
1. Xiaolongkan Hot Pot
La mayoría de las mesas están llenas de ciudadanos de origen chino. Y eso ya es una garantía y más en un lugar con unas dimensiones tan descomunales; con un aforo alrededor de 250 personas (Maestro Arbós, 2). Además se trata de un sello presente en más de 10 países, con más de 800 locales en el gigante asiático además de sucursales en Oviedo, Zaragoza y Málaga. El escenario de la sala (con algunos reservados para grupos) anima cada velada alrededor de la olla humeante (de uno a tres caldos). Ingredientes -van añadiendo nuevos esporádicamente- para todos los gustos (de casquería rara a verduras, muchas opciones de carne - incluido wagyu y black angus-, de pasta y varios mariscos), un amplísimo escaparate de salsas para darle punch y umami a cada bocado, granizados recomendados por la casa para mitigar el picante... Una experiencia que aúna diversión y sabores exóticos (según con lo que te atrevas a la hora de pedir). Planazo para celebrar con amigos.