1. Taberna Sacra
Sirva el tuétano como bienvenida a esta tabernita de raíces gallegas (pero con largo alcance y propuesta muy viva) que se estrena dentro del Mercado de Vallehermoso. Bocados como este, servido en focaccia de centeno, dibujan su personal versión de las populares empanadas (sus broas siempre abriendo la carta pero con rellenos que cambian). Gustoso a rabiar. Con certeros puntos de acidez para equilibrar la potencia de grasa y una cuidada presentación a pesar de la informalidad del lugar. Puedes hacer un plan de barra (redondo como su tortilla do Veral) u ocupar mesa junto al gran ventanal y probar de una casi toda su cocina: callos sarracenos, raya en “caldeirada”, caldo con grelos, tabla de quesos... La bodega es corta pero más que solvente. Y mutan las etiquetas periódicamente. Ganas los vinos gallegos pero también hay grandes D.O. pero con botellas poco comunes. Dejaos llevar por lo que os ofrezca José María Alonso, alma mater del lugar.