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Callejón de Jorge Juan y Puigcerdá
Ayuntamiento de Madrid

Las calles más bonitas de Madrid

Arte, tiendas, gastronomía y naturaleza comparten protagonismo en las calles con más encanto de la capital

Isabel Gil
Escrito por
A. Martín Larios
Colaborador
Isabel Gil
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Su elegancia y majestuosidad, su legado histórico y monumental, su ambiente festivo y gastronómico o su esencia de autenticidad hacen que para muchos sean las calles más bonitas de Madrid. Más allá de consideraciones estéticas, todas ellas comparten un atractivo especial que las hace únicas en la capital. Recopilamos algunas de las arterias con más encanto de la ciudad.

RECOMENDADO: Los nombres más curiosos del callejero madrileño

Cuesta de Moyano
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Cuesta de Moyano

Dijo Francisco Umbral que esta era una de las calles más leídas de Madrid, y es que reúne en una pequeña cuesta una feria permanente de libros de viejo. Está situada junto al Real Jardín Botánico y la subida lleva hasta el parque de El Retiro. Su origen está en 1925, cuando se instalaron las primeras casetas, ahora ya remodeladas, que siguen guardando el encanto de la época. Peatonal, con sus mesas de libros en la calle... es sin duda una de las visitas imprescindibles de Madrid.

San Ginés
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San Ginés

Este pasadizo es uno de los más míticos del centro de Madrid por dos cosas: la chocolatería San Ginés y la librería de libros antiguos, que también debe su nombre al santo. Aunque es una calle pequeñita, tiene mucha afluencia de gente, y es que lleva sirviendo los tradicionales churros con chocolate desde 1894. 

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Cuchilleros
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Cuchilleros

Situada detrás de la plaza Mayor y muy cerca del Mercado de San Miguel, recibe el nombre del gremio de cuchilleros que se estableció en esta vía desde el siglo XVII. Entre el colorido de las fachadas, las curva que hace la calle y el número de tabernas, antiguos figones y bodegas centenarias que hay a lo largo de la calle, no es de extrañar que sea una de las más visitadas por los turistas que llegan a la ciudad. 

Gran Vía
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Gran Vía

La gran arteria que atraviesa el centro de Madrid conectando el Barrio de Salamanca con el de Argüelles puede presumir de ser, casi desde los inicios de su construcción en 1910, una de las favoritas tanto de quienes conocen a fondo la ciudad como de aquellos que se adentran en ella por primera vez. Desde sus orígenes, la Gran Vía alberga algunos de los edificios más emblemáticos de la capital, como el primer rascacielos en construirse en España –la sede de Telefónica–, o los edificios Metrópolis y Carrión, dos de sus estampas más icónicas. Su multitud de tiendas, cines, teatros y restaurantes la convierten además en una de las vías más coloridas y concurridas del centro, tanto por coches como por peatones. Si vivir la Gran Vía a pie de calle es un placer, disfrutar de ella desde una de sus múltiples azoteas -la terraza del Hotel The Principal o el restaurante Nice to meet you son buenas opciones- es una experiencia única.

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Paseo del Prado
©Martin Snopek de Praga

Paseo del Prado

Naturaleza y arte confluyen en este bulevar que une la plaza de Cibeles con la glorieta del Emperador Carlos V, considerado como el jardín histórico urbano más antiguo de Madrid y declarado Bien de Interés Cultural. El origen de su nombre se remonta al antiguo Prado de los Jerónimos, un conjunto de solares y prados junto al monasterio de San Jerónimo el Real que delimitaban el este del casco urbano madrileño. De él tomaría también su denominación, con el paso del tiempo, la mayor pinacoteca española -el Museo del Prado-, que comparte protagonismo en la calle con otros importantes atractivos turísticos como el Museo Thyssen, el Real Jardín Botánico y los conjuntos escultóricos de las fuentes de Neptuno, Cibeles y Apolo. En sus inmediaciones encontramos también dos de los hoteles más majestuosos y elegantes de la ciudad, el Palace y el Ritz.

Huertas

Huertas

Arteria que riega y da vida y nombre a uno de los barrios con más solera de la capital, la calle de las Huertas concentra un encanto especial, que combina la autenticidad del Madrid de antaño con el toque moderno que le otorgan la multitud de locales y bares de tapas que a lo largo de ella se disponen. Dada su proximidad al Triángulo del Arte y a la Puerta del Sol, son muchos los turistas que acuden a sus bares y terrazas a reponer fuerzas, atraídos por su ambiente colorido y pintoresco. Como uno de los núcleos vitales del Barrio de las Letras, en Huertas pervive el recuerdo de los distintos literatos que han vivido y desarrollado su obra en ella, como Miguel de Cervantes, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Gustavo Adolfo Bécquer o Benito Pérez Galdós, como atestiguan los conocidos textos en bronce grabados sobre el pavimento, una de las señas de identidad que distinguen a este barrio.  

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Segovia
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Segovia

Tendiendo un puente entre el céntrico barrio de los Austrias y Madrid Río encontramos la que en su día fue una de las principales vías de acceso a la Villa, la calle Segovia. Su larga historia hace que en su recorrido, entre la Puerta Cerrada y el Puente de Segovia, conserve distintos edificios y ambientes que relatan diversos capítulos de la historia de la ciudad. Descendiendo a lo largo de la vía, a medida que nos aproximamos al viaducto que la cruza de lado a lado y al vecino Parque de Atenas, podemos disfrutar de uno de los atardeceres más bonitos e inesperados de Madrid. Eso sí, es una de las calles con cuesta más pronunciada de Madrid.

Paseo del Pintor Rosales
©Metro Centric

Paseo del Pintor Rosales

A veces no es necesario que nos alejemos demasiado del centro para olvidar el caos urbano y disfrutar de un tranquilo paseo entre arboledas. Un buen ejemplo de ello lo ofrece el Paseo del Pintor Rosales, cuya ubicación, bordeando la antigua montaña del Príncipe Pío, hizo que se convirtiera ya en el siglo XIX en uno de los parajes a los que acudían los madrileños para contemplar la panorámica de la Sierra de Guadarrama. Hoy en día la vía, que se extiende entre el Templo de Debod y el Parque del Oeste, sigue manteniendo una función lúdica, reforzada por el atractivo de sus múltiples bares y terrazas y por el acceso al teleférico que lo conecta con la Casa de Campo.

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Alcalá
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Alcalá

Es la vía más larga de Madrid con sus más de 10 kilómetros de longitud. Todos los madrileños han pasado por ella, pero muy pocos la han recorrido a pie de principio a fin. Y es una pena, porque al ser tan extensa ofrece tantos contrastes que merece la pena aceptar el reto. Desde su origen en la Puerta del Sol y hasta su final más allá de Canillejas, recorre hasta 16 barrios distintos de 5 distritos, pasando por puntos tan destacados como la Fuente de Cibeles, la Puerta de Alcalá, el Retiro, la Plaza de Toros de las Ventas o el Parque de la Quinta de los Molinos. Su actividad comercial, su historia y su oferta gastronómica añaden aún más atractivo a este largo paseo. ¿Quién se apunta?

Bailén
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Bailén

La calle Bailén acumula en su paseo grandes trozos de la historia de Madrid, siendo una de las vías más espectaculares de la capital. Su tramo más bello y fotografiado es el que se inicia en los Jardines Sabatini y sigue entre el Palacio Real y la Plaza de Oriente. El hecho de ser peatonal hace que ese recorrido sea aún más atractivo y permite disfrutar mejor de la grandiosidad del palacio y de la tranquilidad de los jardines que hay alrededor. Pronto se llega a la Plaza de la Armería, punto de encuentro entre el Palacio Real y la Catedral de la Almudena, para cruzar más tarde la calle Mayor y pasar por el imponente (y acristalado para evitar suicidios) viaducto que atraviesa la calle Segovia. El recorrido termina pasando por la animada zona de las Vistillas y termina con otro regalo para la vista: la Real Basílica de San Francisco el Grande. Llegado a este punto, quizá merece la pena dar la vuelta y volver a recorrer y disfrutar de una calle como pocas en Madrid.

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Zurbano

Zurbano

Considerada por The New York Times como una de las mejores calles de toda Europa, la calle Zurbano atesora algunos de los edificios más señoriales del barrio de Chamberí. En ella conviven palacetes residenciales de finales del siglo XIX con tradicionales tiendas de barrio y restaurantes innovadores que bien merecen darse un paseo por la zona. Poco después de su nacimiento en el cruce con la calle Génova, encontramos la Academia de Cine, ubicada en un palacete de principios del siglo XX,  escasos metros antes de llegar al Palacio Zurbano, que hoy alberga instalaciones del Ministerio de Fomento. Continuando el recorrido por la calle, pasamos también ante la embajada de Suecia, por el Palacio de Santo Mauro, hoy convertido en un hotel de cinco estrellas, y ante el Palacio de Nerva, que actualmente alberga la sede de una clínica médico-estética.

Cava Baja

Cava Baja

Es una de las arterias con más vida del barrio de La Latina y una de las calles más antiguas de Madrid. Uniendo las plazas de Puerta Cerrada y la del Humilladero, la Cava Baja presenta una sucesión de tabernas, bares y restaurantes (entre ellos la mítica Casa Lucio) que la permiten ser, sin duda, una de las vías más animadas de la ciudad. Una pena que no sea peatonal para disfrutar mejor del recorrido, de ese aire renovado que desprenden los bajos inmuebles de la zona o de esos característicos balcones que hablan del viejo Madrid.

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Jorge Juan
©Zona Jorge Juan

Jorge Juan

La calle Jorge Juan es un ejemplo más de la elegancia predominante en el barrio de Salamanca. Une Serrano con el Parque de la Quinta de la Fuente del Berro, saludando entre medias a otras vías ilustres como Velázquez, Claudio Coello, Príncipe de Vergara, Narváez o Doctor Esquerdo. Pero algo la hace diferente y única: su oferta gastronómica. El gran número de bares y restaurantes, desde lo tradicional a propuestas más vanguardistas, ha conquistado Jorge Juan en todo su recorrido y la ha convertido en una de las calles más animadas de Madrid, digna de uno de los mejores paseos para el paladar que se ofrecen en la capital. Entre medias, un gran número de tiendas, la oferta cultural que ofrece el Nuevo Teatro Alcalá y la deportiva que representa el Palacio de Deportes.

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