La Tasquería
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Restaurantes con estrella Michelin en Madrid en 2024

Os presentamos las direcciones madrileñas que han sido premiadas con la más reconocida distinción en el universo gastronómico

Gorka Elorrieta
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La guía Michelin para España y Portugal celebró su última gala en Barcelona y repartió 6 nuevas primeras estrellas en nuestra región renovando la constelación de salas donde ir a comer y aumentando la lista de chefs cuya propuesta resulta sobresaliente. ¿Cuántas estrellas Michelin tiene Madrid? Madrid cuenta con 36 estrellas repartidas 28 restaurantes.

Hay perfiles culinarios para todos los gustos y para distintos bolsillos. Hay espacios espectaculares y nuevos japoneses entre los nuevos galardonados. Otra cosa es lograr una reserva para el fin de semana. Se estrenan en la famosa guía roja OSA, Cebo, Santerra, El Club Allard, Desde 1911 y Toki. Ya tienes cartas y menús degustación para hacer un regalo los próximos meses. Y si no pillas mesa, en estos prueba en estos otros restaurantes de la capital.

Aquí os dejamos todos los restaurantes de la región que han sido premiados para la temporada 2023/2024. ¡Que aproveche!

RECOMENDADO: Nuestro top 50 de restaurantes madrileños

Con tres estrellas

  • Cocina creativa
  • Chamartín
  • precio 3 de 4

El restaurante de David Muñoz no necesita presentación. En solo cinco años, este chef ha pasado de ser un desconocido a ganar el Premio Nacional de Gastronomía y conseguir 3 estrellas Michelín en su restaurante DiverXO, donde apuesta por una cocina elaborada, mezclando sabores, texturas y técnicas de alta cocina. La sorpresa en sus platos está garantizada. Es posible que te cueste reservar, las mesas están muy solicitadas, pero sin duda la experiencia merece mucho la pena.

Con dos estrellas

  • Cocina creativa

A los ocho meses de su apertura en el renovado Mandarin Oriental Ritz ya había logrado su primera estrella Michelin. El triestrellado Quique Dacosta es el ideólogo de la propuesta (y de toda la sección culinaria del hotel: Deessa, Palm Court, Champagne Bar y El Jardín del Ritz y la coctelería Pictura) pero Ricard Tobella es aquí su mano derecha, su jefe de cocina, quien está al frente del servicio diario y salvaguarda la excelencia, ejemplifica el talento. La apuesta con el perfil más gastronómico y culinario de todo este exclusivo e icónico hotel equilibra proximidad y vanguardia en una mayúscula sucesión de platos de elegancia desbordante. En una sala espectacular con vistas al jardín, con una atención exquisita y una bodega a la altura del proyecto, solo tienes que decidir si quieres el Menú Histórico Quique Dacosta, un despliegue de los platos más emblemáticos en la trayectoria del chef extremeño, o el Menú Contemporáneo QDRitz, sus últimas creaciones, exclusivas para este restaurante.  

  • A la brasa

Seguramente no exista un restaurante así en toda la ciudad. De brasas hay muchos y buenos pero no con el humo como columna vertebral de todo su menú degustación, de su Fire Omakase. El concepto que ha diseñado Dani García para menos de una veintena de comensales por servicio es único. Ya no digamos si escoges (porque también dispone de un par de mesas contiguas) uno de los seis/siete asientos elevados en primera línea de acción, frente a frente con los cocineros. Alta gastronomía y showcooking en un espacio separado de Leña pero igualmente dentro del hotel Hyatt Regency Hesperia. Todo tiene, más o menos sutil, una nota ahumada. Cada pescado y marisco, cada carne y verdura. Puede arrancar con una mantequilla de levadura con aguacate a la brasa con pan tostado a la brasa e incluir desde un bogavante a la brasa a la nueva y sorprendente versión del tomate nitro acompañado de su mousse con sabor a anguila ahumada en casa.

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  • Cocina creativa
  • Chueca
  • precio 4 de 4

El nombre de Diego Guerrero es un aval para el éxito asegurado. Formado en las cocinas de Martín Berasategui, consiguió dos estrellas Michelin con su trabajo en El Club Allard. En 2014 se atrevió a dar el paso de abrir su propio restaurante, y le ha costado solo dos años hacerse con dos estrellas Michelin para DSTAgE. Alonso Martínez fue el barrio elegido para su local, de estética industrial, con paredes de ladrillo visto, tuberías metálicas y cocina vista al fondo. Su cocina, una forma de gastronomía libre y sin ataduras, ya ha logrado los elogios de críticos y público.

  • Cocina creativa
  • Madrid
  • precio 4 de 4

Un restaurante de prestigio que ha pasado de padres a hijos. Pero no se trata de una familia cualquiera: el apellido Sandoval es sinónimo de buena gastronomía desde hace generaciones. Mario es el chef encargado de plasmar la tradición y al mismo tiempo la innovación en cada plato de Coque. Su horno de vanguardia y sus maderas para asados son los signos de distinción de esta cocina, reconocida con dos estrellas Michelin. Un servicio de sala impecable, una decoración sencilla y dos menús completos (‘Max Madera’ y ‘Arqueología de sabores’) con opción a maridado completan una experiencia gastronómica única.

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  • Cocina Internacional
  • Sol
  • precio 4 de 4
Paco Roncero
Paco Roncero

El entorno serio del comedor de este exclusivo club (aconsejable llevar corbata) sirve de escenario para un restaurante originalmente asesorado por el mítico chef Ferran Adriá y actualmente dirigido por su más aventajado discípulo, Paco Roncero. 3 soles Repsol y 2 estrellas Michelín son su carta de presentación. Qué más decir.

  • Cocina creativa
  • Barrio de Salamanca
  • precio 4 de 4

Emplazado en Hotel Único Madrid, el elegante restaurante del estrellado chef catalán no necesita presentación. Son muchas las virtudes que derrocha su cocina y mucha será la satisfacción de quien se acerque a esta casa. Poniendo el sabor en un pedestal, justo sobre la creatividad, los platos sorprenden y emocionan a partes iguales. Solo tiene que escoger entre uno de sus tres menús.

Con una estrella

  • Española

Pescaderías Coruñesas siempre ha sido garantía de un producto excepcional y para ratificarlo una vez más suman este restaurante, el más ambicioso de su trayectoria en la restauración. Un espacio, coherente con la filosofía de la casa, que da una vuelta de tuerca a toda esa experiencia acumulada a la vez que rinde homenaje a los fundadores del sello. Es una apuesta en toda regla en cuanto que el menú (oscila entre 120 y 150 euros; el cliente puede elegir algunos de los primeros platos -tres de los seis entrantes- pero el principal será el mejor pescado -rodaballo, besugo, mero... todos salvajes- que haya llegado ese día, sea el que sea) cambia cada día según el mercado y la temporada. Juegan en esa línea fina porque pueden, porque les sobran galones y porque, además del buen trabajo en cocina, han fichado a Abel Valverde (ex Santceloni, Premio Nacional de Gastronomía y tabla de quesos imbatible) para darle un aire especial a la sala, que forme parte intrínseca y fundamental de lo que es sentarse en su comedor. 

OSA

Es el restaurante (Ribera del Manzanares, 123) del que más se ha hablado en el sector gastro madrileño este año. La de Jorge Muñoz (que se hizo un nombre en Picones de María) y Sara Peral, ambos ex-Mugaritz, era una de las aperturas más esperadas de 2023. Cocina personalísima (y radical en cierto sentido, en el mejor de los sentidos), carta de vinos inabarcable y un chalet a orillas del río para hacer felices a muchos muchos clientes (a razón de 20 comensales por servicio). Técnica depurada y producto brutalista. Sofisticación en la forma y meditado ideario de fondo. Mucho mucho trabajo en cada pase (por invisible que resulte a los ojos) de los dos menús degustación que ofrecen.

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  • Japonesa

El sumiller y empresario asturiano Marcos Granda, con una cartera de restaurantes que suman ya cinco estrellas Michelin (en Madrid está detrás de Clos), abre el restaurante japonés más exclusivo de Madrid (tras conquistar a crítica y comensal con Nintai, su primer local de cocina nipona abierto en Marbella). Aquí cada servicio todo el equipo se entrega en pos del placer de media docena de comensales. Huele a nuevo brillo de la gala francesa pero habrá que esperar. Sea como sea, frente al trabajo pulcro y minucioso del itamae nipón Tadayoshi Motoa se para el tiempo. la mexicana Hilda Olvera, directora de sala y sumiller, hace el resto para que te sientas cómodo, para que no falle ningún detalle en este interiorismo que firma el estudio de Alejandra Pombo.

  • Cocina creativa
  • Centro
  • precio 4 de 4

Martín Berasategui ha vuelto a desembarcar en Madrid por la puerta grande. El chef que ha conseguido más estrellas Michelin en España (y top 5 mundial) toma las cocinas de un icono, El Club Allard, tras la aventura con un Etxeko que la pandemia se llevó. La tarea de levantar un templo, decaído en los últimos años, no es fácil pero si hay alguien que puede conseguirlo es un cocinero con estatus de Maestro, con mayúsculas. Los majestuosos salones y fogones del 2 de la calle Ferraz reciben así al vasco y a parte de su equipo, capitaneado por un joven José Mari Goñi, curtido en Lasarte. Ojalá se haga de nuevo la luz, literal y figuradamente, en un comedor que perdió su relumbrón culinario y estético con un cambio de interiorismo y color que en nada le favorece. Va por el camino correcto, al menos en lo gastronómico.

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  • Cocina creativa
  • Centro
  • precio 3 de 4

Con dos menús degustación (14 u 11 pases), Javier Sanz y Juan Sahuquillo (chefs de Cañitas Maite y Oba-) desembarcan aquí tras la marcha de Aurelio Morales. Un fabuloso despliegue de producto, territorio, artesanía y otros mimbres notables en cocina (Borja García en el día a día) y sala (un servicio para una veintena de comensales únicamente) para recuperar el favor de la guía gala. La columna vertebral del equipo ha pasado por sus casas y conoce bien los valores de estos jovencísimos chefs. Así que van a por todas. Por el camino en sus mesas disfrutamos de su mero negro, de su vaca de trabajo, de su tomate Cuerno de los Andes… 

  • Española
  • Barrio de Salamanca
  • precio 2 de 4

Croquetas, ineludibles (cremosísimas y con marcados tropezones). Orejas de cochinillo segoviano, crujientes y tiernas, acompañadas de las notas frescas de mojo verde para equilibrar su toque picante. Los callos se quedaron fuera porque siempre hay que una excusa para volver (y, ahora, cuanto antes). En los puerros confitados con tocineta esperábamos mayor intensidad, un gusto más palpable. Tiernos sí, bien ejecutados también pero no dan un golpe sobre la mesa. Quizás tampoco hayan venido a eso. Esa misma ligereza, pero cargada de sentido, con argumentos, encontramos en la caballa en escabeche. Un plato para quedarse a vivir. El escabeche es soberbio, las pinceladas más ácidos ceden su lugar a apuntes de hierbas aromáticas. Y aquí, latente, en este fondo se presenta el corazón de su cocina de bosque bajo que protagoniza su comedor principal.

 

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  • Japonesa

Tras conseguir una estrella Michelin y cerrar su proyecto más personal, 99 KO Sushi bar, David Arauz, uno de los grandes itamae de la restauración madrileña, vuelve a ponerse detrás de una barra y a servir dos versiones de su omakase (Zuara y Shibui). Y en esta ocasión lo hace en compañía de Álvaro Prieto como maestro de sala y sumiller. El despliegue de nigiris es inconmensurable, punto perfecto del arroz, sabores nítidos, producto excelso ya sea atún, urta, hamachi, quisquilla de Denia o anguila del Delta del Ebro. Una secuencia fría que viene precedida de encurtidos caseros y algún bocado caliente. Los menús son cinco/siete pases de cocina + nueve/once pases de sushi + postre. Por arriba o por abajo ambos rondan los 150 euros (sin vino). El espacio, que ofrecerá sesiones inolvidables, se divide en una barra-puerta al paraíso perdido para 12 comensales y un comedor privado para siete personas. Curiosidad: ocupa el local donde estuvo el primer DiverXO en el distrito de Tetuán. 

  • Fusión

El chef Hugo Muñoz vuela solo (tras dejar grupos de peso en la restauración madrileña como Carbón Negro o Larrumba) y comanda la enésima propuesta fusión que parte de aires nipones para desembarcar en territorios reconocibles pero propios (sunomono de mejillón gallego al “hierro”, lengua de vaca ahumada, percebe de los pobres y verduras tsukemono), que van en pos de la raíz de las cosas. La suya está lejos de ser una cocina mestiza más. Es tan personal como alegre. Es a veces transgresión y vibra de la mano de la estacionalidad del producto que trabaja al tiempo que se advierte en la carta la herencia de mentores pretéritos (Abraham García y Ricardo Sanz). Podéis pedir a la carta o entregaros al menú omakase. Y podéis hacerlo en una pequeña barra (para apenas cuatro comensales) o en las mesas de su minimalista y bien iluminado comedor. Es un espléndido, constante y pleno de matices viaje de ida y vuelta entre Japón y Occidente. Va de la gyoza de callos a la madrileña o el lenguado con meuniere de yuzu al nigiri de sardina con alboronía malagueña o el ikizukuri de pescado del día con bilbaína estilo Getaria.

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RavioXO

Platos fascinantes (el conejo y la zanahoria, pulpo a feira que fala thai, nigiri-dumpling, caserío vasco con mole de novia...) sobre en un envoltorio hipermoderno, una atmósfera como de ciencia ficción. Mucho metal, luces, espejos. El comedor, con cocina abierta, es amplio pero obviamente será complicado hacerse con una mesa en la que desde que abrió ya era una de las aperturas del año. "Es un homenaje (y muuucho más) a nuestro concepto del tratamiento del mundo de los dumplings que empezamos hace 15 años en DiverXO y que no hemos parado de desarrollar", dijo el chef madrileño.

  • Comer

Tras el incendio (literal) de parte del restaurante, Montia renace de las cenizas en un nuevo y más versátil espacio pero sin moverse de San Lorenzo de El Escorial. Por el camino se ha quedado Daniel Ochoa al frente del que llaman el "Noma español". Puedes dejar de leer ya y coger el teléfono porque ya están abiertas las reservas. Aunque el local es más amplio, las mesas van a volar igual.

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  • Colombiana
  • Almagro

Del desierto de Auyama (La Guajira) al mar de los siete colores (San Andrés), de Bogotá a Pasto. Tras Herencia y Origen, llega Mestizaje, el nuevo menú degustación de un audaz, lúcido y experimentado chef colombiano, un imprescindible recorrido por las costumbres, los relatos y la Historia de un país que resulta misterioso y sorprendente, un itinerario que deja preguntas en el aire y despierta una irrefrenable curiosidad. Su apuesta culinaria, que aterriza ahora en Madrid pero que empezó a fraguarse hace ocho años, rescata lo indígena, lo africano y lo colonial sin adaptar sabores, "cocinando a la manera colombiana". Y todo sucede en un exclusivo escenario donde la cocina está integrada en la sala, son contadas las mesas y el minimalista interiorismo (con guiños dorados que recuerdan el tesoro de la etnia quimbaya) pone el foco en unos platos resplandecientes, en un perfecto equilibrio de técnica, sabor y discurso propio. Qué suerte poder disfrutarlo.

  • Cocina creativa
  • Chamberí
  • precio 4 de 4

Rodrigo de la Calle, con varios proyectos paralelos más informales pero igualmente fieles a su pasión vegetal, sigue siendo felizmente sorprendente en su buque insignia, que hace ya unos años se trajo de Collado Mediano a Chamberí. Con varios menús degustación (con espacio para platos con carne o pescado en los últimos pases), donde el #Vegetalia es la cúspide de su trabajo y su filosofía, el despliegue cromático y culinario que propone este chef madrileño, es tan atractivo como original. No hay cocina (aquí una gran cocina vista) como la suya en todo el país. Un baile de texturas y sabores a veces inauditos y muchas inesperados pero siempre gratos. 

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Cada plato es un monumento al clasicismo contemporáneo. Técnica precisa, emplatado de relumbrón y sabores abruguesados entre la herencia francesa y el producto mediterráneo. En la propuesta noble, siempre atenta a la temporada, de Adolfo Santos prima la ejecución, la elegancia, la línea moderada, sin estridencias, de la alta gastronomía. Y todo, del interiorismo (certificación LEED® Gold concedida por el Consejo de la Construcción Verde de los Estados Unidos) a la interminable bodega y la pulcritud de su coctelería (premiada en FIBAR) pasando por un marcado trabajo de sala, redondea la experiencia de este estrella Michelin de manual. Vayas a comer de carta o te dejes llevar por su Menú Estaciones, una parada obligatoria para todo amante de la buena mesa en el cada vez más nutrido panorama gastronómico de la ciudad. 

  • Española
  • Castellana
  • precio 3 de 4

El grupo Álbora (comandado por Joselito y La Catedral de Navarra) suma otro restaurante en Madrid. Sibaritas y otros paladares exigentes ábranse de oídos. La clase, el producto, las elaboraciones selectas y un servicio de sala sobresaliente están más que asegurados. Y la bodega será, sin duda, la envidia de muchos grandes restaurantes y la perdición para los amantes de los mejores caldos. Una trabajo impecable que les ha conseguido su primera estrella Michelin.

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  • Cocina creativa
  • Chamartín
  • precio 3 de 4
Gaytán
Gaytán

No contento con el aplauso unánime (y la estrella Michelin) que recibió (y mantiene) La Cabra, Javier Aranda acaba de lanzar este nuevo proyecto cuya espina dorsal son dos menús cerrados (77 y 121€). Se sirven, claro, a mesa completa y vienen acompañados de una propuesta de maridaje para cada uno. La cocina, a modo de escenario, se ubica en el centro de la sala. Más a la vista no se puede. Un propuesta que le ha valido otra estrella Michelin en noviembre de 2016.

  • Japonesa
  • Barrio de Salamanca
  • precio 4 de 4

El templo en el que oficia Ricardo Sanz (una estrella Michelin) se ha convertido en motivo de peregrinación, más tarde o más temprano, para los aficionados a las deliciosas niponas, aunque a menudo lo frecuentan altos ejecutivos para reuniones informales (siendo, como es, uno de los restaurantes de un lujoso hotel). Espléndidos platos canónicos se entrecruzan en la carta con originales y deslumbrantes creaciones del chef. Todo servido con un muy cuidado emplatado. Servicio a la altura del lugar y una bodega inabarcable para completar la sobresaliente experiencia.

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  • La Latina
  • precio 3 de 4

Tablao, sí. Gastronómico, también. Es la nueva era del mítico Corral de la Morería que, haciendo suyo el lema renovarse o morir, ha apostado por meter en su cocina a un chef con estrella: David García. Y puestos a ser originales, van y se convierten en el restaurante gastronómico más pequeño del mundo, con tan solo cuatro mesas para ocho comensales por turno. En carta, dos menús degustación y una bodega en la que los vinos de Jerez mandan, con una colección de más de 300 referencias para beber por copas. Sí, por copas. Un espectáculo que, por primera vez en muchos años, salta del tablao a la mesa. 

  • Japonesa
  • Barrio de las Letras
  • precio 4 de 4

No hay un restaurante japonés igual en todo Madrid. Tras comenzar su andadura en plena calle Alcalá, ahora podéis encontrar este búnker japonés de la II Guerra Mundial en el Barrio de las Letras. Pero la decoración no es su único punto fuerte. Su cocina, capitaneada por el chef Julián Mármol, se caracteriza por basarse en productos premium y pescado de primera calidad, dando lugar a unos espectaculares temakis, niguiris y tartares, además de una sabrosa carne de Kobe. En Alcalá era un exclusivo club privado para socios, aunque en su nueva ubicación cuentan también con un espacio para todos los públicos. 

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  • Chamberí
  • precio 3 de 4
Clos
Clos

Mientras unos hacían la ruta de los panettones y otros buscaban los últimos regalos para las fiestas pasadas, el asturiano Marcos Granda se vino de Marbella, donde triunfa con Skina (comedor pequeño, satisfacción enorme), para abrir uno de los nuevos restaurantes que más elogios va a cosechar este año. Y punto. Si la bodega es uno de los motivos para elegir dónde te sientas, aquí te vas a revolver en la silla entre inquieto por elegir y emocionado por probar . En la cocina impera por igual la temporalidad y los fondos, una técnica notable al servicio de una renovada tradición, pero son las 300 etiquetas que brinda su carta vinícola las que lo hacen ineludible.  

  • Española
  • Barrio de Salamanca
  • precio 2 de 4

Todos los elogios que hayan leído (y leerán a continuación) dirigidos al trabajo de este restaurante están bien fundados y no son flor de un día. Aquí no solo se come bien sino que se disfruta y uno se marcha como si le hubieran inoculado un virus, con evidentes ganas de repetir la experiencia. El efecto es aún mayor cuando, antes de parar por esta casa, te decían “sesos” o “manitas” y torcías levemente el morro. Aquí no sólo reivindican con destreza y creatividad la casquería (#somoscasqueros es su hashtag recurrente) sino que buscan su punto más amable, la actualizan para los paladares contemporáneos y urbanitas y, en definitiva, la engrandecen sin quitar ojo a la tradición. Al frente de este revolucionario aire fresco se encuentra Javi Estévez.

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