Only You Boutique
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Mesas ocultas: los mejores patios escondidos para comer (y sorprender) en Madrid

Encontramos bares, restaurantes, hoteles y alguna tienda que esconden pequeños oasis en su interior donde escapar del ruido de la ciudad

Gorka Elorrieta
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Azoteas con vistas espectaculares, terrazas llenas de encanto, rincones secretos para tomar unas cañas... Madrid cuenta con lugares idílicos para descubrir. Nos hemos recorrido los jardines menos conocidos, las tiendas más bonitas de la ciudad, los restaurantes en los que tenéis que reservar cuanto antes o los edificios abandonados por los que merece la pena dejarse caer... y ahora le ha llegado el turno a los patios y a los restaurantes con jardín de Madrid, esos espacios entre cuatro paredes que poco tienen que envidiar a algunas de las mejores terrazas de la ciudad. 

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  • Comer

Pocas mesas, mucha tranquilidad y un buen puñado de plantas y árboles. Sobre estos mimbres y a un paso de los grandes museos de la capital, se esconde pero también se luce la cocina de Joaquín Felipe, un chef de largo recorrido, de buena mano, fogueado en mil y una cocinas. La propuesta culinaria no falla. El ambiente tampoco. Todo resulta agradable en esta terraza verde y oculta que vuelve a estrenarse para la temporada estival. Un rinconcito cerca pero al mismo tiempo lejos del ir y venir de turistas y madrileños que pasean por la zona.

  • Comer

Si estás paseando por los alrededores del Palacio Real, por el Madrid de los Austrias, quizás te pase desapercibido el lugar pero no debería. Atravesada la puerta metálica que se abre a la famosa calle de la Bola, accedes a un oasis en pleno centro de la capital. Es el jardín de un palacio isabelino, del hotel Palacio de los Duques. Y estos días estrena nuevo restaurante, una propuesta que arranca en lo castizo (torreznos, gilda, ensaladilla y buñuelos de bacalao) para distribuirse por tres espacios distintos, donde quizás la terraza al aire libre sea al favorito para estas tardes/noches de verano.

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Only YOU Boutique

Es prácticamente imposible que vivas en Madrid y no hayas oído hablar de este patio ubicado en la calle Barquillo que para los habituales de la zona de Chueca es el mejor refugio posible para disfrutar al aire libre de una cuidada cocina local con toques internacionales. De esto último se encarga su chef ejecutivo, Carlos Martín, que es el responsable de la carta de YOUNIQUE Arts Club, del menú ejecutivo de mediodía y del brunch de los domingos. Lo que te vas a encontrar en la terraza del Only YOU Boutique es un espacio decorado con un jardín vertical y mobiliario acogedor que, además de ofrecerte un ambiente íntimo y sofisticado, te permite poder visitar –antes o después– desde tiendas exclusivas, que están a escasos metros, hasta museos de renombre o puntos de interés como el Paseo de Recoletos o la siempre vibrante Gran Vía madrileña. Pero lo más importante es que no vayas con prisas porque vas a caer rendido nada más acercarte a este palacete del siglo XIX que ha sido decorado por el prestigioso interiorista Lázaro Rosa-Violán. De hecho, su trabajo aquí le ha valido varios premios internacionales como el de ‘Mejor Hotel Boutique del Mundo’ en los World Boutique Hotel Awards.

Karãu

La próxima vez que estés caminando por la zona de Cibeles no vas a poder dejar de pensar que ahora hay un motivo más para acercarse a echar la tarde al Palacio de Linares. Sobre todo si acabas de salir de una expo en Casa de América o si estás con amigos después de haber comido en algún restaurante cercano o si y no sabes dónde continuar la sobremesa. Este templo del tardeo del Grupo La Fábrica es un oasis escondido entre palmeras que invita a disfrutar de la gastronomía y la coctelería hasta bien entrada la madrugada. De lo primero se encargan sus vecinos de Raimunda, que son quienes se encargan de proponerte un picoteo sin reglas a base de croquetas melosas, tacos gobernador, brioche con steak tartar o tequeños con mojo de lima. Lo segundo, la propuesta mixológica, se centra en cócteles de autor capaces de conquistar todo tipo de paladares: desde el Karãu Spritz, con soda de rosas y champagne, o el Mezcalita de la Huerta, elaborado con chile ahumado y pepino, hasta el refrescante Cold Brew Martini, con espuma de caramelo salado. A estas opciones también habría que sumar otras sin alcohol y una selección de vinos, espumosos y destilados que agradecerán aquellos que van siempre a tiro hecho. Como ves, un plan perfecto para compartir con quien más te apetezca –visita obligada para los amantes de los afterworks en un ambiente desenfadado.

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  • Comer

Te cuadra para una comida rápida entresemana o para uno de esos planes que incluyen una larga sobremesa. Porque puedes quedarte en el menú ejecutivo (24 euros de lunes a viernes con entrante, principal, postre, bebida, pan y aperitivo) o lanzarte sin prisa a una colección de entrantes y algunos segundos que pasan por brasa. Arrancar en un clásico ramillete de platos para compartir (ensaladilla, rabas, croquetas, steak tartar o su "menage à trois" de Santoña: anchoa en salazón, boquerón en vinagre y piparras) y seguir con un rapito a la parrilla con bilbaína emulsionada, un solomillo de vaca salteado a la sartén con ajos confitados y romero o un falso risotto de jarrete de ternera, parmesano, setas y trufa. Cocina mediterránea. Cortita y al pie. 

  • Española
  • Avenida de América
  • precio 3 de 4
  • Crítica de Time Out

Pocas mesas, mucho verde y varias fuentes gobiernan la terraza interior ajardinada de este noble espacio del Grupo Urrechu, actual propietario del legendario Zalacaín, en la zona de El Viso. A la mesa, las señas de identidad de la casa: producto de primera y notable ejecución para una cocina de ascendencia vasca. La temporada coprotagoniza la carta con platos frescos, acordes a las temperaturas: ensaladilla rusa con oliva esférica, un corte de foie y teja crujiente de pan dulce con naranja, ensalada de bogavante sobre cebolleta trufada y vinagreta. Como propuestas mayores tenéis un salmonete asado con percebes, crema de zanahoria y tomate confitado o una costilla de pecho de vaca, confitada en su propio jugo durante 10 horas.

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  • Comer

En el interior del nuevo hotel Akeah, a orillas de Malasaña y muy cerca de Gran Vía, tenéis una atractiva taberna neocastiza con un recogido patio interior. Mesas y sofás a los pies de un gran mural de 30 metros de altura. Buen rincón para quedar con amigos, para tomarse unos vinos, para comer un bocadillo de calamares o compartir una ración de croquetas. Y podéis ir a cualquier hora. La cocina de Tilda no para desde las 8.00 de la mañana. ¿Y qué tienen en carta? Una buena representación del Madrid actual. Lo más castizo filtrado por la multiculturalidad actual en lo gastronómico. Así, los callos llevan una base de achiote y piparra fresca, el bocata de calamares va en pan brioche con salsa de yuzu negro y las bravas con chile rocoto.

  • Italiana
  • Alonso Martínez
  • precio 2 de 4

En el corazón de la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y con el elegante interiorismo y pulcro savoir-faire que se espera del lugar, se presenta este restaurante con jardín de Madrid, uno de esos lugares de los que puede decirse que es hogar. Acogedor en lo que a ambiente se refiere, pura belleza y calidez en los detalles y una carta pensada para sentarse a la mesa o darse al terraceo chic y que gravita sobre la cocina italiana.  

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Cantina Matadero

El espacio interior, que ocupa la antigua caldera del Matadero, es tan agradadable como su patio adjunto. 300 metros cuadrados al aire libre con su propia barra y grandes mesas de madera para quedadas de amigos y rincones para una cena informal con tu pareja. Planazo a todas horas. Luce perfecto para el aperitivo cualquier fin de semana o para comer algo después de una película en Cineteca. De la carta se encarga la gente de Olivia te cuida. Y eso es una garantía. Pocos platillos pero preparados con mimo. Abren  de martes a domingo, desde 11:00 y hasta las 23:00 h.

Uno de los restaurantes que más elogios ha cosechado en Barcelona entre clientes y profesionales del sector, recala en el elegante hotel Santo Mauro no para ponerlo patas arriba pero sí sin perder la esencia más desenfadada y carismática con la que el extraordinario trabajo de Rafa Peña se ha convertido en un 'must' culinario en la Ciudad Condal. De hecho se trae al emblemático palacete de Chamberí algunas de sus señas de identidad como su legendario bikini (pan de miga de masa madre, panceta curada, queso comté y finas lonchas de lomo y todo marcado a la plancha) o su querencia por los vinos naturales y orgánicos. Peña cambia de escenario pero no de registro y ese juego entre sus platos y la cubertería clásica de plata nos resulta de lo más interesante y prometedor.

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