seleccionado conducen hacia auténticos tesoros de la Barcelona más deslumbrante. Algunos se suben con hambre y se bajan con el estómago lleno, se bajan sobrio y se suben achispado, de ida curiosa y vuelta feliz. ¿Nos acompañáis?

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  • Arte
  • Vila de Gràcia

En el espacio de 500 metros cuadrados donde había una fábrica textil, Miquel Alzueta creó un oasis de arte contemporáneo -consagrados y emergentes, de varias generaciones- de un blanco que deslumbra. Unos primeros dieciséis escalones de bajada conducen a la entrada principal: un túnel metálico que abre las puertas a otra dimensión. Una vez dentro, dieciséis escalones estrechos te llevan hacia el piso superior de la galería, donde se encuentra la sala principal. El timbre espera vuestra llamada.

  • Bares y pubs
  • Cervecerías
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4

Los sótanos estuvieron cerrados más de veinte años, esperando entre el polvo la posibilidad de un futuro más brillante. El arquitecto Jean Nouvel se enamoró del espacio, y aplicando el mantra de tradición más modernidad, consiguió mediante diez años de reforma recuperar detalles industriales como los tanques de hormigón de los años 20 y pasillos de bóveda catalana. La bajada al baño en estaño ya merece la pena, pero la espectacular escalera posterior es la gran joya, vestida con un jardín vertical de los más bonitos que podéis encontrar en Barcelona.

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  • Salud y belleza
  • Peluquería
  • Eixample

Juan Calet quería trabajar en un lugar donde se sintiera como en casa y convirtió un ático en un salón de belleza que podría aparecer en cualquier película de Lynch, con aquella apariencia clásica que siempre esconde un misterio. El equipo de 5º 1ª usa la tijera al margen de las tendencias, con calidad y voluntad que dure, mientras los altavoces escupen una selección musical de la casa, curada con el mismo amor con el que cuidan a la clientela. Más adelante hablaremos de su proyecto SPAB, la combinación efervescente de música y hedonismo.

  • 5 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • Dreta de l'Eixample

En el corazón del Eixample, el viejo encanto de una escalera de madera actúa como una máquina del tiempo con destino París, 'mon amour'. Las parejas se sueltan entre sofás de terciopelo y una luz suave que invita al morreo constante. La bebida también hace subir la temperatura con cócteles como el hot chilli, que Diego Morales prepara con toque picante ahumado esparcido. Y si no tenéis pareja, pedid por el futuro del amor a la tarotista de guardia que tira las cartas a partir de las 20 h.

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  • Restaurantes
  • Francesa
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera

No es la primera vez que hablamos de esta escalera de caracol de hierro forjado que los hermanos Solé Sugranyes -fundadores del MIL (Movimiento Ibérico de Liberación) - expropiaron de una fábrica de Gracia para instalarla en el restaurante que abrieron en 1976 en el Born, y que hoy regenta Pol Torras. Recuperamos la historia que contaba Montse Virgili para reivindicar este histórico de cocina catalana de mercado. 18 escalones os conducirán a la sala superior, que reservan para grupos.

  • 5 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • Coctelerías
  • Dreta de l'Eixample

Entre una densidad de alfombras y maderas pretéritas, la bajada imperial hacia la coctelería del mítico hotel Palace -cinco estrellas con pedigrí- hará salivar al aristócrata dieciochesco que lleváis dentro. Las fotos de las estrellas del rock más malgastador ejercen de eléctrico contrapunto decorativo, incluida la gran pintura que firma el Stone Ron Wood, fruto de las muchas horas invertidas abrevando en el espacio. Y hablando de bebida, Jordi Baques es el autor de la carta clásica y la gente de Paradiso aporta la vanguardia de unos cócteles no tan caros como se imaginan. Música en directo de jueves a sábado.

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  • Deportes
  • Eixample

Si imperara una ley seca, para encontrar alcohol habría que bajar hasta las entrañas del Teatro Coliseum, un misterioso y desconocido que flota como detenido en el tiempo. Encontraréis un club pionero en el Estado, con más de 90 años de historia. Desde 9 euros tenéis una mesa profesional para deslizar las bolas, y los más osados pueden lanzar el guante a los socios, que atesoran en las sobrecargadas vitrinas siete copas de Europa. Por el lugar aún circulan los fantasmas de los viejos señoritos, de cuando las mujeres tenían la entrada vetada y se perdían fortunas con apuestas de todo tipo. ¡Un espacio secreto a descubrir!

  • Bares y pubs
  • Coctelerías
  • Ciutat Vella

Con los restos de una tienda modernista, el escenógrafo y decorador Josep M. Espada montó en los 60 este bar de sinuosas curvas de madera, muy cerca del Ayuntamiento. En los 80 se amplió habilitando el sótano de un convento. Al descender, os sorprenderá la barra enmarcada en un altar barroco de efectos lisérgicos. Entre vueltas y muros del siglo XI, un juego de espejos que amplía el hechizo de esta sala donde hacen jam sessions los miércoles y conciertos los fines de semana.

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Louro
  • Restaurantes

Si no tienes claro a donde vas, no entrarás. Para llegar al Louro, el restaurante del Centro Cultural Galego, hay que entrar en un portal que también lleva al Hostal Benidorm y a uno de esos neoinfiernos de apuestas deportivas. Pero si tomas la escalera derecha y te guías por el sonido de las gaitas durante 39 escalones, llegarás (ahora sí) al Louro. Los mismos impulsores del Cera 23, el Arume y el Viana han convertido est espacio donde nació el conde Güell en un restaurante de producto gallego de primera y tradición repensada. Mejillones de batea, pulpo crujiente, zamburiñas y otros milagros de las rías.

  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • Coctelerías
  • El Gòtic

El proyecto original, aquel con humo de pipas y jam sessions que durante 30 años existió en la plaza Real, se trasladó a Gracia por una subida de alquiler que no podían asumir. El nuevo Pipa Club conserva ese aire de clandestinidad y de salones elegantes (¡y el billar!) donde puedes hacer un trago a 34 escalones de distancia del ruido de la plaza. En el nuevo Pipa preparan cócteles de autor como el serendipia (Campari, vermut, whisky, granadina y licor de café Borghetti) y clásicos como el gimlet (ginebra, lima y un punto de soda), que rondan los 10 euros. Encontraréis la puerta abierta de 21h y hasta las 3h.

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  • Restaurantes
  • Mediterránea
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4

¿Un menú de 16,50 euros con producto fresco y en un principal del paseo de Gracia? Sí. La Rosa Roselló, directora y gerente, nos cuenta que ya hace doce años que están, y que se sienten orgullosos de poder ofrecer platos caseros y buenos -como el bacalao con crema de anchoas y mermelada de cebolla y el steaktartar, preparado delante del cliente- a unos precios que los locales nos podamos permitir. 30 escalones con alfombra de verde esmeralda separan la calle de sus salones y de un patio interior clásico del Eixample.

Paseo del Rompeolas
© Irene Fernandez

Paseo del Rompeolas

El tópico ha muerto. Ya no se puede decir que Barcelona es una ciudad que vive de espaldas al mar. El último de los espacios recuperados para la ciudadanía consta de 36.481 metros cuadrados y 400 metros de caminata que empiezan a los pies del Hotel W, con unas escaleras que bajan hacia el mar y forman un tranquilo mirador privilegiado en el Mediterráneo. Lástima de la escultura de Ricardo Bofill -otro homenaje a la senyera-, tan obvio como poner un rascacielos en forma de vela junto del mar.

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  • Música
  • Espacios de música
  • El Poble-sec

Sabemos como subimos, pero nunca sabemos a ciencia cierta si bajaremos tropezando con la trompa, o si necesitaremos los besos de una persona desconocida para hacer más agradable el tránsito a pie de calle. La renovación de la irrenunciable Apolo nos ha hecho ganar metros cuadrados y, además, se han esponjado los accesos para ganar para la causa unas nuevas escaleras iluminadas que nos muestran el camino hacia la fiesta.

  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • Pubs
  • Ciutat Vella

Epicentro nocturno atemporal, casi místico, la plaça Reial es un gruyère lleno de sótanos oscuros, refugios antiaéreos a prueba de bombas de civismo, cuevas donde abismarse a ritmo de marcha imperial y -horas después- emerger de nuevo a la superficie totalmente borracho. Entre toda la realeza, escogemos las escaleras del Sidecar, que han pintado de rojo tantas historias de pasión. Vigilad, o tendréis un problema.

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Razzmatazz
  • Música
  • Espacios de música
  • El Parc i la Llacuna del Poblenou

Seguro que habéis tenido el espejismo: ir cocidísimos y sentiros como dentro de un cuadro de Escher, no saber ya si se sube o se baja. Entre el laberinto de escaleras del Razz hay rincones realmente bonitos, un pasado industrial de aburridas jornadas de trabajo transformado en factoría de algazara, música y despropósitos. Ah, disfrutad de las escaleras con moderación, las bajadas más ebrias terminan en el hospital. ¡Cordura!

Escaleras del Carmel
© Ajuntament de Barcelona

Escaleras del Carmel

El Carmel es un barrio hecho en un terreno casi imposible en cuanto al urbanismo, como lo son otros del distrito de Horta-Guinardó, con 84 tramos de escaleras mecánicas y también ascensores y el funicular. Dato curioso: las primeras escaleras mecánicas fijas de Barcelona fueron las del metro de Aragó (ahora Paseo de Gracia) y se inauguraron en 1932. Antes habían estado provisionalmente en la Exposición Internacional del 29.

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  • Lugares de interés
  • Ciutat Vella

Las quince escaleras que conducen al Saló del Tinell han soportado el peso y la alegría de lo ocurrido en Barcelona desde mediados del siglo XIV y hasta hoy. Cuando paséis, recordad que guardan la memoria de la Corona d'Aragó, de la 'bruja 'que quemaron en 1522 -lo explican en las Rúbriques de Bruniquer, obra de historia barcelonesa de referencia que se puede consultar online-, y también de yonquis y bailadores de bandadas y las miles de personas que se han sentado a comer un helado.

Escaleras Forestier
©Carlota Martí

Escaleras Forestier

Al arquitecto y paisajista francés Jean Claude Nicolas Forestier le debemos la introducción del concepto del jardín mediterráneo en Barcelona, que se puede apreciar en los jardines de Laribal, los de Miramar y el jardín del Umbracle, todos ellos concebidos para la Exposición internacional de 1929. Él fue también quien concibió las escaleras que conectan el paseo de las Baterías con los jardines de Costa i Llobera y los de Miramar, que hacen de hilo entre rincones preciosos.

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