Un gaditano y una francesa, Mario Sánchez y Charlotte Finkel, comanda este bistró moderno (y de espíritu valiente porque sus protagonistas rondan la treitena) que tiene, claro, un poco de ambos (Andalucía y Francia) y de la unión de sus dos brillantes miradas respecto a la cocina contemporánea. Así vemos y admiramos en carta su atún a la bordelesa, sus setas al llamado curry francés o el chicharrón con comté y tomates semi-secos. Mario, que ha trabajado en Aponiente o DiverXO, está al frente de la propuesta culinaria mientras que los vinos y la sala son territorio de Charlotte, que aterriza en Chueca del cercano Four Seasons. Valores en ascenso, creciendo y dándolo todo en su propio proyecto. Aquí el comensal decide el plan que se le antoja porque cuenta con tres espacios diferentes: una barra con vistas a la cocina, una gran mesa compartida y un salón con mesas bajas.
Conocido por ser el barrio gay de Madrid, y epicentro de las Fiestas del Orgullo, Chueca se ha ganado un merecidísimo hueco en el mapa de las zonas con el ambiente más cosmopolita de la ciudad. Y curiosamente, sin perder parte de la esencia de barrio de toda la vida que todavía conserva. Aquí conviven boutiques, bares y comercios orientados al colectivo homosexual con otros para todo tipo de públicos. Y lo mismo sucede con las tabernas y restaurantes, donde los más castizos y veteranos aguantan el tipo frente a las últimas aperturas, esas de las que todos hablan. Así que toma nota.