Como la mayoría de italianos, los venecianos tienen la sana costumbre de 'fare uno spuntino' en algún momento del día, unas tapas previas al festín. En Venecia las hacen en el 'bacaro', una tasca local muy apreciada y cuidada. Los 'bacari' y la gran cocina veneciana, sobre todo marinera, fue lo encantó a Joan y Marc, los factótumes del Bronzo, un 'bacaro' barcelonés de éxito tan indiscutible como comprensible. Hay que felicitarlos por el hecho que, sin ser italianos, los platos sean sabrosos y respetuosos con la tradición veneciana.
Sorprenden las 'sarde in saor', sardinas escabechadas, por la buena dosificación del dulce y el agrio que las enriquece. Y es soberbio su bistec tártaro con la receta tradicional de su inventor Giuseppe Cipriani a Harry’s Bar. Empezamos con un Spritz y un 'vitello tonato' muy sabroso. Seguimos con una stracciatella, un queso cremoso, y dejamos para la próxima la Robiola, un queso que también promete. En pastas, nos decidimos por unos nyoquis de ricotta y espinacas y cerramos la sesión con un tiramisú óptimo y un 'babà' inmejorable. Una selección interesante y accesible de vinos italianos ayudan. Impecable.