Lo confirma Teresa. Antes –hace tres años hicieron reforma, aumentaron espacio y abrieron una terraza en una entrada del mercado–, ocurría a menudo pero “ahora es más raro que compartan mesa un ejecutivo trajeado y un albañil de alguna obra cercana”. Aunque sus tortillas son universalmente conocidas, el menú se erige como columna vertebral del negocio desde hace 30 años, cuando esto apenas era un bar que daba servicio a los puestos del mercado. “Ofrecemos unos diez primeros y segundos que cambian a diario pero también servimos algún plato fijo. Nuestro clásico, el arroz con bogavante, de los miércoles. El bacalao con tomate, los jueves. El cocido, los martes de invierno…”. No reservan y el tetris de mesas que organizan para que todos coman resulta digno de estudio. “Somos lo que somos por los clientes. Son nuestra esencia. Damos un menú económico pero nuestra exigencia en el trato es máxima”, anota.
Mediodía. Pausa para comer. Os recomendamos doce restaurantes de confianza donde podréis comer casero y sin rascaros el bolsillo. En poco tiempo se convertirán en vuestra segunda casa. A veces no es fácil hacerse un hueco pero mesa (casi) siempre hay. Otro asunto es que si llegáis tarde algún plato ya haya volado. Cosas del menú.
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