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Las luces, los mercadillos, los anuncios de juguetes… la Navidad ya está aquí. Si eres de Madrid y no has hecho algunas de estas cosas... te estás perdiendo algo. ¡Saca a relucir tu espíritu navideño!
1. Acercarte al mercado de la Plaza Mayor y comprarte una peluca ridícula.
En Navidad sabes que estás cerca de la Plaza Mayor cuando empiezas a ver a la gente con el pelo de colorines y sombreros navideños (a cual más original y llamativo) que lucen sin un ápice de vergüenza. Y es ahí donde se celebra uno de los mercados más grandes, bonitos y tradicionales de Navidad. Estará abierto hasta el 31 de diciembre en horario continuado de domingo a jueves de 10 a 21 h y viernes, sábados y vísperas de festivo de 10 a 22 h. Como siempre también encontrarás las pelucas más estrafalarias y esos artículos de broma que nunca pasan de moda. Imprescindible ir con ella puesta hasta casa.
2. Congelarte en el Naviluz o viendo las luces de la Gran Vía.
La Navidad es el momento más mágico del año para los más pequeños de la casa, y pocas cosas les hacen tanta ilusión como ver las luces de Navidad, preferiblemente desde el autobús que recorre las principales calles de la ciudad, Naviluz, que empieza el 24 de noviembre y ofrece recorridos hasta el 6 de enero. Si no has podido comprar las entradas, siempre puedes pasear por el centro de la ciudad, bufanda, gorro y guantes mediante y ver las luces más bonitas de este año, pasar por las azoteas con mejores vistas o apuntarse a uno de los planes que ofrecen hoteles como Vincci Capitol, The Principal o el Riu Plaza de España.
3. Cantar la canción de Cortylandia.
Si otros años te has dejado caer por la Plaza de Celenque, seguro que te ha sido imposible no toparte con Cortylandia y todo el gentío que se reúne alrededor, un clásico para varias generaciones de niños madrileños. Este año vuelve con un montaje lleno de entrañable gatitos navideños a partir del 24 de noviembre. Acércate y deja que se te pegue su inolvidable canción: "Cortylandia, Cortylandia, vamos todos a cantar..." ¿A que ahora ya no te la puedes quitar de la cabeza?
4. Correr la San Silvestre.
Ya seas deportista de élite o aficionado, o simplemente quieres disfrutar de la carrera más madrileña y hacerla (o intentarlo) al menos una vez en la vida, éste puede ser tu año. La San Silvestre Vallecana tiene un circuito de 10 kilómetros sobre el asfalto y ofrece además una opción virtual. Para quienes decidan volver al formato original, la salida se hará en cinco tandas, y los corredores volverán a recorrer los enclaves principales del centro de la ciudad.
5. Hacer cola en Doña Manolita para comprar lotería.
Comprar lotería de Navidad y compartir décimos con familias y amigos es algo típico, tanto como ya lo son las interminables colas para comprar los décimos en una de las administraciones más típicas de Madrid: Doña Manolita. Pero son muchos años de experiencia y están tan bien organizados que encontrarás la cola por tramos y con personal que va regulando el flujo de madrileños y visitantes que aguantan el frío para hacerse con unos décimos. ¡Que tengas suerte y a por el Gordo!
6. Ir a la cabalgata con paraguas y escalera.
Otro plan familiar que no falla, y que en los últimos tiempos cuenta con dos accesorios fundamentales: una escalera para que los niños puedan ver bien a Sus Majestades y un paraguas para cuando llegue la lluvia de caramelos. Eso sí, ese será el momento de bajarse de la escalera y coger todos los que puedas. Con calma, que hay para todos. Y como viene siendo habitual, no hay cabalgata que no acabe saltando a la redes. Que si los trajes, que si el rey Gaspar... ¿Qué será este año?
7. Comerte un chocolate con churros en San Ginés.
Es muy típico hacerlo tras una larga noche de fiesta, pero en realidad, cualquier momento es bueno para degustar una de las especialidades más deliciosas de la ciudad. La chocolatería San Ginés lleva desde 1894 deleitando a los madrileños con su exquisito chocolate con churros, ya sea para los que llegan de madrugada, los que lo toman antes de irse a trabajar o los que disfrutan de lo dulce a media tarde.
8. Buscar un hueco libre en una barra de los bares de la Plaza Mayor y comerte un bocata de calamares.
Aquí no tenemos el mar cerca, pero todo el mundo sabe que los mejores bocatas de calamares se comen en la capital de España. En pocas épocas del año saben mejor que en Navidad. Y en ningún lugar como en los bares cercanos a la Plaza Mayor. Eso sí, tendrás que hacerte un hueco en la barra o la mesa.
9. Tomarte las uvas en la Puerta del Sol (o las preuvas).
Todo lo que necesitas para disfrutar de una de las tradiciones más arraigadas entre los madrileños es hacerte con ropa de abrigo, un gorro de Papá Noel, matasuegras, una docena de uvas... y tener muchas ganas de pasarlo bien. Así es como se vive el comerse las uvas al ritmo de las campanadas del reloj en la mismísima y renovadísima Puerta del Sol. Si lo prefieres, puedes optar por hacerlo un día antes, el 30 de diciembre, en las conocidas preuvas, que ya se han convertido en un clásico casi tan arraigado como la propia Nochevieja.
10. Meterte en el bolsillo una ración de castañas asadas.
Las calles de Madrid se vuelven a llenar de puestos de castañas y no sabemos qué nos gusta más, si comérnoslas o el incomparable placer de sentir el calorcito que desprende una docena de este manjar tan típicamente invernal. Además, ahora también hay opciones a elegir y puedes encontrar también batatas y hasta mazorcas de maíz. Aunque nos quedamos con la tradición de las castañas que nos calientan el bolsillo.
11. Abrirte paso entre la marea de gente en Preciados.