Olius
Foto: Shutterstock
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Los 10 pueblos más bonitos de Lleida para visitar este 2024

Guía para descubrir –o redescubrir– los lugares más emblemáticos de las comarcas leridanas

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Siempre es buen momento para hacer turismo de proximidad, por eso os proponemos visitar –o revisitar– los 10 pueblos más bonitos de las comarcas leridanas, que ningún viajero se tendría que perder. De los Pirineos a Poniente, la provincia de Lleida nos ofrece una fauna, una flora y una geología impresionantes, con multitud de pequeños pueblos, totalmente conectados e integrados al entorno natural. 

NO TE LO PIERDAS: Los pueblos más bonitos de Cataluña

1. Montsonís

Montsonís, con su castillo construido en 1024, es una visita imprescindible para conocer la historia de la zona, que ha marcado la evolución de la comarca de la Noguera, con su ruta teatralizada y los caminos que llevan a los varios núcleos a su alrededor.

Entre otras actividades, destacan la visita nocturna al castillo y un paseo por el Santuari de la Mare de Déu de Salgar, y también podéis probar la gastronomía de la tierra en el Restaurant el Celler. Todo ello hace de Montsonís un lugar idóneo para los amantes de las escapadas de turismo rural.

2. Àger

Más allá de tratarse de un pueblo con encanto, Àger está rodeado de uno de los espacios más impresionantes de Cataluña: el Congost de Mont-rebei, un camino excavado en la roca que acompaña el río Noguera Ribagorçana con unas paredes de hasta 500 metros de altura. Uno de los atractivos de Àger es también el Parc Astronòmic del Montsec, una iniciativa de la Generalitat que pretende aprovechar las características únicas del lugar para la investigación, formación y divulgación de la astronomía.

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3. Taüll

Taüll es un encantador pueblecito de casas de piedra situado en un entorno natural pirenaico de primer orden, en lo alto de la célebre Vall de Boí. Aquí se pueden encontrar los fabulosos paisajes del Parc Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, un escenario ideal para las actividades de turismo activo y los deportes de montaña; así como las iglesias románicas de Santa Maria y de Sant Climent, ambas del siglo XII y declaradas Patrimonio de la Humanidad. Hay que visitar los pueblos del Vall de Boí, uno tras otro (Cóll, Cardet, Barruera, Durro, Erill la Vall, Taüll...), porque encontraréis la grandeza de la sencillez entre montañas imponentes.

4. Cervera

La capital de La Sagarra esconde (o más bien expone, porque es muy imponente) una universidad barroca espectacular y una muralla medieval declarada bien cultural de interés nacional, que lleva hasta el castillo, situado en la cima del Montseré. Es una pequeña ciudad tranquila con historia y presente: es el lugar natal de los motoristas hermanos Márquez, y lo veréis en algunos balcones, y también en la tienda oficial de We Are 93, donde se puede encontrar todo el merchandising de Marc Márquez.

 

 

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5. Sant Llorenç de Montgai

Sant Llorenç de Montgai es un núcleo de población del municipio de Camarasa, en la Noguera. Es conocido por su embalse, un lugar ideal para disfrutar de numerosas actividades acuáticas y de ocio, como pasear en kayak por sus aguas tranquilas y majestuosas. Es un pantano rodeado de paredes, una imagen que nos transporta el alta montaña, pero que está muy cerca de Balaguer.

Es obligatorio pasar por Camarasa y disfrutar de unas 'coques de recapte' exquisitas de la panadería Lluís Capdevila. Están hechas de pasta muy fina y tierna, con berenjena y pimiento troceados y longaniza o arenque por encima, y son de las más ricas del territorio.

6. Guimerà

Guimerà, en la comarca del Urgell, es un pequeño pueblo de interior con encanto y con un conjunto histórico-artístico de gran valor. Mantiene en sus calles la estructura plenamente medieval, en constante subida hasta llegar a la iglesia de Santa Maria y a lo que queda del castillo, desde donde se puede disfrutar de unas interesantes vistas. Durante el mes de agosto se organiza un mercado medieval que luce con esplendor el decorado natural.

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7. Esterri d'Àneu

Rodeado por extensos prados verdes y atravesado por las aguas del Noguera Pallaresa, Esterri d'Àneu es mucho más que un pueblo: es el centro geográfico, económico, social y cultural de las Valls d'Àneu. Es imprescindible visitar el puente románico, los restos de la antigua iglesia de Sant Vicenç y la iglesia parroquial de Sant Vicenç, los elementos históricos más destacados del municipio. Desde el punto de vista cultural y etnográfico, destaca el Ecomuseu de les Valls de Àneu.

8. Arties

Arties es uno de los pueblos con más encanto del Pirineo catalán. Está situado entre los ríos Garona y Valarties, en plena Vall d'Aran. Pasear por el casco urbano es un placer para los sentidos y para muchos es uno de los pueblos más bonitos de todo el valle. Destaca la iglesia de Santa Maria d'Arties, que fecha del siglo XII, un buen ejemplo de superposición de diferentes estilos, con un rico conjunto de pintura mural renacentista del siglo XVI.

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9. Vilanova de Meià

Vilanova de Meià está situado en un entorno privilegiado, el valle de Meià, que acoge un buen puñado de fortificaciones medievales, rincones de gran interés geológico y arqueológico. Su paisaje lo convierte en un lugar idóneo para la espeleología, la escalada, el parapente, el excursionismo y la acampada. Para los amantes de la gastronomía, cada año se celebra la Feria de la Perdiz, elemento típico de la cocina de la zona, que combina a la perfección con el abanico de setas que se pueden encontrar en el municipio.

10. Olius

Olius se encuentra en el centro de la comarca del Solsonès. Destaca la iglesia de Sant Esteve, que es uno de los monumentos capitales de la arquitectura lombarda del siglo XI. El templo es de una sola nave cubierta con bóveda de cañón. A poca distancia de la iglesia encontramos el cementerio modernista de Olius, que llama la atención porque huye del esquema típico de los cementerios. Es un espacio que combina las rocas caídas de la montaña, símbolo del decaimiento y de la muerte, con las hojas de encina siempre verdes, símbolo de la vida.

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11. Llimiana

Llimiana es un pueblecito con encanto del Pallars Jussà, donde viven poco más de 180 personas. Situado en el sur de la Conca de Tremp y desde lo alto de una peña, hace de balcón a la sierra del Montsec y domina el Noguera Pallaresa. Uno de los atractivos de Llimiana es su iglesia, dedicada a Santa Maria de la Cinta, que conserva ábsides románicos. Desde la plazoleta del Mü, en el sudeste de la población, se puede contemplar la vista impresionante del castillo de Mur, Guardia y el pantano de Terradets.

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