Nacido como tostador de café y fábrica de barquillos, este local histórico en 1916 ya se convierte en una tienda de productos de calidad y en 1943 toma las riendas la familia Múrria. Conserva elementos decorativos de la época, como los rótulos y anuncios tintados al fuego, copias de los carteles originales que Ramon Casas hizo para Anís del Mono y Codorniu. Además de su decoración, siguen siendo reconocidos por sus víveres, especializados en queso, vinos, jamón de Guijuelo.
El histórico Colmado Múrria en agosto de 2022 cerró por reformas y en 2023 reabrió como una tienda de delicadezas con tres espacios de restauración, dirigidos por Jordi Vilà, chef de Alkimia y Alkostat. Con la reforma, bajo el histórico cartel de Ramon Casas, ahora hay cuatro espacios diferenciados: una charcutería, Colmado Múrria, especializada en productos gastronómicos catalanes e internacionales, con un surtido de más de 200 quesos artesanos, ahumados, embutidos, conservas, frutos secos, caviar, aceites, cafés y vinos y cavas.
El espacio de restauración que ocupa buena parte de la tienda es un bar-restaurante informal de mesa alta, barra y taburete, donde Vilà ejerce la tapa y el platillo catalán con la marca de la casa: platos tradicionales, para mojar pan pero con un giro de creatividad y una marca personal inconfundible. En la trastienda se encuentra el restaurante 1898, un restaurante de alta cocina en la trastienda para ocho comensales. Y en el altillo funciona el Murmurri, un 'clandestino' para diez personas que solo abrirá bajo reserva.