5 restaurantes de Barcelona con platos de caza

El chef es un gran conocedor del bosque y el sotobosque catalán: tórtola, conejo y torcaz, con las mejores setas posibles. Después de mucho tiempo de servicio en Monvínic, Sergi de Meià tiene restaurante con nombre propio, donde hace lo que ha hecho siempre: trabajar con una treintena de proveedores de confianza, km.0, para ofrecer cocina de autor con voluntad ecológica que él denomina “cocina absolutamente de proximidad”.

Sí, son marineros, pero su arroz de pichón es un plato montañés de referencia. El mérito lo tienen Marta –heredera del negocio familiar–, Albert –su pareja– y el ex-Bulli Marc Singla. Juntos decidieron que la cocina marinera no solo eran paellas de marisco y 'suquet' de pescado, que también, sino una manera creativa y respetuosa de tratar el producto.

Cada año dicen que el Pitarra cerrará. Por si acaso, no os perdáis su perdiz con setas. También tenéis que conocer el civet, una forma de cocina medieval originaria de las actuales Cataluña y Occitania que generalmente se aplica al jabalí, ciervo, liebre... Se trata de un guiso donde interviene una buena cantidad de cebolla (de aquí el nombre), vino y la sangre del mismo animal. Es un tipo de cocina en cierto desuso, relegada a lugares especializados que los amantes de este tipo de animaladas conocen y frecuentan.

El espíritu de la cocina clásica francesa y la excelencia viven aquí, en suntuosos comedores y barrocos platos de pintada. A lo largo de toda la carta hay un respeto por la tradición, con un punto justo de actualidad, pero el toque magistral lo pone una vieira a la brasa con un intenso chutney de cítricos. Una obra de art.

Si probáis su estofado de potro con cerveza negra, nunca veréis igual a un caballo. Tampoco falta nunca su fantástico civet de jabalí o el ciervo preparado con una salsa de saúco que rebaja la intensidad del plato.