El Pañuelo
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Puerta de Alcalá: mejores restaurantes a un paso del parque del Retiro

A un paso del parque del Retiro se concentran nuevas direcciones gastronómicas que no te puedes perder

Gorka Elorrieta
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Al legendario Horcher, al infalible y elegante Alabaster, a todos los galones y saber hacer de Vinoteca García de la Navarra e incluso al epatante interiorismo de Aarde, se han sumado en muy poco tiempo nuevos protagonistas a la sombra de la Puerta de Alcalá, en los alrededores de la Plaza de la Independencia, la entrada más animada al parque del Retiro, un hervidero constante de turistas y madrileños con ganas de terraza o de un paseo por nuestro pulmón verde. Celebrad el Paisaje de la Luz, recién nombrado Patrimonio de la Humanidad, en estos restaurantes y bares que pueblan esta privilegiada zona. 

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  • Bares de tapas

El concierto de Canito fue la presentación y antesala de la movida madrileña. Casa Canito es el bar para picar rico de la calle Recoletos mientras La Movida Madrileña es el local contiguo para beber cócteles y bailar música de los ochenta.La idea, amparada en la rentabilidad del hecho nostálgico, rebosa más frescura de lo esperado. Es cosa de Hussi Istambuli, empresario de origen damasquino que en su momento montara La Gabinoteca con Nino Redruello y Patxi Zumárraga. Asesoró a distintos grupos, ayudó con la apertura de Habanera, abrió un par de restaurantes italianos en Valdebebas y Montecarmelo, y nunca ha dejado de estar vinculado a la hostelería y el ocio nocturno.

  • Mexicana

La nueva casa del mexicano Roberto Ruiz tiene unas vistas privilegiadas al Pacífico. Tras cerrar el estrellado Punto MX y triunfar con su servicio de comida a domicilio, abrió Barracuda MX, un local enorme, a un paso de la Puerta de Alcalá. En su aventura más personal no solo ha reducido el ticket medio y lo ha vestido de un ambiente más desenfadado sino que por el camino busca mostrar una gastronomía menos conocida, otras técnicas (pescados zarandeados o a la talla), nuevos sabores a partir de la influencia asiática y de las rutas comerciales que van Baja California al estado de Chiapas.

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Tras ser consolidar su propuesta vasco-navarra y familiar en Baqueira Beret, las hermanas Arantxa y Marta Martínez siguen los pasos de su padre y traen de las montañas al centro de la capital una carta con similar filosofía. En El Pañuelo (Valenzuela, 10), icónico postre de la casa (con dos versiones) que da nombre al restaurante, tratan con sabores de siempre, con recetas consolidadas a lo largo del tiempo y producto fino (Joselito por aquí, carabineros y anchoas 00 por allá). En una elemental carta, que tiende a incorporar los bocados estacionales, hay un solomillo con foie o una lubina a la donostiarra y platos con adn propio: carpaccio Jimena, arroz Ignacio o ensaladilla de la mama Encarna. 

  • Japonesa

Estamos quizás ante uno de los japoneses más fastuosos de la capital. Ya te adelantamos que su propuesta es para venir a darse un homenaje. Es un espacio pequeño, a pesar de sus dos pisos, pero también una experiencia inolvidable a unos metros de la Puerta de España del Retiro. Y cuenta en la acera con una pérgola para una veintena de comensales. Yago Martínez y Álvaro Castillejo, sus responsables, ha reunido, traduciendo en la carta el concepto japonés zeitaku que da nombre al restaurante, lujo (con ornamento) y extravagancia (como puesta en escena, en el emplatado). Producto excepcional, técnica y pureza niponas y todo ese aire de cocina burguesa occidental entre mármol blanco, espejos y dorados.

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  • Peruana

Quispe fue el primero, como grupo sumó después a Ponja Nikkei y a Sillao, ambos restaurantes también ubicados en Madrid. César ya había viajado por Asia, conocía bien España, había vivido en Barcelona y llegado a la capital para estudiar un MBA. Fue con su pareja y socia, la argentina Constanza Rey, arquitecta especializada en diseño de interiores de restaurantes, con quien llevó hasta el final este primer proyecto pensado al milímetro que en la primavera de 2023 se traslada de la calle Orellana al corazón del barrio de Salamanca. ¿Mudarse de un entorno más foodie a esta nueva ubicación de un supuesto mayor standing supone prosperar? El tipo de clientela lo dirá. A su disposición, un local grande y dinámico con unos cuantos espacios a diferentes alturas, y una zona de luz natural al fondo habilitada además para eventos de pie. Retratos naturalistas de gran formato en blanco y negro vuelven a ensalzar la belleza de la diversidad peruana. Apenas unos meses después del cambio todavía andan apurando para dar lo mejor de “punta a punta” del local, como indica un personal peruano (marca de la casa) muy servicial, casi reverencial. 

  • Bares de vinos

"Hay que decir a la gente que es tiempo de beber de todo, que tenemos una variedad y una calidad alucinantes. Prueben y disfruten", lanza Dani, uno de los siete jóvenes e ilusionados sumilleres que componen el equipo de sala y de cuyos conocimientos y experiencias se retroalimentan cada día en la última gran apuesta por impulsar la cultura del vino. Resulta extraordinario el nivel y volumen que atesoran sus cavas; suman más de 50 vinos por copa y alrededor de 1300 referencias por botella pero, como apunta Gabriela, máxima responsable del proyecto, "no queremos una cava-museo sino algo dinámico, en constante evolución, que busque sorprender, que reme a favor de convertir la experiencia en algo divertido". Un propósito mayúsculo en todas sus líneas: una atención siempre cercana, un espacio luminoso, amplio y diáfano, donde se cuida por igual el diseño de las lámparas y la cristalería, una privilegiada ubicación... Y abren  todos los días. El paraíso winelover. 

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  • Vegana

El coqueto local, repleto de tonos pastel, es perfecto para la foto en redes sociales. Pretende ir más allá de lo cuqui con recetas sabrosas, coloristas y muy bien presentadas que consiguen, casi, que no se eche de menos lo animal. Buenísimo el tiradito de alcachofas sobre emulsión de ají amarillo, aguacate, ají limo y aceite de pimentón picante. El aguacate especiado, rebozado en semillas y frutos secos y sobre yogur de anacardos es como para mojar el pan de patata que lo acompaña; sin embargo, no convence tanto la variedad de sushi a partir de distintas frutas como el mango o la pera.

  • Mexicana

Por supuesto, la decoración gobierna el local ya sea en el exterior con una terraza vestida con distintas especies de cactus o en un interior dominado por su cocina a la vista del comensal (ahí preparan las tortillas una a una para los tacos) y una gran estantería acristalada repleta de mezcales y tequilas; de hecho, quizás sea el mezcal el verdadero rey de la casa. El espacio de este restaurante mexicano se ha trabajado al detalle. Los techos traen el arte indígena huichol, el color lo traen las piñas de Michoacán en cada esquina del restaurante y el cobre de todo el menaje proviene de Santa Marta.

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  • Bares de tapas

Nada está improvisado en esta versión sofisticada de nuestro idiosincrático bar de tapas. El ya exitoso local, autoproclamado bar boutique, es pequeño y cada detalle –y hay muchos entre el servicio y la iluminación– cuenta. Mira al pasado (cuando eran nobles todos los materiales en esta categoría de local) con un pie en el presente (estrenan una línea de bocatas brioche). Liderado, ideado y pertrechado por Carlos Bosch, el proyecto aterriza en una de las zonas más codiciadas y con mayor movimiento de la ciudad mientras su espacio homónimo en Alicante continúa cerrado por las restricciones. Llega, y quizás vengan más, para pulir, encerar y dilatar el perfil más informal, popular e internacionalmente reconocido de nuestra cultura gastronómica, ese espacio donde se encuentran croquetas, gambas, ensaladilla, canelones (receta casera de la madre del propio Carlos)... Un elegante y cinematográfico rincón de rincones donde gastarte 30 pero también 300 euros (custodian la carta de Dom Pérignon más nutrida del país). 

  • Coctelerías

Es la penúltima gran apuesta del grupo Larrumba, un bar en plena Milla de Oro que se acuerda del acta y el año que puso fin a la Ley Seca. Un bar por encima de todo, donde no solo se agita la coctelera sino que admite beberse una cerveza, un agua con gas, un cubata o picar un plato de jamón. Que además tiene noche, o aspira a tener más en estos tiempos raros. Donde suena Rick James o Chuck Berry a un paso de la Puerta de Alcalá. En la parte de arriba de este local esquinero el cóctel es dominante para degustar en mesas bajas frente a las cristaleras. La cueva del piso inferior es terreno de copas para continuar la fiesta los fines de semana. Esa moqueta como de club formal se termina escaleras abajo junto a la impactante pared botellero y allí se da paso a un privado más una sala abovedada de ladrillo donde el dj marca el ritmo.

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