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Jardins de la Casa Ignacio Puig
© Maria DiasJardins de la Casa Ignacio Puig

6 jardines secretos de Barcelona

Pequeños oasis exuberantes para escapar del ruido y dejarse seducir por la naturaleza

Manuel Pérez
Escrito por
Manuel Pérez
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Tenemos una ciudad con pasajes muy bonitos y patios deslumbrantes, pero con poco verde para pasear, resulta evidente cuando superponemos el mapa de Barcelona al de otras ciudades. Por eso cobran aún más valor los pequeños reductos que han sobrevivido a los tiempos en los que los jardines eran sinónimo de poder y bienestar. También las aportaciones singulares y poco conocidas que han hecho de la ciudad un sitio más habitable. Os damos la llave de entrada a lugares secretos, os hacemos partícipes del misterio de los pequeños paraísos perdidos (y reencontrados) que esconde Barcelona. 

NO TE LO PIERDASEscaleras con encanto para descubrir en Barcelona

  • Lugares de interés
  • Parques y jardines
  • Sants - Montjuïc

¿En qué se diferencian exactamente un jardín francés de uno inglés? Salimos de la simetría racionalizante, de la naturaleza domesticada y el orden impuesto y, a pocos metros del palauet Albéniz, el Versalles de Montjuïc, topamos con otra joya oculat, el Jardín Botánico Histórico. 

Como en otros rincones de la montaña, una antigua cantera recuperada es el origen de un singular vergel. Hundido en la montaña nos sorprende un típico jardín inglés, uno de los pocos ejemplos de la ciudad, apoteosis del romanticismo donde la naturaleza se esparce de forma aparentemente salvaje y los árboles suben hasta cerrar el paso del sol.

Las abundantes plantas exóticas indican el origen científico del recinto. El gigantesco fresno de siete décadas os dejará boquiabiertos. ¿Queréis más? Al otro lado del parque encontraréis una típica masía rodeada de huertos, una granja donde trabajan voluntarios y donde se organizan actividades para todos los públicos. 

Si buscas tranquilidad, entre semana la encontrarás sin lugar a dudas. Los domingos a partir de las 15 horas, la entrada es gratuita. 

  • Lugares de interés
  • Parques y jardines
  • Sants - Montjuïc

Barcelona no es tierra de palacios. Sin corte ni grandes extensiones de terreno, las fortunas acaudaladas -sobre todo las industriales y indianas- han preferido montar sus ostentosas residencias lejos de los peligros revolucionarios de la capital. Sin embargo, quedan un puñado corto de testimonios de los sobrados privilegios de unos pocos.

Durante la exposición de 1929, Barcelona construyó una nueva residencia real en Montjuïc (con Pedralbes, parece, no era suficiente). El resultado, el Palauet Albéniz, rodeado de unos elegantísimos jardines palaciegos que llevan el nombre del poeta Joan Maragall.

Originalmente diseñados por Forestier, a su típico estilo francés confluyen la fuente central, parterres de 'broderie', voluptuosas esculturas y un buen puñado de sorpresas: entre ellas, el pequeño bosque de bambú de la vertiente norte y la vista sobre la ciudad que cae al este.

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  • Lugares de interés
  • Parques y jardines
  • El Gòtic

En el centro de la ciudad, en Ciutat Vella, con pocos minutos de pasear por la Rambla nos satura el ruido y el gentío. Tenemos la solución, un secreto, que encontraremos a pocos metros del Liceo y la Boqueria. Nos indica el camino una placa de Parques y Jardines en la puerta del hotel Petit Palace Opera Garden (atención a la vecina fachada de Puig y Cadafalch).

Al atravesar la recepción nos sorprende una rica variedad de magnolias, laureles e incluso algún tilo. Entre las terrazas hay numerosos bancos desde donde escuchar como corre el agua entre las fuentes, casi el único ruido que se escucha en esta arcadia protegida entre edificios. Rodeados de verdor y tranquilidad, no nos cuesta volver a Rodoreda cuando escribía que "las cosas importantes son las que no lo parecen".

Entrada con ascensor pr la calle de n'Aroles

Jardines Mercè Rodoreda
© Maria Dias

Jardines Mercè Rodoreda

Entre las páginas de los libros de Rodoreda se pueden oler perfumes florales, abundan infinitas metáforas del mundo vegetal, tan antiguas como el arte. Su afición por las plantas ha valido a la autora no uno sino dos jardines con su nombre. El primero, cerca de su Sant Gervasi natal. 

El segundo, prácticamente desconocido, supone uno de los pocos ejemplos de jardín colgado de Barcelona. Lo encontramos en el Institut d'Estudis Catalans. Contiene una muestra de las flores y plantas favoritas de la escritora, protagonistas directas de su literatura: camelias, glicinas, jazmines, mimosas, nenúfares... Acompañando a cada jardinera, placas que identifican las especies vegetales con fragmentos de sus narraciones. Si podéis alejar la vista del verde, echad un vistazo a la parte trasera del reloj que corona la entrada. El péndulo moviéndose nos recuerda que el tiempo corre más allá de este tranquilo edén. 

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Jardines del Palau de les Heures
  • Lugares de interés
  • Parques y jardines
  • Montbau

A poco más de quince minutos andando de los Martí-Codolar, muy cerca de otro hito para los jardinófilos, el Laberinto de Horta, encontramos otra sorpresa salida de una peli de mosqueteros, el Palau de les Heures. Tendréis que entrar en el Campus de Mundet y subir por un par de calles con cuesta y ¡'voilà'!

El regreso de una fortuna, la de Josep Gallart y Forgas, sirvió para construir a finales del XIX el imponente edificio tipo 'château' que, como no podía ser de otra manera, engalanan tres terrazas de estilo francés orientadas al mediodía. En cada nivel encontraréis una composición geométrica diferente, parterres, caminos y estanques que os transportarán en el espacio y el tiempo.

Desde 1999 los jardines están abiertos al público con su aspecto original recuperado, el que ideó el arquitecto August Font. Un fragmento de historia perdido entre la montaña.

  • Hoteles
  • Bed and Breakfast
  • Horta - Guinardó

En la parte alta de la ciudad la vecina Collserola nos recuerda que Horta un día hizo honor a su nombre. Nos cuesta encontrar el lugar, picamos en el timbre y se nos abre un paisaje dispar: a la derecha, un pabellón racionalista que hace de residencia y seminario salesiano; a la izquierda, un sinuoso palacio de estilo neoclásico de principios del siglo XIX. En medio, el gran secreto, unos jardines que la familia Martí-Codolar llenó de especias exóticas; hoy sobrevive un imponente palmeral.  

En el centro del oasis, un lago lleno de tortugas, último vestigio de los tiempos en los que los elefantes y otras bestias salvajes corrían libres por la región, colección viva que originó el Zoo de Barcelona. Siguiendo el paseo entre estatuas de sátiros y ninfas, bajo la sombra de tilos y moreras, llegamos al monumento que recuerda la visita al paraje del déspota Frenando VII. Aquí también han dejado huella. 

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