Cap de Creus
Foto: Shutterstock
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10 ideas para pasar un día perfecto en el Cap de Creus

Calas bonitas, restaurantes, el faro y otras cosas para hacer en el Parque Natural del Cap de Creus

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A poco más de dos horas y media en coche desde Barcelona, el Parque Natural del Cap de Creus es un lugar que parece sacado de otro planeta. Entre Cadaqués, Llançà, Palau-saverdera, Pau, Port de la Selva, Roses, la Selva de Mar y Vilajuïga, este paraíso del Alt Empordà combina montañas, calas escondidas, acantilados y fondos marinos alucinantes. 

Aquí, el viento de la tramontana ha esculpido un paisaje casi lunar y creado una morfología única. Cimas que rozan los 700 metros, bosques de alcornoques y encinas, prados, matorrales, playas y una biodiversidad marina espectacular hacen de Cap de Creus un escenario brutalmente bello. No es raro que Dalí, García Lorca, Buñuel, Magritte o Eluard se dejaran inspirar por su magia.

Lo mejor: está lo bastante lejos para sentirte en el fin del mundo, pero lo bastante cerca para una escapada rápida. Perfecto para perderte, desconectar y reconectar con la naturaleza.

Qué hacer: caminar, nadar, comer y beber

En esta mini guía encontrarás un poco de todo: caminatas por senderos que cruzan acantilados y miradores con vistas infinitas, baños en calas escondidas con agua cristalina, y comidas y brindis frente al mar. Planes para cualquier momento del año, ya sea para una escapada de un día, dos o un fin de semana largo.

NO TE LO PIERDAS: La guía más completa de la Costa Brava

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Planes para disfrutar de Cap de Creus

Qué

El punto más oriental de la península Ibérica, aunque Alicante reclame el eslogan de 'Amanecer de España', es también uno de los tramos más salvajes de la Costa Brava, lleno de ruinas milenarias y secretos por descubrir. Uno de esos tesoros es Cala Tavallera, una cala prácticamente desierta durante todo el año, con un fondo marino impresionante y una espesa pradera de posidonia. La mejor manera de llegar es caminando unas dos horas por el GR11, el sendero que conecta el Mediterráneo con el Atlántico. Al final de la ruta, un pequeño refugio os espera para descansar o incluso pasar la noche y disfrutar de un amanecer de película.

Dónde

Cala Tavallera se encuentra a unos dos kilómetros del Port de la Selva, accesible únicamente a pie por el GR11. Aunque algunos blogs mencionan 4x4, la caminata es la forma más segura y auténtica de llegar. En temporada baja es fácil disfrutar de la cala en total soledad, y es recomendable contactar con el ayuntamiento para asegurarse de que el refugio está disponible.

  • Fuera de Barcelona

Qué

No podemos dejar de recomendarlo: un lugar así, casi al final del mundo y a menos de dos horas en coche de casa, merece una visita al menos una vez en la vida. Eso sí, conviene seguir algunas precauciones para que la experiencia sea perfecta. En 1991, un biólogo británico se enamoró de este antiguo cuartel de la Guardia Civil y abrió un restaurante con tres apartamentos para alquilar, que con los años se ha convertido en un sitio mítico. Especialmente en invierno, cuando toca enfrentarse a la tramontana a pecho descubierto, la visita se vuelve casi épica. El local, de clara vocación bohemia, puede tener esperas largas en temporada alta. La carta combina comida catalana e india: tapas, entrantes, sopas, ensaladas, carne de la Garrotxa y postres caseros.

Dónde

El restaurante se encuentra dentro del Parque Natural de Cap de Creus. El acceso está restringido a quienes hayan reservado mesa previamente a través de la web del restaurante; los que no lo hagan podrían ser multados. También se puede llegar en autobús desde la estación de Cadaqués.

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3. Cala Cativa

Qué

Es una pequeña playa virgen y prácticamente desconocida cerca del Cap de Creus. Su acceso es más fácil siguiendo el Camino de Ronda hacia Cala Tamariua o en kayak. No esperéis grandes espacios para poner la toalla: si vais en familia, os tocará apretaros. Pero lo que la hace realmente fascinante es su historia: en sus aguas y arena se encuentran los restos de un barco del siglo I a.C. que transportaba 100 ánforas de vino desde L’Hospitalet de Llobregat hasta Narbona.

Dónde

Cala Cativa está entre Cala Tamariua y Cala Fornells, a 3 km al este de El Port de la Selva, en pleno entorno del Cap de Creus. Es accesible por el Camino de Ronda o en kayak.
 

  • Mediterránea
  • Fuera de Barcelona

Qué

¿Tenéis claro que Cala Jóncols es uno de los mejores chiringuitos de la Costa Brava? Desde 2005, los antiguos propietarios, la familia Gómez-Alvaz, regentan La Pelosa, un restaurante-chiringuito situado en la cala del mismo nombre, muy cerca del Parque Natural del Cap de Creus y de elBulli 1846. Su cocina es casera y tradicional, con un gran respeto por el producto. Aunque la carta es extensa, destacan los arroces y, sobre todo, el pescado fresco de la bahía de Roses. Dos platos imprescindibles: el arroz caldoso con bogavante y la fideuá. Y cualquiera de sus pescados os dejará más que satisfechos.

Dónde

En Carretera a Pelosa, Diseminado Aforess, 60, cala Montjoi. 

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Qué

La Cova de s’Infern es, sin duda, uno de los rincones más impresionantes del Cap de Creus. La erosión del agua ha moldeado la roca hasta crear una cueva con una especie de piscina natural en su interior: bañarse aquí es toda una experiencia, casi al nivel de nirvana. Su nombre viene del color rojizo del agua cuando le da el sol, un espectáculo que merece la pena contemplar y fotografiar.

Dónde

Para llegar a la cueva hay que caminar unos diez minutos desde el faro del Cap de Creus, siguiendo un sendero sencillo que permite disfrutar del entorno natural antes de sumergirse en esta maravilla escondida.

6. Camino Antiguo de Cadaqués en el Cap de Creus

Qué

¿Y si empezamos el día caminando? Esta es una de las rutas más populares, pero vale la pena porque durante estos 14 kilómetros se pasa por un montón de calas alucinantes. De hecho, si realmente deseáis captar la magia del Cap de Creus, seguid el camino antiguo que va de Cadaqués al faro. Durante el primer tramo del itinerario pasaréis por calles, pero una vez lleguéis a Portlligat empieza lo mejor: la playa de Sant Lluís, la playa de la Guillola, un camino lleno de viñedos abandonados y, finalmente, el faro.

Dónde

Se empieza en Cadaqués y se acaba en el faro de Cap de Creus. Para regresar hay quien opta por volver por la carretera o una mezcla entre carretera y camino. En total, son unas cuatro horas aproximadas de ruta.

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  • Roses

Qué

Este antiguo edificio, perfectamente integrado en el paisaje y rodeado de pinos y olivos, fue construido por unos italianos en 1955. Hoy lo gestionan Alexis y Alicia, tercera generación familiar al frente del hotel fundado por sus abuelos andaluces, Pepe y Rosario, en 1969. Actualmente, es el primer hotel de la Costa Brava en obtener el certificado de sostenibilidad Biosphère. Ubicado entre Roses y Cadaqués, entre mar y montaña, se alza frente a la tranquila cala Jóncols, en un entorno remoto con apenas cobertura telefónica. Desde sus rincones y miradores se pueden contemplar el mar y un pequeño viñedo recuperado en 2013 sobre terrazas con muros de piedra seca, donde un rebaño de ovejas cuida las 4.000 cepas de Lledoner Roig. El hotel ofrece spa, piscina y un chiringuito propio, famoso por su coctelería de primer nivel. Además, organiza todo tipo de actividades: catas de vino, paseos en barco, salidas en kayak, submarinismo e incluso bautizos astronómicos.

Dónde

En cala Jóncols, a 10 km de Cadaqués y a 14 km de Roses. Desde Barcelona, autopista AP7, salida 4 (Figueres Sud).

8. Cala Culleró

Qué

Esta no es una cala cualquiera: su belleza es casi de otro mundo. Sus rocas de formas zoomórficas, moldeadas por el agua salada y la tramontana, son tan famosas que una de ellas inspiró el cuadro de Salvador Dalí El gran masturbador. Además de perderse admirando las rocas y buscando formas animales con los niños, se puede disfrutar del sol en su pequeña zona de arena, donde se practica nudismo. Pero lo mejor es bañarse en sus aguas cristalinas, dejarse llevar por el entorno y, claro, aprovechar para sacar unas fotos espectaculares para Instagram.

Dónde

Cala Culleró está escondida y protegida por su entorno natural, a 11 kilómetros de Cadaqués y muy cerca del Faro del Cap de Creus. 

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9. Cala Jugadora

Qué

Salvador Dalí y Josep Pla ya hablaban de este rincón, aunque pocos lo han visto en persona. La cala es un paraje acogedor, de suaves contornos redondeados por matas de retama, muy distinto al aspecto más agreste de otros entrantes de la Costa Brava. Su nombre juguetón refleja la dulzura del paisaje: un rinconcito de arena junto a un brazo de mar protegido de la tramontana, con aguas cristalinas y calmadas que esconden una extensa pradera de posidonia, muy protegida. Es un lugar de belleza singular donde quedarse y disfrutar de la tranquilidad y el entorno natural.

Dónde

Se llega desde Cadaqués siguiendo la carreterita que conduce al faro del Cap de Creus y, desde allí, descendiendo a pie unos 30 minutos por el lecho seco de una riera. 

10. De Sant Pere de Rodes hasta Sant Salvador de Verdera

Qué

Por la tarde, podéis aprovechar para hacer una ruta corta de unos 1,6 km que va del monasterio de Sant Pere de Rodes hasta Sant Salvador de Verdera, el punto más alto del Cap de Creus. El sendero zigzaguea por la montaña y, a medio camino, se presentan dos opciones: tomar el camino que bordea la cresta o el que sube hacia el castillo; esta última es la que os recomendamos. La subida no es muy complicada, pero requiere algo de esfuerzo.

Dónde

Al llegar a Sant Salvador de Verdera, las vistas os dejarán boquiabiertos: desde allí se divisan el golfo de Roses, el macizo del Canigó, el golfo de León y la sierra de l’Albera. Un mirador natural que recompensa con creces el paseo y permite contemplar la majestuosidad del Cap de Creus desde las alturas.

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