Los mejores panellets de Barcelona, de más caros a más baratos

Cualquier producto o especialidad lo encontraréis aquí en la mejor de las versiones posibles. Y los panellets no son una excepción: la suya no es una innovación radical, sino que elevan al altar del mejor producto y técnica receta personales y acertadísimas con un toque autoral. Este año, destacan recetas de pistachos con mazapán y naranja confitada, de panellets de frambuesa o el de avellana con corazón de caramelo blando, una de las especailidades de la casa. Todo se hacen a mano, como pequeñas joyas. La caja de pinyones de seis unidades cuesta 18 euros: es decir, a tres euros el panellet. Y la caja variada a 14 euros. La excelencia nunca es barata.

Sus panellets son un paradigma, mazapán perfecto y generosos con los piñones. Nada mejor para triunfar en la castañada que llevar a casa una bandeja de sus panellets 'tradinnovadores', como dice Christian Escribà. Que tienen un equilibrio perfecto para satisfacer a la abuela con sabores atrevidos pero comprensibles: panellets de lemon pie, de tiramisú, de frambuesa ... ¡De crema catalana! Los clásicos salen a 2,20 euros la unidad, y se venden de cuatro en cuatro a 8'80 euros. 

Esta es una pastelería de barrio y proximidad, adaptada a los tiempos. Oriol Carrió, el maestro pastelero del obrador, firma una oferta de pastelería que revisa los grandes clásicos incorporando nuevos sabores y combinaciones. Desde el 2018 la gerencia de la pastelería de Gracia la ha asumido los hermanos Carrió, la quinta generación de una saga de pasteleros que comenzó hace más de un siglo en Manresa.

Y poca broma, que el año pasado ganó el premio al mejor Panellet Artesano que organiza el Gremio de Panaderos de Cataluña. Los venden en cajas de 7, 14, 20 y 35 unidades, pero también por pieza: a 1'75 el panellet. Los de sabores –entre ellos de sacher o mazapán con chocolate– cuestan lo mismo.  

Tras ganar la copa del mundo de pastelería, el joven pastelero J.M. Rodríguez Guerola abrió esta pastelería con espacio de degustación para dar salida a su creatividad y su talento. Aparte del panellet tradicional, podéis comprar delicias de aquellas que monopolizarán la conversación a la hora del postre. Unos panellets de cereza –mazapán con pasta de avellana e interior de compota de cereza– y los panellets Pacaya, con mazapán con chocolate y delicioso ron Zacapa con pequeños trocitos de chocolate negro y un dulce interior de caramelo coulant. Un delirio. Y los panellets tradicionales salen bien de precio: la caja de seis panellets de piñones cuesta 10 euros, es decir, a 1,66 la pieza. Seis de variados cuestan ocho euros.  

Esta escuela de pastelería con degustación combina la creatividad y capacidad docente del chef Eric Ortuño –quién había sido chef pastelero de la escuela Hofmann–, con la visión empresarial de la también chef Ximena Pastor, exjefa de la pastelería de Albert Adrià.

Y los panellets que han preparado para esta temporada otoñal son una cornucopia que desborda ingredientes y sabores: coco y mango, pepitas de chocolate, frambuesa, limón, piñón, almendra, mazapán, castañero canela y limón, roja de higos, coco y chocolate, calabaza, setas, mágicas, tronco relleno crema de castaña y tronco relleno de frutos silvestres... Chollazo, la caja deluxe de 27 unidades cuesta 39,5 euros, es decir, a 1,46 el panellet. También hay cajitas temáticas de dieciocho piezas a 31,5€, que sobrevuelan el imaginario de la Castañera, el Día de los Muertos y Halloween. 

Bubó es una pastelería artesana que cuida los pequeños detalles en todos productos, utilizando ingredientes de primera calidad. Esto se aplica, claro, a los panellets. Y lo aplican con un saludable espíritu de innovación transgresora que nos encanta, con resultados como calaveras geométricas de chocolate gigantes, rellenas de chocolate. La puedes encargar en su web. Ahora bien, si deseas una opción más tradicional, una caja de 8 panellets te saldrá por 10'50 €. Es decir, a 1,31 euros la unidad. Una oferta inmejorable, sobre todo si sois pandilla y queréis que los panellets os salgan por las orejas.

Existe desde principios de los años sesenta del siglo pasado. La encontrarás cerca de la plaza de Sants, algo escondida, como todo lo que vale la pena. Y en su momento ya abrió como obrador especializado en bombonería, con la intención de controlar al máximo todos los procesos del chocolate. Su seña de identidad son los bombones artesanos decorados manualmente, y aplican este trato chocolatero a su especialidad otoñal, los panellets artesanos de chocolate. Los podréis comprar con sabores de castaña, café, avellana o maracuyá, recubiertos del mejor chocolate artesano. Material de calidad: almendra marcona y piñones de Castilla, claro. ¡Y es un chollazo! El de piñones sale a 1,25 la unidad, y el variado a 1,11 (aunque solo los venden en cajas).