Yong Wu Nagahira se pone al frente de su segundo y más democrático proyecto en un espacio asombroso, una sala, con barra de sushi y reservado, llena de rincones atractivos. Aquí la creatividad, ese plato que reta al cliente, no está presente en el día a día como en su local junto a Gran Vía (Flor baja, 5), pero la carta sorprenderá a quienes no conozcan su sello ("hago lo que no se espera la gente"), su original despliegue de nigiris, la gyoza de gamba y papada o el temaki de toro y oreja, al tiempo que presenta unas líneas más reconocibles, más populares en todo restaurante nipón (usuzukuris, makis, tartares, tempuras, sashimi…) pero con una vuelta personal. No os vayáis sin postre, el magnífico soufflé de sésamo.
Hay un japonés para cada momento y para cada bolsillo. Y hay mucho más que sashimi y nigiri en la gastronomía nipona. Os dejamos restaurantes donde disfrutar de un contundente ramen o un delicioso katsu sando pero también espacios donde entregarse a propuestas más creativas, más fusión, a un menú omakase o a esa espectacular barra de sushi donde darse todo un homenaje gastronómico.