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25 lugares secretos de Madrid que os van a dejar con la boca abierta

Coctelerías clandestinas, parques ocultos, azoteas difíciles de encontrar con unas vistas espectaculares... ¡apúntalos todos!

Escrito por
Marta Bac
,
Noelia Santos
y
Isabel Gil
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Madrid esconde muchos secretos. Curiosidades de calles, jardines y esculturas y también restaurantes ocultos, cafeterías clandestinas y rincones donde dejarse sorprender. Son muchos, pero aquí te dejamos una pequeña selección de lugares secretos de Madrid, desde un restaurante con arena de playa en el corazón de Malasaña o unas camas balinesas frente al Reina Sofía hasta uno de los mejores atardeceres de la ciudad (no, obviamente, no hablamos del templo de Debod) o los preciosos jardines de un príncipe o un pintor de talla universal. Un recorrido para descubrir la cara más desconocida de la ciudad. 

RECOMENDADO: Qué ver en Madrid: lo que no te puedes perder

  • Qué hacer
  • Ciudad

Tras veinte años cerrada, Madrid ha recuperado la conocida como Montaña de los Gatos, una montaña artificial en los Jardines del Buen Retiro con cascadas, zonas verdes y hasta un espacio abovedado en su interior. Este lugar tan peculiar escondido en el pulmón de la capital se cerró por problemas de filtraciones y tras los trabajos de mejora, vuelve a estar por fin abierto al público. Esta joya del siglo XIX está situada en una de las esquinas del parque, entre la calle O'Donnell y Menéndez Pelayo, y fue construida por orden de Fernando VII y su historia está cargada de curiosidades. Además, cuenta con pequeños senderos ajardinados que permiten recorrer de forma ascendente la estructura y tres cascadas que dejan caer sus aguas a varios estanques.

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Una coctelería clandestina inspirada en los años 20
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3. Una coctelería clandestina inspirada en los años 20

Tras iniciar una nueva era como Robuchon Madrid, a la apertura de los espacios gastronómicos L’Ambassade y L’Atelier le sucedió la de este bar inspirado en las coctelerías clandestinas de los años veinte. Al otro lado del telón rojo, uno quisiera pasearse en lentejuelas para llegar a fundirse en la puesta en escena diseñada por Lázaro Rosa-Violán. Más chic imposible, aunque no se viva el pulso de los años peligrosos en los que se apuraban cócteles clásicos, como los de esta carta. En realidad no tan clásicos, pues el giro sorprendente de cada copa ha salido de la creatividad de Mario Villalón, el jefe del bar Angelita, que transita firme en el siglo XXI. Así que en Le Speakeasy se bebe clásico pero a la última, con la herencia siempre en el vaso de Joël Robuchon, el JR bueno, y con ingredientes tan sorprendentes como la pera o el gouda para un cóctel de champán, o la alcachofa y el jamón para uno de aperitivo. 

Polideportivo La Salle Nuestra Señora de las Maravillas

Este polideportivo es el gimnasio del colegio La Salle Maravillas. Es posible que te estés preguntando qué pinta una instalación así en una publicación cómo está. Pues bien, su peculiaridad reside en que este centro deportivo se convirtió en uno de los hitos arquitectónicos de principios de los años 60 del pasado siglo en Madrid. Por el desnivel del terreno en el que se construyó, su diseño constituyó un importante reto que el arquitecto Alejandro de la Sota supo resolver. La Fundación que lleva su nombre organiza visitas guiadas a estas instalaciones el segundo y el cuarto viernes de cada mes de 10 a 11 h, que es cuando este centro educativo lo abre al público.

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El túnel de Bonaparte
El Túnel de Bonaparte (foto: Rutas Pangea).

5. El túnel de Bonaparte

Es uno de los secretos mejor guardados de la ciudad. Se trata de un pasadizo que une el Palacio Real con la Casa de Campo que pudo servir de canal de huida para algunos de los monarcas que residieron en el Palacio Real. Fue mandado construir por José Bonaparte, hermano de Napoleón, en 1809, pero parece que nunca se llegó a usar, porque no se finalizó la construcción de una segunda estructura que formaba parte del proyecto, un puente que uniera el final del túnel con la Casa de Campo. Actualmente está cerrado al público y lo que queda a la vista es un gran panel informativo en el acceso que da a Madrid Río. De cara al futuro, existe un proyecto para volver a abrirlo para los madrileños.

  • Restaurantes
  • Comer

En pleno centro de Madrid, en una privilegiada y sorprendente ubicación a un paso de la plaza Mayor, se encuentra Caluana. Y, con la Navidad a la vuelta de la esquina, seguro que será el place to be para muchos, madrileños y turistas. Vienen con toda la artillería para pasárselo y hacérnoslo pasar bien. Cocina italo-española, espectáculo a pie de mesa y una veintena de cócteles. La capilla barroca del siglo XVI (con su refulgente pan de oro) situada en calle de la Bolsa, 12 y sus bóvedas centenarias son el escenario más atractivo y epatante posible por el que poder distribuir las tres plantas (y ambientes) de este nuevo y ambicioso proyecto que abrió hace apenas unas semanas.

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La cafetería con vistas a la Puerta del Sol
Shutterstock

7. La cafetería con vistas a la Puerta del Sol

Aunque ahora las obras de la Puerta del Sol no permitan tener unas vistas como nos gustaría, guárdate el truco para cuando terminen. Hay una tienda de zapatos en plena Puerta del Sol a la que irás más una vez, y no precisamente para renovar tu calzado. En la segunda planta está la cafetería con las mejores vistas a la plaza. Se llama ZapCoffee, en la tienda Zapshop, y no encontrarás otro lugar igual donde tomarte un café y un donut contemplando el trasiego de uno de los puntos más turísticos de Madrid. Un lugar secreto que sin duda subirá los 'Me gusta' de tu Instagram. 

El mirador oculto en El Retiro
Shutterstock

8. El mirador oculto en El Retiro

Si eres de los que nacieron después de 1988, hay algo que nunca, nunca, has podido hacer en Madrid, pero tus padres y abuelos sí: contemplar el parque de El Retiro desde las alturas, con una increíble visión panorámica 360º. Y te preguntarás ¿por qué ellos sí y tú no? Porque la Torre Mirador que hay situada junto al estanque grande, que era el monumento que lo permitía, estuvo cerrada desde hace 30 años, pero ahora ya se puede visitar. 

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Camas balinesas frente al Reina Sofía
Roberto Lara

9. Camas balinesas frente al Reina Sofía

En el verano de 2021 abrió el primer Hard Rock Hotel peninsular y lo hizo justo frente a uno de nuestros museos más visitados, el Reina Sofía, a un paso de la estación de Atocha. Son muchos sus atractivos abiertos al público en general (desde un hall lleno de memorabilia al restaurante con terraza interior), no solo a los clientes alojados, pero quizás es su amplísima azotea con vistas 360º el espacio más solicitado del hotel. Allí, además de una barra de cócteles y muchos sofás, encontraréis una zona repleta de camas balinesas para ver cómo anochece en Madrid mientras sorbéis un buen mojito. 

El rock no entiende de edad
© Fresus

10. El rock no entiende de edad

Ángeles Rodríguez Hidalgo fue una abuela de Vallecas que se aficionó al heavy metal ya entrada en canas. Enseguida se ganó el cariño del público cuando asistía a conciertos de AC/DC y frecuentaba ambientes muy alejados de las residencias de ancianos. Llegó a tener incluso una sección propia en la revista ‘Heavy Rock’. Tras su muerte en 1993, se levantó una estatua de bronce en la calle Peña Gorbea, 22, con su puño en alto formando los ‘cuernos metaleros’. Hoy le faltan el índice y el meñique y casi parece más una abuela comunista que una rockera empedernida.

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Un precioso almuerzo en pleno Jardín Botánico
Restaurante del Jardín Botánico (foto: Sebastián Bejerano)

11. Un precioso almuerzo en pleno Jardín Botánico

Los responsables de TriCiclo, nombre de referencia en la restauración madrileña, han dado una nueva y mejor vida al café del Jardín Botánico. Podéis quedaros en su interior pero la terraza bajo los imponentes árboles del Real Jardín Botánico es un "must" no muy conocido (ni siquiera entre sus visitantes). Se puede ir para picar algo (una tabla de quesos o unos mejillones gallegos en escabeche casero) pero también para comer alargando la sobremesa porque el espacio lo merece y lo pide. En la carta encontraréis algunos hits de este casa de comidas contemporánea como el canelón de rabo de vaca, salsa de setas y pecorino trufado, la patata rellena de pepitoria o los famosos callos a la madrileña.

La puerta del Ratoncito Pérez
Metro de Madrid

12. La puerta del Ratoncito Pérez

Pocos conocen la historia real del Ratoncito Pérez, que nació en Madrid y tiene su casa museo en la céntrica calle Arenal, aunque según cuentan, nació nada más y nada menos que en el Palacio Real. Y como buen madrileño, también es usuario de Metro. Su entrada de acceso, que estaba en la parada de Banco de España apareció misteriosamente hace tiempo, una pequeña puerta de madera y de medio arco de 7 cm de alto. Sin embargo con el paso del tiempo la puerta se fue estropeando y acabó vandalizada. ¡Hasta ahora!

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Una terraza clandestina con contraseña
Only YOU Boutique Hotel

13. Una terraza clandestina con contraseña

En la recepción del hotel Only You, deberéis dar una contraseña para acceder Club 67, una nueva e idílica terraza que solo abre solo en horario nocturno. La carta que ha diseñado Manuel Icardo gustará a todos. Cocina japonesa con makis y nigiris especiales, tartares y mochis de postre que se armoniza con las propuestas de coctelería de Javier Infante. 

  • Clubs
  • Malasaña

Todo está cuidado al detalle en el Club Malasaña. Desde la decoración, con eróticos murales de Ignasi Monreal "con los que desafiar la censura de Instagram" hasta el estilo de los uniformes de los camareros, a cargo del diseñador ManéMané. Ubicado en el local que anteriormente ocupara la Sala Taboo y el mítico Elígeme de la Movida Madrileña, la estética también es importante entre el público habitual del club, donde acude lo más avant-garde de la ciudad. Y, aunque aseguran que es un local abierto a todo el mundo, "hay selección en puerta, como en todas partes". Además de cómodos sillones y hasta tres barras tapizadas de terciopelo, hay tres privados separados por gruesas cortinas rojas que pueden convertirse en un único espacio. Un rincón donde dejarse llevar por la música disco, eje central de la programación del club, lejos de miradas indiscretas.

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Una velada romántica entre túneles clandestinos
  • Restaurantes
  • Fusión
  • Barrio de las Letras
  • precio 2 de 4

En el número 4 de la calle San Blas, en pleno Barrio de las Letras, se encuentra la Bodega de los secretos, un restaurante único y mágico donde pasar una buena velada. Comenzó como bodega en el siglo XVII, convirtiéndose en un pequeño laberinto de galerías y cuevas, y tras años en el olvido, una genial rehabilitación ha permitido recuperar el lugar, creando un espacio muy singular donde poder disfrutar de una buena comida. Durante la restauración se descubrieron tres pasadizos clandestinos que pudieron servir para transportar mercancía y evitar el pago de impuestos.

A la playa sin dejar Madrid
Ojalá

16. A la playa sin dejar Madrid

Hay en pleno centro de Malasaña una playa, con chiringuito y todo, donde refugiarse durante el frío invierno. Reformada recientemente, la planta inferior del restaurante Ojalá se convierte en un improvisado chill out al más puro estilo ibicenco, perfecto para tomarse unas cañas con los amigos y descansar gracias a sus mesas bajas, cojines mullidos y luces tenues. Hogareño y exótico a la vez. Su carta esconde auténticas delicias.

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Un huerto 'divino'

17. Un huerto 'divino'

Es uno de los jardines secretos con más encanto de Madrid. El Huerto de las Monjas estuvo protegido por los muros de un convento de monjas que lo utilizaban a su vez como huerto. Se accede a él tras atravesar un pasaje de edificios modernos en el número 7 de la calle Sacramento. En 1972 se demolió el edificio religioso para construir bloques de viviendas aunque, por suerte, el jardín se mantuvo intacto. En el centro hay una pequeña fuente con tres querubines de bronce. No hay nada tan relajante como sentarse en uno de los bancos a escuchar el rumor del agua. Silencio y tranquilidad en plena ciudad.

El edén secreto de Montera
Salvador Bachiller

18. El edén secreto de Montera

Sobre la riada de turistas, prostitutas y compradores de oro de esta céntrica calle madrileña se encuentra un pequeño oasis urbano donde desconectar del bullicio de la ciudad. Un salón de té sacado de un cuento de hadas te recibirá en la última planta de la tienda de Salvador Bachiller, donde podrás tomarte un café para desayunar, picar algo ligero de comer y relajarte con una copa al salir del curro. Abierto tanto en verano como en invierno.

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La primera universitaria

19. La primera universitaria

Madrid está plagada de estatuas que, si no te fijas bien, parece que están barriendo el suelo en Jacinto Benavente o dando un paseo junto a la plaza de San Ildefonso. Pero de todas ellas, la que esconde la mejor historia es la de Julia, una joven estudiante que se apoya sobre el muro de piedra del Palacio Bauer (Pez, 42, esq. San Bernardo), en Malasaña. La escultura de bronce, que representa a una chica con falda, blusa y descalza que sujeta unos apuntes, es el homenaje de Antonio Santín a esa primera mujer que, pese a la prohibición de la época, se disfrazó de hombre para poder ir a la Universidad de Madrid en 1848. No os perdáis el resto de su historia en el documental 'Tras Julia'.

El jardín de un príncipe
© Losmininos

20. El jardín de un príncipe

En un olvidado rincón de la Plaza de la Paja, en pleno barrio de La Latina, se encuentra este jardín escondido. Una tapia de ladrillo guarda celosamente el secreto mejor guardado del Palacio del Príncipe de Anglona, quien habitó el edificio y paseó por su jardín en el siglo XIX. En el centro del recinto se sitúa una pequeña fuente de piedra desde la que salen varios caminos empedrados. También cuenta con un cenador de hierro y una pérgola que se convierte en una colorida rosaleda en primavera. Los grandes árboles cubren con sombra todo el lugar y al situarse en una zona elevada, por salvar el desnivel que existe entre la plaza y la calle Segovia, desde uno de sus extremos se tienen unas bonitas vistas del barrio.

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Un dulce violeta

21. Un dulce violeta

Si el cocido es el plato típico de Madrid y los churros con chocolate es el desayuno más castizo, los caramelos de violeta son la dulce seña de identidad de los madrileños. Elaborados con la esencia de esta flor y presentados con sus cinco pétalos morados, solo hay un lugar en la capital donde comprar los más auténticos: La Violeta (Plaza de Canalejas, 6). Una reducida tienda con fachada de madera que pasa desapercibida, pero que lleva vendiendo estos caramelos desde 1915. Están tan buenos que, según los rumores, Alfonso XIII se los regalaba tanto a su esposa como a sus amantes.

El restaurante más pequeño de Madrid
Diamantes de Sal Rosa

22. El restaurante más pequeño de Madrid

Tras el éxito cosechado por Thai Emotion, el penúltimo proyecto y la reaparición del fundador del icónico Thai Garden, Emilio Carcur ha presentado en el mismo local desde donde salen sus delicias tailandesas (para delivery o take away) una única mesa para ocho personas y se ha convertido así en el restaurante más pequeño y la atmósfera más sorprendente (limpia y purificada con cristales de sal rosa del Himalaya) de la ciudad. 

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El otro 'ángel' caído
© M. Martín Vicente

23. El otro 'ángel' caído

Además del archiconocido ángel caído del Retiro, hay una estatua en Madrid (en la azotea de Milaneses, 3, esq. Mayor) que representa mucho mejor lo que supone un verdadero tortazo contra el suelo. Se encuentra en un céntrico tejado y según el autor de la obra, titulada ‘Accidente aéreo’, se trata de un aviador despistado que se estrella contra el edificio. Así que ni Ícaro ni Lucifer, el escultor Miguel Ángel Ruiz Beato solo ha convertido una hostia en una obra de arte.

El jardín de un pintor
© José Luis RSD

24. El jardín de un pintor

Joaquín Sorolla fue un auténtico exponente del 'luminismo', la celebración de la luz. Recientemente restaurado, su museo es pequeño y encantador, y está ubicado en la mansión construida por el artista en 1910 para pasar sus últimos años. Hoy cuenta con 250 obras que se exhiben en la planta principal, en sus antigua zona de estudio. El salón, el comedor y la sala de desayuno conservan su decoración original, dejando ver la ecléctica influencia decorativa del artista. Uno de sus mayores atractivos es su jardín, de inspiración musulmana pero con una pérgola de estilo italiano, un tranquilo oasis de calma en medio del caos de la gran ciudad.

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Belleza natural efímera
Shutterstock

25. Belleza natural efímera

Casi al final de la calle Alcalá se esconde un parque apenas conocido por madrileños y turistas. La Quinta de los Molinos sería un rincón verde más de la capital si no fuera porque en su interior se resguardan más de 6.000 almendros que ofrecen un espectáculo único para los cinco sentidos cuando florecen. Las tonalidades rosas y blancas tiñen este jardín y un olor embriagador atraviesa los muros que rodean el parque durante los meses de febrero y marzo.

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